Y siguen…

Increíblemente, cualquiera pensaría que los hechos recientes, la revocación de la visa de su esposo primero y la de ella después, y la carne asada masiva como manifestación pacífica contra su gobierno, que congregó casi nueve mil personas en el corazón de Mexicali, harían cambiar de estrategia pública a la gobernadora Marina Ávila Olmeda, pero no. Entre su equipo y para “contrarrestar” las manifestaciones ciudadanas, la de la capital y las que se aproximan en otros municipios de Baja California, el grupo de Morena en el poder ha organizado su propia “fiesta” en apoyo a “su” gobernadora, en la unidad deportiva del Mariano Matamoros, por cierto, una instalación del gobierno municipal. La cuestión es, que, a diferencia de la carne asada del 17 de mayo, y las que vienen, la “fiesta” de Morena es promovida por el partido en el poder, y con la colaboración de funcionarios y electos, que se han comprometido a llevar camiones llenos de acarreados para demostrar un “músculo político” contra la ciudadanía que espontáneamente se reunió en Mexicali. En chats privados de funcionarios de Morena, alcaldes se han comprometido a mandar desde los distintos municipios, transporte público con los acarreados solo para inflar el ego institucional. La realidad es que la animadversión contra las políticas públicas escasas del gobierno del Estado, la inseguridad creciente y las apariciones públicas frívolas en redes sociales de la gobernadora contribuyeron a la manifestación a propósito de la revocación de la visa para entrar a los Estados Unidos, pero la respuesta oficial de Morena es una “fiesta de apoyo” a la gobernadora, apoyo contra la sociedad que se manifiesta y, además, pagado. Porque esta semana, los actos “públicos” de la gobernadora, han sido prácticamente cerrados y con asistencia seleccionada para evitar protestas. De hecho, en Tecate, solicitó específicamente que no hubiera prensa. Por eso, lo de la “fiesta de apoyo”, más que respaldo, parece otra frivolidad, en estos momentos, innecesaria.