Catalino, a la izquierda

Desde hace unas semanas, la aparición de Catalino Zavala Márquez como un activo político de Morena, que pretende revivir en la última etapa del gobierno de Marina Ávila Olmeda, tiene una finalidad específica: virar a la izquierda. Y es que la mandataria estatal presumió en una reunión de trabajo a su compañero de partido y ex jefe -pues trabajaba con él en el Congreso de Baja California-, con quien no tendría una sola agenda de trabajo que cumplir estando en las oficinas gubernamentales. En fin, el motivo por el cual Zavala Márquez pisó nuevamente las oficinas gubernamentales en Mexicali tiene un trasfondo político muy interesante, pues en tiempos donde Ávila Olmeda se encuentra a la deriva, con la brújula desviada y con complicaciones políticas, ha decidido retomar viejas amistades y alianzas. Para decirlo llanamente, la gobernadora quiere cerrar su gobierno con algo que la identifique como un gobierno de izquierda y apegado al proyecto de Claudia Sheinbaum Pardo, con la única intención de ser reconocida como una persona del movimiento y no como una invasora a la política morenista. Catalino está encargado de cumplir como una especie de asesor político que les enseñe a identificar perfiles con visión de derecha -como prácticamente todo el gabinete de Marina Ávila- y de izquierda, con el afán de incluirlos en este este proceso de reestructuración que se ve obligada a cumplir a raíz de la reforma de paridad sustantiva. El político ex priista, ex perredista y varias veces diputado, será uno de los asesores para que el próximo gabinete de Marina sea más afín el proyecto de Claudia Sheinbaum, algo que a la fecha no entienden y por ello han colocado un equipo de trabajo plagado de tecnócratas, de oportunistas y de traidores… ahhh, sí, y una que otra cuota política o empresarial.