Quedar bien

En la evidente campaña de conciliación que encabeza la Gobernadora Marina Ávila Olmeda, a partir de que ella informó públicamente que su visa de turista para ingresar a los Estados Unidos le había sido revocada, con quienes también parece congraciarse es con los empresarios, aunque ciertamente muy críticos no son, al parecer acordarán el reparto de lo que más parece interesarles: el dinero público. Fue en la tercera semana de abril, cuando aún con visa y empoderada, la Gobernadora Ávila Olmeda anunció así, a bote pronto, en una de sus conferencias semanales, que había enviado una iniciativa al Congreso del Estado para desaparecer el Fideicomiso Empresarial (FIDEM), una bolsa de 180 millones de pesos que se le entrega a las organizaciones empresariales, según para la promoción de la economía regional, pero que ha sido utilizada con harta opacidad. Sin haberles tomado en cuenta, la gobernadora, en su facultad, dijo que tal fondo ya no se entregaría a los hombres de negocios, sino que se destinaría para infraestructura educativa, de hecho, que ya tenía una bolsa inicial de 380 millones de pesos, porque “sé que todos estamos de acuerdo en que no hay mejor inversión que la que se hace en educación”, dijo por entonces. Sin embargo, el miércoles 11 de junio, en el Valle de Guadalupe, se reunió con los dirigentes empresariales para “dialogar sobre la configuración del FIDEM”, es decir, que evidentemente no lo desaparecerá por completo, pero sí que “permita destinar recursos al fortalecimiento de talento e infraestructura educativa”, según las palabras de la mandataria. Entonces, para quedar bien con la clase empresarial, la gobernadora dio un paso atrás de los tres que había andado, al reclamar el recurso público del FIDEM, en su totalidad, para la educación. Definitivamente, la campaña de conciliación de Ávila le sigue costando al estado, pues de la transparencia en el uso del FIDEM, nada se habló. Al final, lo que importa es el dinero… público.