El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, visitó el 11 de julio de 2025 el condado de Kerr, en el estado de Texas, donde al menos 120 personas murieron tras las inundaciones registradas desde el 4 de julio del mismo año. El mandatario recorrió la zona acompañado de la primera dama, Melania Trump, y sostuvo encuentros con autoridades locales, cuerpos de rescate y familiares de las víctimas.
Trump y su comitiva se trasladaron a Kerrville, la ciudad más afectada por el desastre, donde se ha confirmado la muerte de al menos 96 personas. Además, continúan desaparecidas más de 170 personas, entre ellas cinco niñas que se encontraban en un campamento de verano. Las labores de búsqueda y rescate se mantienen activas desde el 4 de julio y entraron en su octavo día el 11 del mismo mes y año, sin que se haya localizado a sobrevivientes.
“Vamos a estar allí con algunas de las familias”, declaró Trump antes de abordar el Air Force One en la Casa Blanca. El jefe del Ejecutivo calificó los hechos como “algo horrible” y expresó su intención de impulsar un sistema nacional de alerta contra inundaciones. Indicó que la propuesta consistiría en alarmas que se activen “si hay grandes cantidades de agua o lo que sea”, según una entrevista telefónica otorgada a la cadena NBC News.
Durante la visita, el presidente portó una gorra blanca con insignias estadounidenses, mientras que Melania Trump vestía chaqueta caqui, pantalones verde oliva y calzado deportivo. Ambos posaron para fotografías junto a funcionarios locales, policías y personal de emergencia.
La tragedia ha provocado críticas hacia la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), cuya actuación ha sido cuestionada por habitantes y autoridades locales. La agencia ha sido objeto de señalamientos debido a la lentitud en el despliegue de ayuda humanitaria y por la reducción presupuestal ordenada durante la actual Administración.
Respecto a la continuidad de FEMA, Trump ha reiterado su intención de reducir gradualmente las funciones de la agencia, aunque no ofreció detalles concretos durante su visita. “Nadie esperaba esta catástrofe”, declaró el mandatario, quien descartó que los recortes presupuestales hayan afectado la capacidad de respuesta federal.
Publicidad
Según datos oficiales, las inundaciones en Texas son consideradas entre las más mortales registradas en los últimos años en Estados Unidos. Equipos de rescate, elementos de la Guardia Nacional y personal voluntario continúan las labores de búsqueda en áreas con acumulación de lodo, escombros y viviendas destruidas.
El Gobierno estatal de Texas no ha informado de forma precisa cuántas viviendas fueron afectadas, ni el monto estimado de daños materiales. La Administración federal tampoco ha anunciado un plan específico de reconstrucción para las zonas dañadas.