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lunes, junio 23, 2025
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Bioética

El ejercicio de la medicina moderna se caracteriza por un énfasis en los factores de riesgo, las medidas preventivas, la enseñanza, la investigación, el desarrollo tecnológico, la atención médica a las clases desprotegidas, la ampliación de cobertura. Todas estas facetas de la práctica médica tienen una carga bioética importante. Desviarse de las normas de conducta no trae como consecuencia solamente los problemas legales, que desde luego los habrá, pero además una censura social y los dictados de la propia conciencia del médico que sabe que actuó de forma poco profesional y con falta de ética.

Así les podemos decir que la bioética es una disciplina relacionada con las ciencias de la salud e intenta establecer las bases para procurar el máximo beneficio de la salubridad y bienestar del paciente. Así de la bioética se han desprendido muchas de las normas que guían la conducta del médico, del personal de salud y también de los propios pacientes quienes conforman su entorno social. Habría que decir que los derechos del paciente no solo son concedidos por la autoridad, sino que son inherentes a su condición humana y quizá uno de los derechos más importantes sea el principio de autonomía del enfermo, este derecho hecha por tierra el paternalismo de la actuación médica, según el cual el médico daba las directrices a seguir y el paciente debía aceptar casi con sumisión las indicaciones médicas,  de acuerdo a este principio es el paciente quien en última instancia toma una decisión y esto es a través de su consentimiento que puede ser verbal o escrito. De modo que el médico puede insistir ante el enfermo o sus familiares que su propuesta sea aceptada pero no imponerla autoritariamente, obrar de esa manera significaría menospreciar la libertad del paciente.

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Para esto el médico debe de recabar la constancia de que el paciente ha sido advertido de las consecuencias de no seguir las indicaciones médicas, entre las más serias responsabilidades bioéticas de los médicos está el principio de beneficencia, es decir, la actuación conforme al interés para procurar el alivio y el bienestar de los enfermos, por lo tanto la actuación del médico debe ser con amabilidad, respeto, comprensión y tolerancia, además de tomar en cuenta la condición social y cultural, esto exige también una revisión del interrogatorio y exploración dando un seguimiento con cuidado respecto de la evolución del enfermo, que es la verdadera búsqueda tanto del paciente como del propio profesionista de la medicina.

El enfermo debe de estar informado acerca de su padecimiento, de los procedimientos de diagnóstico y tratamiento que se le van a aplicar, así como de los riesgos y las probables consecuencias, recuérdese que la medicina no es una ciencia perfecta y solo de esa manera habrá un involucramiento entre el paciente y el médico. Las explicaciones que se le dan al paciente, deben de ser amplias y claras a la altura de su compresión,  esto deviene inclusive de su formación como médico. Si yo firmo como paciente un documento cuando ingreso al hospital en el que acepto que se me practiquen los procedimientos necesarios, carece de valor moral, pero lo tiene desde el punto de vista legal en los asuntos de responsabilidad médica que profesionalmente he manejado, he advertido que incluso en esas hojas que firma el paciente al entrar al hospital o antes de ir al quirófano, viene la leyenda de que libera de toda responsabilidad legal al médico que lo asiste, y lo que sucede en realidad es que esta forma del consentimiento informado la debería de entregar el médico al paciente y no una enfermera o una persona del área administrativa que solo le van a decir en el mejor de los casos que lo debe de firmar la persona para poder ser operado, pero este documento carece de información como del diagnóstico, las formas de tratamiento, la advertencia de una reacción alérgica, para que pueda ser eficaz legalmente; lo cual implicaría que el enfermo debe autorizar cada uno de los estudios y procedimientos terapéuticos que se le van a practicar, esto después de haber recibido toda la información pertinente.

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El derecho del enfermo a ser informado con respecto a su diagnóstico y a las alternativas de tratamiento que generalmente no se le da, es porque el médico ya está en el quirófano mientras el paciente todavía se encuentra en su habitación, también la falsa percepción que el médico tiene de no informar sobre el diagnóstico, tratamiento, medicamentos a utilizar, porque finalmente y eso piensan muchos médicos “para que pierdo tiempo en explicarle eso sino me va a entender y no me va a comprender de manera adecuada”. Parece una impiedad informar ampliamente al paciente sobre el pronóstico de vida a corto plazo o la imposibilidad de mejorar sus condiciones de salud.

 

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Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.

Correo: [email protected]

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