Interactuando profundamente entre el entorno y los habitantes de seis islas de las 292 que existen en Baja California Sur, el director sudcaliforniano César Talamantes retrata la historia de quienes viven y enfrentan día a día en las islas: pescadores, y familias enteras que han encontrado entre redes de pesca y arena su lugar en ellas.
Con una cámara que siempre captura el entorno en silencio, dejando fluir el viento, la marea y la textura del óxido, “Isleño” lleva al espectador a un lugar de visitante, caminado lento, sintiendo, y escuchando a los protagonistas, que sin rigidez ni poses deciden acercar su esencia comunitaria, y cooperativas que desnudan su resiliencia ante el hecho de vivir aislados y con pocos recursos, pero abundancia en resistencia y amor por su tierra rodeada del infinito Océano Pacífico.
El realizador oriundo de la península de Baja California estrenó su filme en la cuadragésima edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, hasta donde llevó la marea de destinos escondidos, como El Pardito, Santa Margarita, San José, Santa Magdalena, Natividad y San Marcos.
Con espléndida fotografía, curiosa y a la vez empática, “Isleño” transporta a terrenos aislados en los que Talamantes descubre minas de yeso, comunidades pesqueras, y ganaderas que construyen su historia de manera progresiva: “Las islas como espacios endogámicos. Sociedades encerradas en sí mismas, con sus propios conflictos, pero mirar todos los días el mar en el horizonte lo compensa, por esa sensación de libertad, de viajar sobre el mar”, precisó Talamantes, quien fue acompañado por el cinefotógrafo César Gutiérrez Miranda (“No nos moverán”, y “El grosor del polvo”).
“Filmamos con la idea de encontrar imágenes atractivas, con trasfondos que pudiéramos aplicar metafóricamente, apoyadas con entrevistas”, subrayó el también director de “Los otros Californios”, cinta que aborda a la familias de rancherías alejadas, denotando su arraigo a la soledad de vivir en la península bajacaliforniana, “viviendo lo mejor que se puede con lo poco que se tiene, mostrando un carácter compartido y solidario, en la que los habitantes destacan junto a la naturaleza, sin preocupaciones”.