Si se les preguntara a los bajacalifornianos, quizás confirmarían que no son tan ajenos a los espectáculos entre semana, aunque luego la asistencia a los distintos recintos, con excepción de premieres anticipadas o conciertos populares, sea menor.
A pesar de este panorama, los gustos y predilecciones refuerzan que hay público para todos, como en la marea negra de 30 y mayores presente el martes 24 de junio en el Black Box, emocionados por un evento inédito (y ojalá repetible): la llegada de un grupo alemán de metal gótico cuyo impacto se ha visto alrededor del mundo, pero que a Baja California no habían acudido aún en 35 años de trayectoria.
Eran las 10 en punto, como estaba proyectado, que, con todo y reubicación del evento inicialmente proyectado para ocurrir en el Cine Bujazán, el humo inundó el escenario mientras las luces se apagaban, dando la bienvenida a Lacrimosa.
Con su mítico mechón blanco, Tilo Wolf demostró su liderazgo y creatividad musical al saludar a Tijuana, saludando en inglés con un “nos hemos sentido muy bienvenidos, esperábamos con ansias de pasar esta noche con ustedes”, y alternando en voces y protagonismo no sólo con Annie Nurmi (voz y teclado), la finlandensa cuya voz armonizara perfectamente desde su integración a la banda, pero también con Jay P. (guitarra), Jenz Arnsted (bajo) y Julien Schmidt (batería), ante un recinto casi lleno y cuyos coros resonaron en las calles aledañas.
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Fue la primera vez que Lacrimosa llega hasta las latitudes bajacalifornianas, como parte de su “Lament World Tour” por México, en el que se tomaron seriamente el concepto de “mundial” al ofrecer presentaciones en nuevas ciudades, donde además de Tijuana, fueron recibidos en Mexicali; ambos municipios con fanáticos sólidos y comprometidos, quienes en la punta noroeste del país fueron llegando desde temprano para adquirir merch oficial del grupo y obtener bueno lugar, listos para para cantar en alemán, ovacionar al grupo y hasta soltar los celulares ante el dinamismo y vibras atrapantes de una agrupación que se ha destacado por su fusión del metal gótico con el heavy metal y música clásica.
Dos horas después, justo a medianoche, finalmente Lacrimosa se despidió de una noche histórica para Tijuana, maravillados por lo que denominaron como una experiencia fenomenal; una que incluso sin ser fan o conocedor de la banda, resulta imperativo de vivir.
z48seg