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lunes, julio 14, 2025
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Alimentos suben 8.74% en Tijuana

Todo está subiendo y el salario es muy bajo para uno. No alcanza. Compro unas piernitas, cuatro tomates y así, pocas cosas y ya son 500, 600 pesos”, dijo Patricia Guillén, cliente de un mercado.

Para hacer rendir el dinero, su familia ha cambiado “casi todo” a marcas más económicas, pero de todas formas su gasto sigue igual. “A veces la diferencia sólo son 50 centavos y ni modo, se tiene que comprar”.

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Patricia expresó su preocupación por el aumento de precios, aun cuando recibe la pensión de adultos mayores del Gobierno Federal. Con eso “puedo surtir un poquito más”, pero el huevo, la carne, el pan, todo está “carísimo”.

Otra compradora, Eulalia, mencionó que busca ofertas ante el aumento del huevo y el pollo, que es lo que más consumen ella y su esposo pensionado, por ser más baratos que la carne de res y el pescado. Aplica lo mismo para verduras y frutas, por lo que todas las semanas adquiere calabaza y plátanos. Pese a la búsqueda de ofertas ya está comprando menos, como cuando consume carne de res. “Antes compraba un kilo, ahora compro tres cuartos”, relató.

“Mi despensa está cada vez más vacía. Antes gastaba mil pesos a la semana en el mandado, ahora no baja de mil 500 pesos y llevo menos comida que antes, porque conforme avanza la semana el refrigerador se vacía”, comentó otra cliente.

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En un recorrido hecho por ZETA en diferentes mercados (Florido, Aprecio, Soriana y Aurrerá) de Tijuana se observó que la pechuga de pollo a granel subió alrededor de 30 pesos de enero de 2024 al 7 de julio de 2025, al pasar de un precio promedio de 68.4 pesos a 94.4 pesos; y la cartera de 30 piezas de huevo blanco se vende hasta en 113.90 pesos, 22.4 pesos más.

El kilogramo de milanesa de res (pulpa negra y bola) oscila entre 169.90 pesos y 244 pesos, aunque en enero de 2024 no rebasaba los 190 pesos.

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El encarecimiento de los alimentos está “golpeando” a las familias mexicanas, particularmente a las bajacalifornianas, porque el alza ha sido en productos de mucho consumo, como las carnes, y la presumida renovación del Paquete contra la Inflación y la Carestía “no está funcionando” y la población sigue empobreciéndose, señaló Roberto Valero, presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California.

Al cierre de 2024, el porcentaje de personas cuyos ingresos eran insuficientes para comprar la canasta alimentaria fue de 35.4 por ciento a nivel nacional, pero en las zonas rurales ascendió a 50.7%, la cifra más alta de los últimos dos años.

Según el último dato del Coneval, la canasta alimentaria ascendió a 2,379.47 pesos en áreas urbanas en marzo de 2025, el nivel más alto desde abril de 2024. En zonas rurales fue de mil 797.48 pesos, dato no visto desde enero de 2025.

En entrevista con ZETA, David Calderón, director General del Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidad de la Niñez (CEIDON), alertó que el encarecimiento de los alimentos agravará tanto la desnutrición como el sobrepeso y la obesidad en México, esta última problemática ya en cifras alarmantes en menores de edad.

Foto: Jorge Dueñes

INFLACIÓN EN TIJUANA Y MEXICALI ARRIBA DE LA NACIONAL

Durante junio de 2025, la inflación general en Tijuana y Mexicali subió 0.32% y 0.50% respecto a mayo 2025. En términos anuales, Tijuana alcanzó una inflación de 5.78% (la segunda más alta del país) y Mexicali de 4.16%; ambas cifras por encima de la inflación nacional, que tuvo un aumento mensual de 0.28% y se ubicó en 4.12% a tasa anual.

Más “alarmante” es la inflación en los alimentos que se “disparó” 8.74% en Tijuana y 6.39% en Mexicali, en niveles no vistos desde 2023, apuntó Valero.

