“De hace 150 años, de hace siglo y medio, el linchamiento por cuestiones políticas, religiosas, económicas y sexuales en el México actual no ha cambiado demasiado”, refirió a ZETA el autor de “Vals para lobos y pastor”, ganador del Premio Nacional de Novela Histórica “Ignacio Solares” 2025
Con la historia del linchamiento del pastor John Luther Stephens en 1874 en Ahualulco, Jalisco, el escritor Ernesto Lumbreras ganó el Premio Nacional de Novela Histórica “Ignacio Solares” 2025 que otorga el Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de la Secretaría de Cultura local; previamente, con la misma obra, el autor alzó el Premio Internacional de Novela Breve “Rosario Castellanos” 2022 que convoca el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Gobierno de Chiapas y el Ayuntamiento de Comitán de Domínguez.
“Este premio tiene como objetivo fomentar el desarrollo de la actividad y la cultura literaria en el país, reconociendo públicamente a aquellos autores que se destaquen por la presentación de obras eminentes en el campo de la narrativa histórica, así como reconocer la vida y obra del escritor chihuahuense Ignacio Solares”, de acuerdo con el certamen literario del norte.
“Ernesto Lumbreras Bautista es un reconocido escritor jalisciense, quien fue seleccionado para ser condecorado tras la convocatoria que estuvo abierta para autores de todo el país. La obra con la que participó y obtuvo el triunfo se titula ‘Vals para lobos y pastor’, publicada en el año 2024, la cual es un relato histórico que muestra cómo a través de la aventura es imposible detener la lectura”, emitió la Secretaría de Cultura de Chihuahua el 30 de agosto de 2025.
La Secretaría de Cultura local informó también que la ceremonia oficial de entrega del reconocimiento se llevará a cabo en Ciudad Juárez, en el Teatro Experimental “Octavio Trías”, ubicado dentro de las instalaciones del Centro Cultural Paso del Norte, en el mes de octubre.
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UNA NOVELA DE AVENTURAS
En “Vals para lobos y pastor” (Era, 2024), Ernesto Lumbreras cuenta la historia del pastor John Luther Stephens en 11 capítulos, de los cuales los primeros nueve relata desde su niñez cuando, a la edad de cinco años, con su madre migra en 1852 de Gales a Estados Unidos, luego de “un año de hambruna y persecución religiosa” en su pueblo natal, Swansea, Gales.
Lumbreras entrega una novela de aventuras donde el protagonista pasa por La Habana, Nueva Orleáns, El Álamo y Petaluma, hasta llegar en su juventud a San Francisco, donde estudia en el Seminario Teológico en la orden de la iglesia congregacional; por azares del destino, el misionero llega a Guadalajara para ejercer como pastor evangélico, hasta que por fin se instala en 1873, en Ahualulco de Mercado, Jalisco, el pueblo natal del escritor Ernesto Lumbreras.
“La novela la empecé a escribir en 2019, la pensaba para un público juvenil. De hecho, estuvo a punto de firmarla una editorial con este perfil, era una versión de 40 cuartillas. Para bien o para mal, vino la pandemia y no concretamos esa edición. La tentación de tener ese borrador me llevó a revisarlo, a ampliar el horizonte; quitar ese perfil de lector juvenil que siempre es ambiguo, embarazoso. Y bueno, la novela creció, se hizo más presente el elemento fantástico, y el original que entregué a Era se cuadriplicó a 180 páginas”, relató Ernesto Lumbreras en entrevista para ZETA.
“El linchamiento de John Stephens en mi pueblo natal, Ahualulco de Mercado, es una noticia que no conocí en mi infancia ni en mi juventud. Ningún maestro, ningún adulto me comentó esta historia. Yo tendría 30 años más o menos cuando leí esa noticia en El Informador. Desde ahí me quedó la curiosidad por indagar más al respecto, más allá de pensar que muchos años después escribiría una novela o haría una suerte de crónica histórica o un rescate documental de lo que pasó, por qué pasó, cómo pasó, etcétera”, reveló el poeta, ensayista y narrador mexicano.

