Basado en una historia de Stephen King, con guion y dirección de Mike Flanagan, este filme busca un efecto conmovedor y una chispa de esperanza gracias a Chuck (Tom Hiddleston), un hombre, como todos, moldeado por recuerdos buenos y malos, recreados en distintos momentos de su vida donde también el ya joven Jacob Tremblay hace un buen papel.
De niño su pasión por el baile, en especial por las películas de Gene Kelly, lo saca adelante de momentos difíciles y es ese mismo deleite lo que lleva a este personaje por un camino de sinsabores, por esos accidentes inevitables en el camino que hay que superar de alguna manera.
Aunque Flanagan tiene una narrativa a ratos enredada, logra evitar momentos cursis, dotando de realidad a Chuck, un soñador que vive al máximo, y Hiddleston es el mejor actor para encarnarlo: carismático, buen bailarín, talentoso y a la espera de un mejor momento para trascender.
En sí, con el momento tan complicado que hoy persiste, curiosamente esta narración de King llega a la pantalla grande y ahora a plataformas digitales justo cuando debía. Tal vez no supere la prueba del tiempo, pero con un elenco de primera, donde también participan el legendario Mark Hamill, Chiwetel Ejiofor y Mia Sara, diálogos poderosos sobre el significado de la vida y una sólida dirección, es buen tiempo para interiorizar esta apuesta cinematográfica. *** y media.
Punto final.- Los superhéroes llegaron a la cartelera con buenas películas para las nuevas generaciones… y las no tan nuevas.