La última vez que se vio con vida a los siete jóvenes originarios de Bahía de los Ángeles fue el pasado 1 de junio, cuando los recogió Edgar Alberto Díaz Zurita, alias “El Chino Díaz”, presunto jefe de plaza de Los Chapitos en la zona conocida como el sur profundo de Baja California.
De acuerdo con investigaciones preliminares de la Fiscalía General del Estado (FGE), el Chino Díaz trasladó a los jóvenes a bordo de una camioneta Tahoe blanca a lo largo de la ruta que va desde Bahía de los Ángeles a través del Golfo de California, cruzando la Misión de San Borja en dirección a la comunidad de Nuevo Rosario, en la costa del Pacífico.
Fue en esa región árida y remota, que la fiscalía describe cómo “en medio de la nada”, donde los cuerpos fueron hallados sin vida, con múltiples heridas de arma de fuego y golpes contusos. Fueron los agentes de la fiscalía en San Quintín y el Ejército Mexicano quienes activaron el operativo para el rescate de los cuerpos.
A pesar de que la Fiscalía del Estado no ha confirmado la identidad hasta no tener los resultados de las pruebas de genética, los colectivos de madres buscadoras en San Quintín han revelado las imágenes de un grupo de hombres, entre ellos dos menores de edad que estaban en calidad de desaparecidos desde el mismo día que fueron localizadas las fosas clandestinas en San Borja.
Estas víctimas son: Anthón Díaz Álvarez y Daniel Alberto Díaz Fuerte, ambos de 17 años; Omar Antonio Espinoza Sandoval, de 18; Josué Pérez García, de 20; Miguel Heriberto Ramírez, de 21; Jesús Manuel Cortez Rodríguez y Gerardo Ariel Chávez Covarrubias, ambos de 23 años.
Hasta el momento, la FGE sólo tiene una conexión directa entre los desaparecidos, ya que ellos o su familia se dedicaban a la actividad pesquera.
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Sin embargo, el Chino Díaz está señalado por las autoridades estatales y federales como un líder criminal activo, presuntamente involucrado en delitos de alto impacto como narcomenudeo, tráfico de drogas por carretera y mar, así como robos y extorsiones a turistas, especialmente en zonas del Golfo de California y Bahía de los Ángeles.
Agentes de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana informaron que la célula dirigida por el Chino Díaz mantenía bajo amenaza constante a pobladores y visitantes, incluidos turistas extranjeros.
La Fiscalía no descarta que el crimen esté vinculado con disputas internas entre cárteles rivales, como Los Chapitos y Los Mayos, quienes se pelean el control del territorio desde hace varios meses, y que está afectando las comunidades costeras desde Loreto hasta San Felipe.
EL CONTROL DE BAHÍA DE LOS ÁNGELES ESTÁ EN SAN FELIPE
El comando armado dirigido por el Chino tuvo un enfrentamiento a balazos con otro grupo de sicarios al parecer perteneciente al cártel de Los Mayos. Así es como las investigaciones de la Fiscalía General y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo han expuesto.
El temor, afirmaron en las mesas de seguridad, es que esta situación tenga repercusión más al norte, en el municipio de San Felipe, ya que El Chino Díaz era gente de “El Parra” quien tiene vínculos con “El Burro” y “El Chama” en Baja California Sur, como encargado de sicarios y del narcomenudeo.
Incluso, se ha llegado a mencionar en la corporación de la fiscalía estatal que la violencia generada por los cárteles, y las advertencias, fueron el motivo de la renuncia del director de Seguridad en San Felipe, Marco Vinicio Tiznado.

EL CHINO DÍAZ TENÍA VEHÍCULO DE BLINDAJE
Oficiales del Ejército Mexicano informaron el pasado 13 de marzo sobre el aseguramiento de un vehículo con blindaje artesanal que, aparentemente, habían localizado en medio del desierto durante un recorrido.
Aunque esta versión no fue confirmada por las autoridades de seguridad, hay agentes en el poblado de Bahía de los Ángeles, que afirmaron que ellos tenían detectada esa unidad en un almacén de los Díaz desde hace tiempo.
La movilización se realizó al norte de Mulegé en Baja California Sur, en las inmediaciones de Bahía de los Ángeles, y como resultado también se registró la detención de tres hombres a bordo del “Monstruo”, que, según las autoridades federales, lo usaba el crimen organizado para protegerse de los militares.
Una vez que concluyó el operativo, tanto el vehículo blindado como los tres detenidos quedaron a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR). Éste no es el primer vehículo con blindaje artesanal que se asegura en la Península de Baja California y Baja California Sur.
INVESTIGAN AJUSTE DE CUENTAS
Tras el hallazgo de ocho cuerpos en avanzado estado de descomposición en las inmediaciones de la Misión de San Borja, municipio de San Quintín, que se encontraban en fosas clandestinas, las autoridades no descartan que se trate de un ajuste de cuentas por otro crimen que se registró días antes.
De acuerdo con la Fiscalía General, lo que posiblemente detonó esta violencia en contra de los jóvenes fue el asesinato de un pescador local a quien conocían como “El Oaxaco”, cuyo cuerpo fue localizado el 30 de mayo dentro de una camioneta pick-up abandonada sobre el tramo carretero Punta Prieta–Paralelo 28.
Según las líneas de investigación que se tienen hasta el momento, ese crimen habría desatado el enfrentamiento armado en medio del desierto de San Borja que derivó en tragedia.

La fiscal general, María Elena Andrade Ramírez, informó que los familiares comenzaron a reportar la desaparición luego de que un amigo de los jóvenes los recogiera en una camioneta.
Algunos de ellos residían con sus familias en Bahía de los Ángeles, mientras que otros vivían en localidades más alejadas, lo que provocó que las denuncias se presentaran de manera escalonada.
El fiscal de homicidios, Miguel Ángel Gaxiola Rodríguez, detalló que los cuerpos fueron encontrados con signos de violencia extrema, como golpes en la cabeza, posibles casos de estrangulamiento y heridas producidas por arma de fuego.
“Se trata de una zona desértica, de difícil acceso, lo cual dificultó el hallazgo y la preservación de los restos”, precisó el fiscal.
Las autoridades sospechan que el crimen fue perpetrado por una célula criminal que ingresó por brechas desde el sur del estado, posiblemente ligada a las disputas entre grupos del narcotráfico como los Chapitos y los Mayos.
La FGE ha solicitado colaboración a las autoridades de Baja California Sur para realizar estudios de balística, con el objetivo de determinar si las armas utilizadas en este ataque guardan relación con otros homicidios recientes.
“Hay evidencia clara de un enfrentamiento entre grupos criminales que pelean por el control territorial en esta región”, declaró la fiscal Andrade Ramírez.