HACE 150 AÑOS
En la vida real, el linchamiento del pastor evangélico en Ahualulco de Mercado, Jalisco, ocurrió el 2 de marzo de 1874. “Este año (2024) se están cumpliendo 150 años. Era relevante actualizar en las coordenadas del presente con la publicación de esta novela”, refirió Lumbreras. De hecho, contó que previamente ya había escrito algunos textos publicados en Ahualulco de Mercado, Jalisco:
“Previo a la publicación de ‘Vals para lobos y pastor’, me di a la tarea de publicar en mi pueblo tres versiones del crimen: la versión que dio la iglesia congregacional, la versión que emitió la cancillería de Lerdo de Tejada y la defensa que hizo el mejor abogado de la época, Juan Salayeta, al cura Victorio Reynoso, que en su momento fue acusado de ser el instigador, el autor intelectual de este crimen. Tengo una cómplice en asuntos de microhistoria: mi hermana Leticia Lumbreras tiene una colección de libros de microhistoria y publicamos el número cinco bajo el título ‘El crimen del pastor John Stephens, 2 de marzo de 1874’; esto lo publicamos y lo presentamos justo el 2 de marzo (de 2024) en nuestro pueblo, como una especie de expiación. Entonces, de algún modo, creo que ese documento es una especie como de negativo de la historia; aunque son cosas muy distintas, una novela y un documento histórico”.
“LA DEBILIDAD POR LA IMAGINACIÓN”
Basada en hechos reales, Lumbreras recrea el linchamiento del pastor John Stephens recurriendo a la fantasía y al mundo fantasmagórico, donde el protagonista narra en primera persona su propio destino fatal que el lector siempre querrá saber.
— ¿Por qué para contar la vida de John Stephens recurriste a una obra de ficción y no a una pieza de historia documental?
“La debilidad por la imaginación, la loca de la casa, me ganó la partida. Coincide el personaje de ficción y el personaje histórico solamente en su desenlace. Tenía noticia de la fecha de nacimiento: John Stephens nació en Gales en 1847, sabía que era huérfano de padre, sabía que su madre y él muy niño cruzaron el Atlántico y llegaron a Estados Unidos; ¿a dónde?, no se sabía. De tal suerte que, ante ese vacío documental, me permití imaginarle una infancia, imaginarle una juventud. Me imagino una infancia en Nueva Orleáns en la víspera de la Guerra de Secesión (1861-1865), imagino una juventud en el alboroto universal del descubrimiento de las minas de oro en California; y, posteriormente, está registrado que estuvo en la escuela congregacional de San Francisco y que por ciertas circunstancias lo enviaron a Guadalajara, estamos hablando de 1872. Por ahí sí hay sincronía entre historia y ficción”.
“UN LEGADO QUE ME VIENE DE LA CINEMATOGRAFÍA”
Narrada principalmente en primera persona, “Vals para lobos y pastor” está contada desde la visión de un extranjero, donde el narrador evita la mirada barroca o turística, sobre todo al llegar a México.
— ¿Cómo definiste el tono de cómo debía narrar el protagonista en primera persona como un extranjero o migrante en Estados Unidos y México?
“Como la época se prestaba, me atrajo crear este paisaje de un western literario. En la novela contemporánea tampoco es una novedad; esto lo hizo Camilo José Cela con ‘Cristo versus Arizona’, y lo acaba de hacer una novela que tengo ganas de comprar, ‘Abel’, de Alessandro Baricco. Entonces, también es una novela, es un western, en coordenadas, por supuesto, del imaginario colectivo de las películas de Clint Eastwood, de las películas de Sergio Leone, el spaghetti western. Hay pasajes que, por supuesto, más que responder a un legado literario, es un legado que me viene de la cinematografía. Es la mirada de un extranjero que tuvo una infancia en Gales, que continuó esa infancia en Nueva Orleáns, que se formó en California. Tiene 27 años cuando lo asesinan; entonces sigue siendo una persona con toda una vida por delante, es una mirada del extranjero”.
