Con el despliegue de la Guardia Nacional estatal en Los Ángeles, California, el domingo 8 de junio, el presidente Donald Trump enardeció los ánimos de quienes se habían pronunciado contra las redadas migratorias emprendidas desde el viernes 6. El ambiente se convulsionó con mayor número de personas en las calles, un bloqueo multitudinario, vehículos en llamas, gases lacrimógenos, disparo de municiones.
A la par del caos generado en la vía pública, sobrevino un clima de tensión en el escenario político, con la exigencia del gobernador demócrata, Gavin Newsom, de desarticular la presencia de la Guardia Nacional por constituir “una violación a la soberanía estatal”, y la postura del presidente republicano de responsabilizar al político californiano y a la alcaldesa Karen Bass de los disturbios en curso.
Trump llegaría a opinar que Newsom debía ser arrestado en razón de su actitud ante las operaciones de control migratorio.
Mientras, en la vía pública se tensaría aún más con el enfrentamiento de manifestantes y elementos de seguridad, la disposición de enviar alrededor de 700 marinos, actos vandálicos en la modalidad de saqueos, un toque de queda impuesto por autoridades de Los Ángeles y arrestos por desacato. La protesta se expandiría a otros estados de la Unión Americana, al exterior de recintos oficiales.
La directora ejecutiva de Alianza Americas, Dulce Guzmán, recalcó que las manifestaciones en Estados Unidos no son infundadas y responden a que “en las últimas dos semanas” se han intensificado los operativos de detención de migrantes.
“Recibimos reportes que a fines de mayo Stephen Miller, que está trabajando con la administración Trump en este momento, ha ordenado a que los agentes de ICE (Inmigration and Customs Enforcement / Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) arresten a mínimo tres mil personas al día y creo que eso también ha causado más agresión en la manera que estos agentes están ‘enforzando’ la ley de migración”, manifestó en entrevista con ZETA.
La ejecutiva de la “red única de organizaciones lideradas por personas migrantes” detalló que en el mismo período se ha visto que en ciudades como Los Ángeles y Chicago se cerraron casos en el ámbito jurídico, de tal suerte que “las personas fueran más fácil de encontrar afuera de las Cortes de migración”, y que igualmente “se reportó agentes yendo a escuelas y yendo a tiendas en donde los jornaleros van a buscar trabajo”.
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En alusión a las concentraciones de inconformes, recalcó que “empezaron pacíficamente”, en un contexto en el que “el gobernador Newsom iba dando y sigue dando actualizaciones sobre las protestas y la condición de las personas que se están manifestando”.
Agregó que “la mayor parte” de los manifestantes “están ejerciendo su derecho a abogar por las cosas que les importan” y que el presidente Trump fue excluyente con Gavin Newsom, al disponer el despliegue de la Guardia Nacional de California.
El investigador del Programa Universitario de Estudios de Desarrollo de la UNAM, Tonatiuh Guillén López, expuso vía telefónica que “la decisión de tomar control de la Guarda Nacional del estado de California es un asunto (y) no considerar al gobernador es de entrada un asunto que ya está en demanda jurídica”, de manera que “es cuestionable jurídicamente”.
Calificó “la utilización de marines para atención de asuntos civiles” como una “pieza jurídicamente muy delicada”, pues la intervención de las fuerzas armadas en territorio estadounidense “ha sido prohibida en Estados Unidos”.
Advirtió que Donald Trump está intentando “declarar una especie de situación de insurrección” en un afán de justificar la participación de los elementos castrenses.
“Se trata de una estrategia que Trump está impulsando para militarizar el control migratorio”, advirtió.
La directora ejecutiva de Alianza Americas hizo hincapié que el despliegue de la GN en la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos procedió con la finalidad de “tratar de demostrar una situación caótica que no estaba caótica”. De modo que “al ir a Los Ángeles y desplegar no sólo a la Guardia Nacional, sino que también los marines, está causando un show para sus propias narrativas”, mencionó.

JORNADAS DIARIAS DE PROTESTA
El 11 de junio se cumplieron seis días de protestas en la ciudad californiana, sin que el clima de tensión disminuyera. Ese día se llevó a cabo una marcha por calles como Alameda y Temple. Los participantes se pronunciaron en rechazo a las operaciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas. “ICE fuera de Los Ángeles”, fue la demanda reiterativa. Entre los manifestantes ondeaban banderas de no pocos países de Latinoamérica.
