La esposa le pregunta a Pablo:
– ¿Para qué hiciste esa soga en forma de horca?
– ¡Me voy a ahorcar!
– ¿Por qué?
– Porque estoy cansado que me digas que todo lo hago mal.
– Pablo…
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– ¿Qué? ¿Me vas a pedir perdón?
– Claro que no. ¡Tienes el nudo de la horca mal hecho!
Autor: El pobre Pablo.
Jamón serrano
En un restaurante en España:
– Por favor, ¿me da un sándwich de jamón?
– ¿Serrano?
– ¿Martínez?
– ¡Tiempo sin verlo!
Autor: Alguien que anda por allá.
Súper poderes
– Hola, quiero ingresar a La Liga de la Justicia.
– ¿Qué poder tienes?
– Tengo 45 años y sigo viviendo en la casa de mis papas.
– Pasa, tú serás ¡Superman!
Autor: Batman.
Cómo dominar varias lenguas
Va a buscar empleo como políglota. Quien lo entrevista le pregunta:
– ¿Dígame cuántas lenguas domina usted?
El hombre responde con tristeza:
– ¡Todas menos la de mi mujer!
Autor: La mujer.
Siempre quiso ser actor
Sebastián había buscado todas las posibilidades de ser actor de cine, Había acudido a todas las audiciones, se había regalado como extra, como actor “doble” en las escenas de riesgo lo que le había causado sendas heridas, huesos rotos, la pérdida de un ojo y toda clase de secuela físicas. No le importaba hacer eso gratis, con tal de que la gente lo reconociera; sin embargo, eso nunca sucedió.
Ya en su época de adultez se rindió, luego de 30 años insistiendo, sin que nadie nunca jamás lo reconociera.
Un día estaba en una cafetería tomándose un café cuando advirtió que una hermosa mujer no paraba de mirarlo así que decidió acercársele y preguntarle el por qué, a lo que la mujer le respondió:
– Es que me parece haberlo visto a usted en una película.
Sebastián no lo podía creer, ¡Por fin lo han reconocido! Feliz, le preguntó a la hermosa mujer:
– ¿En cuál película?
– No sé en cuál, ¡pero yo recuerdo que lo vi haciendo fila para entrar al cine a ver una película!
Autor: Un maestro de actuación.
Amor verdadero
La muchacha dijo:
– ¡Yo sólo busco alguien que me quiera!
Paco le respondió:
– ¡Pero yo te amo!
– No, cosita… ¡otro!
Autor: El otro.
El nombre del bebé
Entre amigas:
– ¿Cómo le vas a poner al niño?
– Alberto, como su padre.
El marido aclarando:
– Esposa, ¡me llamo Pablo!
– ¡O Pablo, como mi marido!
Autor: Un padre biológico.
Borrachos valientes
Dos borrachos están bebiendo en el bar cuando uno de ellos dice decidido:
– Me voy.
El otro le recrimina:
– No seas cobarde. No le tengas miedo a tu esposa. Mira como hago yo…
Toma el teléfono y marca un número; del otro lado contesta la voz de una mujer y el borracho empieza a decirle en un tono muy fuerte:
– ¡Mira! ¡Quiero que sepas que no te tengo miedo y aquí las órdenes las doy yo! ¡Me voy a quedar bebiendo con mi compadre hasta la hora que yo quiera y allá tú si te enojas! ¡No me importa!
Cuelga y el otro le dice aterrado:
– Oye, ¡Yo no soy capaz de hablarle a mi mujer así!
– Ni yo tampoco. ¡Yo llamé a tu casa!
Autor: La esposa del ebrio.
En el IMSS Bienestar
Jaime llega al área de urgencias del hospital con un hacha clavada en la cabeza. A hurtadillas, caminando adolorido y sangrante, llega hasta donde está el médico de turno, que le pregunta:
– ¿Le pasa algo amigo?
A lo que Pablo contesta:
– ¡Me duele la cabeza! ¡Me siento mal!
El médico lo diagnostica tranquilamente:
– Es que le va a dar gripa.
Autor: Un médico mexicano en Dinamarca.
La yegua Celina
La esposa le dice muy enojada a su marido:
– ¡Anoche en sueños llamabas a una tal Celina!
El hombre, muy mortificado, no haya que responder. Se siente descubierto, así que con rapidez mental le dice a su esposa:
– Ehhh… ¡esa es una yegua del Hipódromo a la que le aposté un dinero!
La mujer acepta la explicación y se tranquiliza. El marido sale a trabajar y al regresar en la noche su mujer está muerta de coraje. Al verla tan enojada, el marido le pregunta qué pasa:
– ¡Pues que la “yegua” del Hipódromo no ha parado de llamar por teléfono todo el día preguntando por ti!
Autor: Siempre la otra.
Marido y mujer
La esposa le dice al marido:
– ¡Tengo tanto que contar…!
– Bueno, ¿y por qué a mí?
Autor: Un soltero.
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