Las carnes presentaron un alza de 15.78% en Tijuana y 16.89% en Mexicali, con una tendencia ascendente desde noviembre de 2024. En el caso del huevo, subió 18.7% en Tijuana y 10.04% en Mexicali. A ello se suma, el aumento “importante” de la electricidad de 6.07%, pese al subsidio de verano. El incremento al cierre de junio fue “la segunda cifra más alta desde junio de 2014”.

El analista económico refirió que el poder adquisitivo de la población ha ido disminuyendo, con todo y que se presuma que el estado tiene el salario más alto del país. La percepción promedio fue de 725.83 pesos en junio pasado; un sueldo que no llega a los dos salarios mínimos vigentes.

Según el Seguro Social, poco más de la mitad de los trabajadores formales (54%) gana hasta dos salarios mínimos. Contando a los que perciben hasta tres salarios mínimos, la cifra se eleva a 80%, pero este último rango salarial ha ido achicándose. Con ello, la clase media de Baja California ha ido disminuyendo, aunque en el pasado era mayor a la de Jalisco y Nuevo León.

Los datos de junio revelan que Baja California perdió cinco mil 675 puestos formales respecto a mayo 2025. “La debacle del empleo” alcanza 37 mil 152 puestos menos desde octubre 2023, cuando comenzó la desaceleración en la generación de empleo, que ha ido agravándose, agregó.

Además, en el último año el estado perdió 2,771 patrones formales, al pasar de 41 mil 763 a 38 mil 763; empresas que seguramente migraron a la informalidad.

 

ENCARECIMIENTO DE ALIMENTOS AGRAVARÁ DESNUTRICIÓN Y OBESIDAD INFANTIL

El director de CEIDON, David Calderón, consideró que las autoridades tuvieron que haber previsto el incremento “tan importante” en el precio del pollo y el huevo, provocado por más exportaciones a Estados Unidos como consecuencia de la gripe aviar en ese país, señaló David Calderón.

En ese sentido, alertó que el encarecimiento agravará la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad en el país. En febrero pasado, CEIDON y Save the Children presentaron el Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez en México. El documento reveló que no ha bajado la desnutrición infantil, y sigue aumentando la obesidad en este sector de la población.

Foto: Jorge Dueñes

David Calderón explicó que la desnutrición en niños es cuando no tienen los nutrientes adecuados para madurar y eso se refleja en una baja talla para su edad. El sobrepeso y la obesidad ocurren cuando van acumulando grasas y se hinchan tejidos reflejándose en un mayor peso al adecuado para su edad. Ambos constituyen malnutrición. “Hay ocasiones raras, pero cada vez más frecuentes, en que un mismo niño presenta desnutrición y obesidad”, apuntó.

Para Baja California, el Atlas proyecta que la desnutrición se agrava, al identificarse que existe 14.3% de la población infantil de 0 a 3 años en riesgo de presentarla, con lo que la entidad se ubica en octavo lugar con más riesgo para ese grupo etario.

Esto se debe a que la lactancia materna exclusiva está “muy por debajo” de lo que es necesario. “Entre la cultura y las presiones económicas muy pocas madres pueden realizar lactancia materna” en el estado, y en la etapa de alimentación perceptiva (de los 2 años en adelante) cuando se está pasando a sólidos, la alimentación es “cara” y no se consigue fácilmente, por los tiempos de preparación que conlleva hacer la comida de los infantes.

Conforme el niño va creciendo, la desnutrición se reduce, porque las familias ya no preparan comidas especiales; pero va elevándose el riesgo de que los menores presenten sobrepeso y obesidad. En Baja California ese riesgo es de 43.5%, ubicándolo en séptimo lugar entre los estados con más riesgo, lista liderada por Nayarit (99.3%) y Baja California Sur (94.8%).

En la entidad, el mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad (67.8%) se registra en niños de entre 7 y 9 años. Claramente “ya no es un mal de la prosperidad”, sino que también las poblaciones empobrecidas empiezan a tener sobrepeso y obesidad desde muy jóvenes, afirmó David Calderón.

