El gobierno municipal de Claudia Agatón Muñiz, inició con un equipo compacto en el que predominaba la presencia de funcionarios con una trayectoria común dentro del Partido del Trabajo, mismo que con los meses se ha desmoronado tras una serie de cambios exprés en áreas clave como Jurídico, Administración Urbana, Seguridad Pública, Oficialía Mayor, Tesorería y otras direcciones que no han sido oficialmente anunciadas. Pero el relevo que más ha generado comentarios, tanto dentro como fuera del Ayuntamiento, fue la salida de la directora de Bienestar, Ayerim Magallón Granados, una de las colaboradoras más cercanas a Agatón desde su militancia en el PT. Su separación del cargo se justificó con el argumento de que intentó beneficiar intereses personales a través de las obras del Ramo 33, pero Magallón declaró que le trataron de imponer obras que incumplen con la normatividad. En el 2019, Ayerim Magallón operó a favor del proyecto político de Agatón desde la dirección de la Sindicatura Municipal. En esa administración Ayerim inició haciendo graves señalamientos por el delito de robo y acto de corrupción contra la entonces síndico procuradora saliente, Karina Castrejón Bañuelos, también ex militante del PT. En ese contexto, Magallón ordenó el cambio de chapas en las oficinas públicas. Aunque se interpusieron denuncias penales por presunto ingreso irregular y manipulación de expedientes, los procesos legales no prosperaron. Seis años después, y con la llegada de Agatón a la presidencia municipal, Magallón asumió nuevas responsabilidades en el área de Bienestar, pero desde el inicio fue evidente que había una ruptura interna, presuntamente originada por la cantidad de compromisos financieros y políticos que Magallón habría adquirido en la campaña y que excedían las capacidades presupuestales del municipio. La ex funcionaria respondió públicamente que todas las decisiones que tomó contaron con el aval de la entonces candidata a la alcaldía. Con esto se cierra el ciclo y ahora la medida correctiva la recibió Ayerim Magallón. Ahora sí que, el que a hierro…
Le tocó a Magallón

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