Incluso, reconoció otros guiños literarios al crear “Vals para lobos y pastor”:
“Yo escribí un libro sobre Malcolm Lowry (‘Oro líquido en cuenco de obsidiana. Oaxaca en la obra de Malcolm Lowry’; UNAM, 2015). Para muchos –y por supuesto suscribo eso–, ‘Bajo el volcán’ sigue siendo la obra más importante, más profunda, escrita por un extranjero sobre México. Entonces esa mirada de Malcolm Lowry me atrajo, aunque no el barroquismo, no ese lenguaje experimental, muy novela de Joyce que es ‘Bajo el volcán’, novela que admiro, pero por supuesto no iba a replicar la audacia formal, la audacia lingüística de Malcolm Lowry; todo lo contrario. Pero me ayudó esa perspectiva del extranjero: no caer en las comodidades de las curiosidades para turistas, con el color local, no abusar de eso. A Lowry le desesperaba que algunos críticos aplaudieran esa escenografía superficial”.
“También hay otro libro importantísimo, que son las cartas de la Marquesa Calderón de la Barca, que más o menos se aproxima a esta época. Las cartas de la Marquesa son de 1842, 1843. Esos fueron así como los referentes para evitar ciertos prejuicios, aunque, por supuesto, siempre la mirada del extranjero es prejuiciosa respecto de lo mexicano. Pero me interesaba un lenguaje puntual, acelerado, vertiginoso, con mucho oído. Me recuerdo escribiendo los pasajes y parte de la prueba de ácido que hago con mis poemas es la lectura en voz alta. Entonces, muchos de los capítulos de ‘Vals para lobos y pastor’ también están pasados por el diapasón de la lectura en voz alta”, reveló el narrador jalisciense.

“LOS LINCHAMIENTOS SIGUEN SIENDO PAN DE TODOS LOS DÍAS”
Aunque “Vals para lobos y pastor” está contada desde el Siglo XIX, Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966) también reflexionó sobre el tema del linchamiento en el México actual, 150 años después.
Primero reconoció: “Yo concibo ‘Vals para lobos y pastor’ como una novela estructurada a partir de un personaje que tuvo una presencia en la historia de la religión, de la República restaurada, del fanatismo religioso que tuvo lugar al final de su vida; pero es, sobre todo, una novela de iniciación. Veo a este personaje en esa progresión de una vida, del cruce de ciertos umbrales, de la visión de una misión en la vida. Es una novela de aventuras, una novela fantástica; creo que el elemento fantástico es vertebral en la construcción de lo que está presente en la vida, en el imaginario, en los sueños. Otro elemento que opera en el mecanismo narrativo en esta novela es la presencia fantasmal, el mundo de las marionetas; la portada de algún modo lleva a eso”.
Finalmente, sentenció el laureado poeta, ensayista y narrador mexicano: “Sigue siendo una noticia tabú, la iglesia sigue en pie; ha cambiado, hubo un cisma: la iglesia se dividió, pero la iglesia donde el pastor John Stephens fue masacrado brutalmente esa madrugada del lunes 2 de marzo de 1874 sigue en pie. De hace 150 años, de hace siglo y medio, el hinchamiento por cuestiones políticas, religiosas, económicas y sexuales en el México actual no ha cambiado demasiado; la lección de ética, por lo visto, ha pasado de noche. En este México convulso, según estadísticas de INEGI, desde 2018 hay un registro de tres mil 200 linchamientos, por todas estas características que enumero. Entonces, en ese espejeo entre el pasado del pastor John Stephens y lo que sucede en Chiapas, en el Estado de México y lo que reflejó la película histórica ‘Canoa’, los linchamientos siguen siendo pan de todos los días, tristemente”.