La malnutrición en México no se reduce a los ingresos de las familias, sino que es multifactorial. Implica abastecimiento de alimentos y un ejemplo de ello es que aun cuando la costa mexicana es más grande que la de Europa, en nuestro país no hay un sistema de red en frío para distribuir, a un menor costo, el pescado, que es la mejor proteína para los niños.

La malnutrición también implica educación, infraestructura de agua potable, y hasta violencia intrafamiliar, entre otros factores, por lo que las soluciones de política pública (como el etiquetado) se han quedado “muy cortas”.

“Por más que sepas que no es la comida más sana, las consumes, porque si no, ¿qué comes? No hay una alternativa real (…) porque hasta la comida callejera es más cara que los alimentos industrializados”, agregó.

La coordinadora del Programa Infancia y Adolescencia en la Jurisdicción Sanitaria 2 de la Secretaría de Salud estatal, Gabriela Arciniega Amezcua, refirió que actualmente hay 61 casos de desnutrición leve y moderada y 43 graves, de 26 mil 886 consultas en los Centros de Salud.

El año pasado se registraron mil 168 casos de desnutrición leve a moderada y solamente 18 fueron graves, de 68 mil 513 consultas. “Esto nos da un panorama de que tenemos más niños con sobrepeso y obesidad que niños desnutridos”; sin embargo, la desnutrición se ha mantenido y debe tratarse.

Además de la baja talla para su edad, la desnutrición puede provocar retraso en el aprendizaje. “Algunos casos de desnutrición grave son desencadenados de enfermedades base como parasitosis, malformación congénita o diarreas que no han sido atendidas adecuadamente”, explicó Arciniega Amezcua.

La nutrición tiene que ser balanceada, que cumpla con todos los grupos de alimentos (proteínas, carbohidratos, grasas); cuando esto no sucede por carencia económica o modas alimenticias que restringen la ingesta de algún grupo alimenticio, ocurre la deficiencia de nutrientes, apuntó.

Los menores de edad no son los únicos que tienen más riesgo de tener desnutrición por el encarecimiento de alimentos, sino también los adultos mayores. “El aumento de los precios por la causa que sea sí repercute, porque desgraciadamente no va equiparable el aumento de la percepción que tengan nuestros adultos mayores”, indicó el coordinador del programa de Enfermedades cardiometabólicas adulto y anciano de la Jurisdicción, Julián de Loera Arias.

La desnutrición en este sector poblacional ha permanecido. Se habla que del 25% hasta 50% pueden estar cursándola, entiéndase esto no sólo aquellas personas con peso bajo, sino que puede haber adultos mayores con sobrepeso y obesidad que tienen un nivel nutricional bastante deficiente.

Como factores de riesgo de la desnutrición están: el que el adulto mayor viva solo, no tenga un apoyo familiar, no cuente con ingreso económico suficiente, o ya padezca enfermedades crónico-degenerativas (hipertensión, diabetes, embolias), agregó.

Foto: Jorge Dueñes

SUBREGISTRO Y DESMANTELAMIENTO DE INSTITUCIONES

El Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal, correspondiente a la semana 26 (22-28 de junio) indica que Baja California acumula 37 casos de desnutrición severa en 2025; 11 más que igual lapso de 2024. De desnutrición moderada contabiliza 59, cinco más que en 2024; y de desnutrición leve, 317, dato inferior a los 370 de 2024.

Para David Calderón, director de CEIDON, es “gravísimo” el subregistro de la malnutrición en el país y un instrumento para medirla que es la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), que presenta un desfase de más de un año por la complejidad que implica la captación de información, y la muestra cada vez se ha ido reduciendo, por recortes presupuestales al Instituto Nacional de Salud Pública.

“Tenemos un gobierno que dispara el dinero en todas direcciones”; entre todos los beneficiarios de programas sociales juntan sus apoyos y eso “mitiga un poco la pobreza a costa de ir desmantelando instituciones”, que sirven para medir las problemáticas, aseveró.

Una consideración similar expresó Roberto Valero sobre la extinción del Coneval: “Es una gran pérdida” pues en aras de bajar el gasto, según el gobierno, se atacó a organismos que producían más información, con la intención de ocultarla.

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Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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