Benjamín Madrigal-Birrueta, ciudadano mexicano indocumentado, se declaró culpable ante una corte federal en Estados Unidos de haber asesinado a una pareja y a su hijo por nacer en el contexto de una conspiración de tráfico de drogas que operaba desde Yakima, Washington.
Según el acuerdo de culpabilidad, el 28 de agosto de 2022, Madrigal-Birrueta y sus cómplices asesinaron a César Murillo, de 44 años, disparándole múltiples veces en la cabeza y el torso durante una discusión en un rancho remoto de Yakima. El cuerpo fue enterrado cerca del lugar bajo instrucciones del propio Madrigal.
Cinco días después, el 2 de septiembre, Madrigal atrajo a la esposa de Murillo, Maira Hernández, de 33 años y con seis meses de embarazo, al rancho con el engaño de que su esposo la esperaba allí. Al llegar, ella también fue asesinada a tiros por los cómplices de Madrigal. Hernández y su bebé fueron enterrados en las cercanías.
Los asesinatos ocurrieron mientras Madrigal-Birrueta participaba activamente en una organización criminal dedicada al narcotráfico. El móvil del crimen: una deuda de drogas que los coconspiradores afirmaban que la pareja debía.
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La investigación, iniciada tras varias incautaciones de drogas en puertos de entrada de San Diego entre agosto y octubre de 2021, derivó en el rastreo de la red delictiva hasta Yakima. Agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) entrevistaron a Murillo y Hernández poco antes de sus asesinatos.
El caso desencadenó una búsqueda intensiva de los cuerpos que incluyó radares de penetración terrestre, drones, escaneo láser, análisis químicos del suelo y el uso de perros especializados. Finalmente, el 13 de septiembre de 2023, los restos fueron hallados gracias al trabajo conjunto de HSI y la Policía Estatal de Washington.
Durante la operación también se decomisaron metanfetamina, cocaína, fentanilo, armas —incluida una ametralladora— y chalecos antibalas, todo vinculado a la organización de Madrigal-Birrueta.
El sentenciado enfrenta una audiencia el 27 de marzo de 2026. En paralelo, otro presunto implicado, Ricardo Orizaba-Zendejas, ha sido acusado de ser cómplice después del hecho y coconspirador en la red de narcotráfico. Su juicio está previsto para el 27 de octubre de 2025.