Agentes policíacos destacados en una esquina dispararon balas de goma. Incluso intervino la policía montada en un afán de dispersar la manifestación. Poco antes de las 8:00 de la noche, hora en que iniciaría el toque de queda impuesto por autoridades angelinas, participantes y reporteros comenzaron a dispersarse; un episodio más, registrado durante una serie de jornadas diarias, en las que, de acuerdo con fotografías, imágenes de video e información de medios locales, no han sido ocasionales las expresiones de repudio a los controles migratorios y los actos de represión de las fuerzas del orden:
Viernes 6 de junio
Inician las protestas al exterior de un Centro de Detención federal, a consecuencia del arresto de personas por autoridades de inmigración. La consigna en voz de los manifestantes: liberar a los detenidos por estar exentos de antecedentes penales.
Redadas a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos precedieron la protesta. Entre los arrestos colectivos procedió el de los empleados de un almacén de ropa en el Distrito de la Moda de Los Ángeles. Autoridades a cargo del operativo se valieron de granadas aturdidoras y gas pimienta en perjuicio de personas que se manifestaron por la redada.
Yasmeen Pitts O’Keefe, portavoz de Investigaciones de Seguridad Nacional, dio a conocer que alrededor de 44 personas fueron objeto de arrestos administrativos durante las operaciones de control de inmigración y una más, por obstrucción. Reportó que se cumplimentaron cuatro órdenes de allanamiento referentes al alojamiento de migrantes sin permiso de residencia en tres ubicaciones circunscritas al Centro de Los Ángeles.

Sábado 7 de junio
La protesta adquiere tintes violentos con un enfrentamiento entre manifestantes y autoridades federales en Paramount, en el condado de Los Ángeles. “Fuera ICE”, fue la exigencia de la muchedumbre, a propósito de las tareas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
El enfrentamiento tuvo lugar en Alondra Boulevard, cerca de una tienda Home Depot, tras reportarse una redada más en contra de personas concentradas en ese establecimiento.
Manifestantes con el rostro cubierto lanzaron objetos contra vehículos oficiales en movimiento, entre éstos unidades de la Patrulla Fronteriza. Detonaciones y emanaciones de gas predominaron en el ambiente. Carritos de compra desplegados a lo ancho de la vialidad. Artículos en llamas en el pavimento. Incluso un automóvil en la intersección de los bulevares Alondra y Atlantic.
Participantes ondearon la bandera de México ante el vehículo siniestrado. La concentración de inconformes ascendía a más de cien. En medio de la manifestación, un hombre ensangrentado de la cabeza recurrió a una ambulancia perteneciente al Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles.
Manifestantes obstruyeron la salida de la autopista 710 a la altura del bulevar Alondra. Agentes federales procedieron al uso de granadas de aturdimiento en un afán de dispersarlos.
“Se han llevado a cabo múltiples arrestos por obstruir nuestras operaciones”, informó el subdirector del FBI (Buró Federal de Investigación), Dan Bongino vía red social. “Hay más arrestos por venir. Estamos revisando los videos para detectar a más perpetradores”, mencionó.
Domingo 8 de junio
Despliegue de la Guardia Nacional. Por disposición del presidente, Donald Trump, los efectivos de la fuerza de reserva se destacaron en resguardo de recintos federales.
Bloqueo de autopistas, quema de vehículos autónomos, objetos arrojados a la policía, así como fragmentos de concreto, a oficiales de la Patrulla de Caminos de California, sobre la autopista 101; tal fue la reacción de los manifestantes.
Guardias nacionales destacados frente al Centro de Detención Metropolitano se mostraban abastecidos de armas largas. Policías de Los Ángeles dispararon municiones. El departamento de la policía declararía ilegal la concentración de manifestantes.
El gobernador, Gavin Newsom, le solicitó a Donald Trump, vía correspondencia, retirar la Guardia Nacional. Del despliegue de la fuerza de reserva recalcó que se trataba de una “grave violación de la soberanía estatal”.
El presidente responsabilizó a Newsom y la alcaldesa, Karen Bass, de los disturbios en curso y propuso que ambos funcionarios se disculparan con la población angelina. En referencia a quienes procedieron a participar en las protestas aseguró que no eran manifestantes. “Son agitadores e insurrectos”, definió.
Lunes 9 de junio
Refuerzos de la Guardia Nacional y marinos al ámbito de las protestas. El presidente dispuso desplegar dos mil guardias nacionales de manera adicional; además, de acuerdo con funcionarios, las tareas de los miembros de la Guardia Nacional serían reforzadas con la presencia de alrededor de 700 marinos.
