
Resulta que quien proveyó información para que Jesús Ruiz Uribe fuera retirado de la titularidad de la Delegación Federal de Bienestar en Baja California, no fue la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, como aquí se publicó, sino que fueron “sus ojos”, es decir, Netzahualcóyotl Jáuregui, el secretario de Bienestar de Baja California, y de quien la gobernadora, para que se supiera la confianza que le tenía, dijo públicamente que él “es mi mano derecha, mi mano izquierda, mis ojos, mis oídos, y pues de todas mis confianzas”. Y pues sí, fue el hombre de todas las confianzas de Marina, quien aprovechando un contacto que tiene en el círculo morenista de Palacio Nacional, metió cizaña para intentar ganar candidatura al Gobierno Estatal de Baja California en el 2027, a favor de la mexicalense Julieta Ramírez Padilla. Los ojos de la gobernadora trae en sus ojos a la diputada; entonces fue a desacreditar a Ruiz Uribe ante los ojos de la Presidenta, en busca de que lo sacaran de la delegación o mínimo le afectara en la precampaña anticipada que todos traen, incluido Ruiz Uribe. Al final, sí hubo una llamada de atención a la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, desde Presidencia, y posteriormente la salida; aunque asegura que él así lo decidió, de Alejandro Ruiz Uribe. Así que no, no fue la gobernadora, que ya con los frentes que trae abiertos tiene suficiente, sino su hombre de confianza.