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viernes, junio 20, 2025
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El clavado de Acapulco

La bahía más hermosa del mundo donde en algún momento se congregara el jet set mundial. La romántica con canciones a María Félix, la creativa con la ropa de Acá Joe y la comida de Carlos Anderson, con las vistas maravillosas de la quebrada y la miríada de hoteles que otrora fulguraban en un arco de luces bello que bordeaba la costa.

Empieza con el galeón de la china que traía riquezas del oriente hacia España y que de alguna manera nos contaminó con el vestido tradicional de la mujer mexicana, el de china poblana.

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Las playas bellas empiezan con  Calete y Caletilla, en cuanto se vuelven vetustas y decadentes nos brincamos a Hornos y de ahí vamos saltando de playa en playa que vamos dejando deterioradas sin capacidad de reconstruir y remodelar. Con hoteles añejos, pasamos Pichilingue, invadimos Punta Diamante acercándonos al aeropuerto en lugares no tan bellos pero modernos y donde encuentran los chilangos solás y esparcimiento los fines de semana, que se hacen poseedores en miríadas de apartamentos de lujo.

Tal pareciera que Acapulco se lanzó desde la quebrada en un clavado loco a la nada. Un Acapulco que va siendo sustituido en parte por la Riviera Maya y en parte por Punta Mita en Nayarit y Puerto Vallarta en Jalisco.

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La ruta del sol trae prosperidad, pero también a grandes masas de turismo de clase media y media baja que de alguna manera rechaza al proverbial turista de élite.

Hay intentos de revitalizar a Acapulco con el tianguis turístico con los encuentros de tenis y con la poderosa inversión del grupo imperial y el bello centro de convenciones, parido por la Sra. López Portillo, y aquí madre naturaleza no ayuda pues le pega de golpe un huracán Otis y luego el huracán John este año, que genera deslaves de cargas de lodo de las colindas aledañas. El gobierno estatal y municipal hace poco y lo hace mal pues propicia la invasión de mafias que exigen piso y que tras ciega con droga asustando a los empresarios que intentan ganarse la vida honestamente.

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Se requiere un gigantesco esfuerzo cívico y gubernamental para reubicar Acapulco como la bahía del ensueño.

Acuérdate de Acapulco María Bonita, María del Alma

En la trova de Agustín Lara y de músicos y cantantes que eran arrullados por las olas del mar y por el viento céfiro que inspiraban mil emociones románticas, ¿dónde está la UBQ o la Baby O y el sensual Villa Vera?

La gente sufre la decadencia de Acapulco, se le quitó lo hospitalable, se lo tragó la ambición pequeña y la falta de cariño y de imaginación.

Quizás el próximo ciclo lo vea renacer, en un cucaburra delicioso y un madeira de vista excepcional, ahí queda el mar contaminado, los recuerdos, los clavados de Johnny Wismuler (Tarzán) y la apostura de Andrés García guapos lancheros que hacían el placer de las turistas americanas.

De corazón duele Acapulco, por 20 años el que esto escribe paso sus años nuevos en esa sensación de caricia tropical, de encuentros con el mar, subido en una tabla o surfeando sobre las olas. Recuerdo como puberto la enorme sorpresa que me causaba ver a bellas damas en la playa o en las albercas con desenfado quitarse la ropa y quedarse en minúsculos trajes de baño junto a sus novio o maridos que en otro lugar jamás hubieran permitido que se notaran sus rodillas y que aquí permanecían indiferentes ante el desabillé y el placer discreto de miradas furtivas.  Añoro Acapulco, recuerdo mis quemadas de sol, mis amores, y los placeres lúdicos. ¡No nos volveremos a encontrar, ay!

Hasta siempre.

 

José Galicot es empresario radicado en Tijuana.

Correo: [email protected]

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