(El secretario de Defensa, Pete Hegseth, argumentaría un día después que el despliegue de la GN y el envío de marinos concurriría a proteger a los agentes del ICE durante la ejecución de sus operaciones).
Gavin Newsom anunció una demanda por el despliegue de elementos. Trump declaró que el mandatario estatal debía ser arrestado, tal como sugirió el zar de la frontera de la Casa Blanca, Tom Homan. El funcionario federal, había advertido: quienes obstruyan las operaciones de control migratorio, incluidos el gobernador demócrata y la alcaldesa Karen Bass, serán arrestados; a propósito, aclaró que ninguno de los dos funcionarios estatales había “cruzado la línea”.
Martes 10 de junio
Toque de queda y expansión de las protestas. Autoridades de Los Ángeles dispusieron la restricción con el argumento de evitar actos vandálicos y robo. La alcaldesa informó que el toque de queda aplicaría de las 8:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. del día siguiente, y abarcaría una parte del Centro de LA. Detalló que 23 establecimientos comerciales habían sido saqueados.
Además, Newsom solicitó a una Corte detener el respaldo de militares a los agentes de inmigración. Mencionó que la presencia de los elementos castrenses tensaría aún más el ambiente y seguiría alentando los disturbios.
MÁS DE 20 PERSONAS ARRESTADAS POR DESACATAR EL TOQUE DE QUEDA
San Francisco, Seattle, Filadelfia, Nueva York, figuraron como ciudades en las que, al igual que en Los Ángeles, se registraron protestas contra las medidas migratorias impulsadas por Trump.

En San Francisco, California, alrededor de 200 personas se manifestaron en las inmediaciones del Tribunal de Inmigración. En Seattle, Washington decenas de inconformes demandaron que se liberara a los detenidos en operaciones de control migratorio y que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) fuera eliminado.
En Filadelfia, Pensilvania, más de 100 manifestantes se concentraron frente al Centro de Detención Federal y emprendieron una marcha; aproximadamente 15 participantes fueron arrestados por desacatar la orden de dispersarse. En Nueva York, NY, una multitud se manifestó en la plaza Foley Square, con la exigencia de que el ICE no operara en la ciudad; la manifestación daría lugar a decenas de detenciones.
ALREDEDOR DE 300 DETENCIONES
La directora ejecutiva de Alianza Americas, Dulce Guzmán, sostuvo que la red de organizaciones pro migrante no tiene datos de cuántas personas han sido deportadas y cuántas detenidas en el curso de las redadas y protestas registradas en EE.UU.
“En muchos casos no hay manera de encontrar en dónde están esas personas. Entonces las tenemos como desaparecidas. Lo que sí hemos escuchado de nuestra organización miembro en California es que desde el viernes, al conteo que tienen, como 300 personas que han sido arrestadas y en unos casos han sido inmediatamente deportados”.
“MÁS QUE PALABRAS”, SE REQUIERE APOYOS EFECTIVOS DEL GOBIERNO DE MÉXICO: INVESTIGADOR
El 10 de junio, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, de conminar a las manifestaciones violentas en Los Ángeles.
Consideró que la mandataria mexicana no tendría por qué alentar a actos de protesta de esa índole.
“Vamos a seguir trabajando allá en Estados Unidos, en el marco de la ley de los Estados Unidos, para poder hablar permanentemente con los senadores y decir la afectación que esto va a tener incluso para la propia economía de los Estados Unidos; y en ese marco, si es necesario, haremos movilizaciones, pacíficas, que muestren que no estamos de acuerdo”, informó a finales de mayo en rechazo a la medida de imponer impuestos a los aranceles.
Noem “responsabiliza a la Presidenta de las manifestaciones o de las formas violentas de las manifestaciones, lo cual es completamente falso, pero necesita su chivo expiatorio para su grave error”, estimó Tonatiuh Guillén López, ex comisionado del Instituto Nacional de Migración y expresidente del Colegio de la Frontera Norte.
De cualquier manera, el Gobierno de México ha quedado a deber en el fortalecimiento de los consulados mexicanos, con personal y recursos financieros.
“Ahí sí es fundamental, más que palabras, apoyos materiales reales y efectivos para responder claramente”, opinó.
Amén de que “se requiere un diálogo mucho más abierto con otros actores del poder en Estados Unidos y no solamente con las oficinas del gobierno de Trump”, un intercambio de ideas “extenso, diverso”, extensivo a Senado, representantes, gobiernos estatales, congresos locales, comunidades, asociaciones civiles, concluyó.