Paul Thomas Anderson demuestra aquí ser un director como pocos, capaz de sostener un “thriller” sin revelar posibles desenlaces, sostener una crítica a nuestro tiempo, valerse de un gran elenco para desarrollar personajes sumamente interesantes y crear entretenimiento a través de la pantalla grande. Pero todo esto ya lo sabíamos desde “Boogie nights” y “There Will Be Blood”.
Desde el inicio sabemos por dónde irá esta historia, con Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor) y Pat (Leonardo DiCaprio) irrumpiendo en un campamento de migrantes para liberar a los detenidos y retar al encargado, un feroz Steven J. Lockjaw (Sean Penn).
Perfidia y Pat son pareja y tienen una hija, Willa, que el experto en explosivos termina criando por su cuenta ya con otra identidad, la de Bob Ferguson. Para esto ya pasaron 16 años y la joven Willa Willa (Chase Infiniti) está a punto de probarse a sí misma cuando reaparece Lockjaw con sed de venganza.
Entonces todo se vuelve emocionante con una mezcla de trama policíaca, sátira política, melodrama familiar y hasta un toque de comedia. Sí, es una verdadera revoltura, pero funciona: desde la paranoia de un radical acabado que se ve desilusionado e idealista a la vez hasta la figura grotesca de un militar racista que tiene el poder de la autoridad en sus manos. Y en medio de todo está Willa, afectada y resiliente a la vez, callada y furiosa al mismo tiempo. Qué trío de actores son los ya veteranos DiCaprio y Penn y la novata Infiniti, que sobradamente puede con ellos.
Una mención especial para el cinematógrafo Michael Bauman, la precisa edición de Andy Jurgensen y la intensa banda sonora de Jonny Greenwood para redondear la apuesta de Anderson. Sin duda entre lo mejor que veremos en 2025. ****
Punto final.- Excelente que el “Frankenstein” de Guillermo del Toro estará en Netflix, pero valdrá la pena verla en cines.