Conzultoría Matrimonial y Familiar
El matrimonio es indispensable para vivir en pareja y formar una familia. Hoy pudiera decirse que el mismo ha ido desapareciendo poco a poco (algo que nunca pasará por completo), pero habrán de pasar varias generaciones para que pudiera desaparecer totalmente ya que muchos padres de familia habrán de evitarlo aun a costa de la oposición de sus hijos, principalmente cuando los padres son casados y desean que perdure esa tradición; sin embargo, muchos jóvenes o no desean casarse (sobre todo las mujeres) o prefieren vivir en concubinato.
Eso de enamorarse, casarse, irse a vivir juntos y formar una familia bajo el mismo techo, para muchos ya está quedando en el pasado y se ha ido modificando, pues hay un nuevo modelo de relación que está ganando terreno en los últimos años: las parejas LAT. Las razones por las que las parejas deciden adoptar este modelo de relación pueden ir desde la necesidad de independencia personal hasta por cuestiones laborales; otros más consideran que así pelean menos, evitan caer en la monotonía y además creen que así su relación se fortalece mucho más, valorándose uno al otro con la distancia.
En este tipo de relación LAT, la pareja establece horarios para verse, por lo que se olvidan del estrés por rutinas comunes y no discuten al no estar juntas todo el tiempo; no es necesario contarse todos los detalles de su día a día, apuestan toda la confianza en la relación, sin darle espacio a dudas para que esto pueda funcionar. Este modelo de relación ha tomado gran terreno en lugares como España, en donde aproximadamente el 8 % de las parejas apuestan a este tipo de romance; en Estados Unidos también hay noviazgos y matrimonios bajo este modelo; igual en Inglaterra y un 10 % de parejas en Francia.
En lo personal no creo que este tipo de relación funcione entre los mexicanos, principalmente por la presión social y familiar; luego está el aspecto económico ya que no es costeable que cada uno continúe con los gastos de su propia casa en lugar de compartir los gastos de una sola; sin soslayar lo celoso de los mexicanos que no pudieran dejar de pensar que hará su pareja lejos de uno, si estará en casa, si anduviera de fiesta, si andará con otra pareja viéndose… en fin, los celos del mexicano.
Donde probablemente si sería posible considerarlo es que ambos por necesidades de trabajo vivan en ciudades distintas, y basándose en la independencia laboral, por encima del compromiso emocional y el vínculo afectivo con la pareja, tengan que aceptarlo. Lo más común es que la pareja decida mantener una relación amorosa y estable, pero fuera de la convivencia.
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Las tres letras son siglas de Living Apart Together, que en esencia significa “Vivir separados, pero juntos”. La definición no aclara si funciona con parejas casadas, novios o ambas pero que definitivamente quienes las consideran como propias son los solteros jóvenes.
Lo ideal es que cada uno mantengan su propio estilo de vida, tome sus propias decisiones bajo su techo y que la pareja sea un romántico invitado, que, si bien tiene más derechos que otros, hay algunos límites establecidos. Por ejemplo: quizás algunas noches duermen juntos, se apoyan en los quehaceres de alguno de los hogares, como los arreglos comunes de cada casa. Lo cierto es que la regla principal es la no convivencia diaria, continua, lo que en automático rompe una tradición común, e incluso una ilusión que seguramente tendría cualquier otra pareja, con el famoso y amoroso gesto de intercambiarse los anillos y jurarse amor eterno.
El Lic. y C.P. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.
Correo: [email protected]