El propósito de esta historia es claro: exponer cómo un individuo se radicaliza por experiencias traumáticas. Jerry Kane, interpretado por Nick Offerman, es el personaje central que creó el guionista y director Christian Swegal en un thriller sumamente interesante que expone cómo se forma un peligroso movimiento antigobierno.
Los llamados “soberanos” no reconocen la autoridad de ningún nivel anteponiendo su libertad personal como la esencia de la ciudadanía estadounidense.
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El problema más grave se da cuando le colocan a Jerry un aviso de desalojo en su casa y se anticipa una violenta confrontación donde figura Joe (Jacob Tremblay), el joven hijo ya indoctrinado, con quien el protagonista emprende un viaje llevando su mensaje extremista a pequeñas comunidades.
El problema es que Jerry no tiene licencia de conducir y cuando es detenido por eso, Joe va a dar a una casa de acogida; pero eso no frena la tragedia que se avecina al final, aunque para llegar ahí hay que pasar por la subtrama de John Bouchart (Dennis Quaid), un policía que educa a su hijo con la misma sumisión, pero hacia el Estado.
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Offerman y Tremblay son los que salvan este filme con dos soberbias y convincentes actuaciones y personajes tan logrados que no son predecibles, anclados en una narrativa que advierte los peligros del fanatismo en el aquí y el ahora. *** y media.
Punto final.- Los nuevos vengadores sí divierten.
