“Las sanciones impuestas por la administración Trump contra Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas, son un presagio ominoso del fin del imperio del derecho internacional”.
-Chris Hedges.
Cuando se escriba la historia del genocidio en Gaza, una de las figuras más valientes y críticas en la defensa de la justicia y el derecho internacional será Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU, a quien la administración Trump hoy está sancionando. Su mandato consiste en monitorear y denunciar las violaciones de derechos humanos cometidas por Israel contra los palestinos.
Albanese, quien recibe regularmente amenazas de muerte y sufre campañas de difamación orquestadas por Israel y sus aliados, lucha valientemente para que quienes apoyan y perpetúan el genocidio rindan cuentas. Denuncia lo que llama “la corrupción moral y política del mundo” que permite que el genocidio continúe. Su oficina ha publicado informes detallados sobre crímenes de guerra en Gaza y Cisjordania, entre ellos “Genocidio como borrado colonial”, que he incluido como apéndice en mi último libro, “Un genocidio anunciado”.
Ha advertido a organizaciones privadas que son “criminalmente responsables” de ayudar a Israel en el genocidio en Gaza. También declaró que, de confirmarse los reportes de que el ex primer ministro británico David Cameron amenazó con retirar fondos y abandonar la Corte Penal Internacional (CPI), tras emitirse órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ex ministro de Defensa Yoav Gallant, tanto Cameron como el también ex primer ministro Rishi Sunak podrían ser acusados de un delito según el Estatuto de Roma, que penaliza a quienes obstaculizan la investigación de crímenes de guerra.
Publicidad
Ha exigido que altos funcionarios de la Unión Europea (UE) enfrenten cargos por complicidad en crímenes de guerra debido a su apoyo al genocidio, afirmando que sus actos no pueden quedar impunes. Fue una firme defensora de la flotilla Madleen, que intentó romper el bloqueo a Gaza para llevar ayuda humanitaria, señalando que el barco interceptado por Israel llevaba no solo suministros, sino también “un mensaje de humanidad”.
Su último informe enumera 48 corporaciones e instituciones -incluidas Palantir Technologies Inc., Lockheed Martin, Alphabet Inc. (Google), Amazon, IBM, Caterpillar Inc., Microsoft Corporation y el MIT-, junto con bancos, aseguradoras, inmobiliarias y organizaciones benéficas- que, violando el derecho internacional, obtienen miles de millones de la ocupación y el genocidio palestino.
El secretario de Estado, Marco Rubio, condenó su apoyo a la CPI -cuatro de cuyos jueces fueron sancionados por EE.UU. por emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant el año pasado- y criticó sus esfuerzos para enjuiciar a estadounidenses o israelíes involucrados en el genocidio, calificándola de “no apta” como relatora. Rubio también la acusó de “propagar antisemitismo, apoyar el terrorismo y despreciar abiertamente a EE.UU., Israel y Occidente”. Las sanciones probablemente le impedirán viajar a EE.UU. y congelarán cualquier activo suyo en el país.
Este ataque contra Albanese anuncia un mundo sin reglas, donde estados criminales como EE.UU. e Israel pueden cometer crímenes de guerra y genocidio sin consecuencias. Expone las mentiras que usamos para engañarnos a nosotros mismos y a otros, revelando nuestra hipocresía, crueldad y racismo. Nadie creerá ya en nuestro discurso sobre democracia, libertad de expresión o derechos humanos. ¿Y cómo culparlos? Sólo hablamos el lenguaje de la fuerza, de la matanza, del genocidio.
“Los actos de asesinato masivo, la tortura física y psicológica, la devastación, la creación de condiciones que imposibilitan la vida en Gaza -con hospitales destruidos, desplazamientos forzados y hambre mientras los bombardeos continuaban- ,¿cómo podemos ver estos actos de forma aislada?”, preguntó Albanese en nuestra entrevista sobre su informe “Genocidio como borrado colonial”.
Los drones militarizados, los helicópteros de combate, los muros, los puntos de control, las torres de vigilancia, los centros de detención, las deportaciones, la tortura, la denegación de visas y la vigilancia electrónica son tan familiares para los migrantes desesperados en la frontera de México o Europa como para los palestinos.
Esto es lo que espera a los “condenados de la tierra”, como los llamó Frantz Fanon.
Y quienes, como Albanese, defienden a los oprimidos, serán tratados como ellos.
*Traducción de The Chris Hedges Report, publicación sostenida por sus lectores. Para recibir nuevos artículos y apoyar su trabajo, considera suscribirte gratuitamente o pagando a chrishedges.substack.com. (Nota: Se adaptaron algunos términos para fluidez en español; ej. “wretched of the earth” equivale a “condenados de la tierra”, traducción conocida de Fanon. Se mantuvieron nombres de instituciones y cargos oficiales en su forma original).
Atentamente,
Fidel Fuentes
Correo: [email protected]