Habla de resentimiento,
habla de puro dolor,
habla porque le ha dolido
su maldito corazón.
El ego se siente herido,
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le duele hasta el calzón
pues la visa le han quitado
a ella y a su ladrón.
Han congelado sus cuentas
y eso le duele un montón;
le pregunto: ¿qué se siente
que hable con el corazón?
Han robado a manos largas
como a ésta, mi nación;
le han dolido hasta las “nachas”
y le espera la prisión.
Qué vergüenza mexicana.
Marina se vio muy mal,
y esto apenas da comienzo
de lo que debe pagar.
Al pueblo lo tiene tenso,
pues ha gobernado mal
y Torres es otro puerco
del mismísimo corral.
Tijuana sin medicinas
y de baches mi ciudad;
eso sí, casa en San Diego,
eso hay que investigar.
Presidenta, ¿usted la apoya
o en la polla usted está?
Marina es mala leche,
microbio de mi ciudad.
Sin visa quedó Pilar
y anda bien encabronada;
se quedó sin capital
y eso me la trae frustrada.
El gringo la deportó
diciendo “por malas mañas”;
suerte que no fue a prisión
por tener las manos largas.
Sintió lo que es traicionar,
sintió lo que no está bueno
y también sintió el dolor
por abusar de lo ajeno.
Vergüenza para mi nación
es lo que sintió mi pueblo;
se quemó por ser ratón
y pagó un alto precio.
Que esto sirva de lección
para el servidor del pueblo:
el pueblo aquí es el patrón,
Obrador le puso el sello.
El pueblo ya despertó
(no todos, que quede claro);
sólo sufre el que robó
porque el fuego está en su cuello.
Ya no me llore, Pilar,
y desquite bien su sueldo;
demuéstrenos su lealtad
o se le pudrirá “aquello”.
Un loco ve su labor
y no ha visto sus propuestas;
entienda bien la lección
o al infierno irá a hacer fiestas.
Rafael Alfaro Ochoa
Tijuana, B.C.