30 maestras, psicólogas y orientadoras se quedaron sin trabajo luego de que de manera abrupta la Dirección de Protección Civil de Tijuana ordenó el cierre de varios preescolares del DIF Municipal, por supuesta falta de medidas de seguridad, dictámenes eléctricos y de infraestructura.
Según Paola de la O, quien fungía como orientadora comunitaria de los preescolares DIF Tijuana, en los que laboró durante 20 años, fue el 14 de agosto, a tan sólo dos semanas de arrancar el siguiente ciclo escolar, que se ordenó la clausura de, según declaró, 15 preescolares, esto por supuesta falta de medidas de seguridad, aunque hizo hincapié en que no se les mostró documentación sobre ello.
Pero no sólo las maestras resultaron afectadas con la medida; también los mil niños que estudiaban en los preescolares clausurados, y junto a ellos sus padres, quienes exigen se les reubique a la brevedad en otros planteles para que no pierdan el año, así como que se tome en cuenta que esto sean cercanos a sus comunidades, pues el cambio no modificará únicamente su rutina diaria, sino también les generará un mayor gasto.
“No se me hace justo que a estas alturas nos anden diciendo que se van a cerrar; nosotros ya tenemos todo preparado, ya inscribimos a los niños, estamos comprando los materiales y uniformes”, manifestó Arely Bautista Galindo, madre de familia.
De acuerdo con el director de Protección Civil Municipal, José Luis Jiménez, la causa del cierre de, según su versión, cinco estancias, se debe a que supuestamente no cumplen con las medidas de seguridad entre ellas tener un programa interno de protección civil, contar con dictámenes eléctricos y estructurales.
Sobre si existe posibilidad de que continúen operando, José Luis Jiménez respondió: “Ellos tendrían que atender lo que nosotros les estamos pidiendo para que se puedan reanudar… Tienen que hacer un dictamen como tal del tema estructural que a nosotros nos diga que sí están en buenas condiciones”.
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En una reunión entre las maestras de los preescolares DIF y personal de la Secretaría de Bienestar, se les comunicó que de manera definitiva los centros educativos dejarán de operar, supuestamente porque “las instalaciones no estaban aptas para los menores”.
Sin embargo ante la preocupación de las 30 maestras y los padres de los niños de quedarse sin trabajo y sin escuela, el Ayuntamiento se comprometió, aunque de palabra, a reubicar a los 500 menores que faltan, tomando en cuenta donde viven para que su nuevo plantel les quede lo más cerca posible; mientras que a las docentes se les dijo que se les ofrecerán puestos de trabajo como empleadas de confianza dentro del mismo gobierno municipal.
Por su parte, el alcalde Ismael Burgueño puntualizó que “la decisión de cerrar los planteles es porque al inicio de la administración me encontré con que los edificios no cuentan con las condiciones adecuadas para operar. No cuentan con clave escolar del sistema educativo estatal para otorgar certificados, usando una prestada en administraciones pasadas. Es un asunto prioritario y ya se está atendiendo, y vamos a resolver de manera inmediata”.