A las 2:17 a.m. todos los estudiantes de tercer grado de la maestra Justine Gandy (Julie Garner) desaparecen, excepto uno, de nombre Alex (Cary Christopher), quien no parece representar ninguna pista ante tremendo misterio que sacude a la comunidad.
Los padres de familia hasta acusan a la profesora de secuestro, de practicar brujería, pero Marcus (Benedict Wong), el director, los tranquiliza. A partir de ahí comienzan a revelarse piezas de un complejo y emocionante entramado armado a la perfección por Zach Cregger en su doble rol de guionista y director.
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La narrativa de este thriller inscrito en el género H depende de la perspectiva de muchos personajes que cuenta, cada uno, lo que suponen, lo que vieron o lo que creen haber visto. De rituales demoníacos pasamos a la rivalidad, giros inesperados, imágenes brutales, y un desenlace que no se anticipa.
El largometraje es muy poderoso, seductor, oscuro e intenso, gracias a la superioridad que ya demuestra Cregger para sostener el interés por más de dos horas en donde el que pestañea se pierde de mucho. ****
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Punto final.- Y así se estrenó la primera película sólida de horror de la temporada.
