Cuando tenía 6 años de edad, vivía en la colonia Durango. Uno de los momentos que más gratamente recuerdo, viene de cuando mi padre nos llevó a la que para entonces era la aventura más grande de mi corta vida: subir por un sendero de una despoblada colina vecina, transitando entre cerros, hasta después de una disfrutada eternidad, llegar a una de las primeras casas que había en un cerro (lejanísimo para mí en aquel entonces), donde vivía mi padrino, que resultó ser Lomas Conjunto Residencial.
Con los años, ese sendero se acabó, al llenarse de construcciones y vialidades pavimentadas con un trafical. Me refiero a los cerros que hay entre Camino Verde y la Sánchez Taboada.
Otro gran recuerdo de la niñez es que los días tres de mayo (Día de la Santa Cruz), mi padre nos llevaba a subir el sendero hacia la cúspide del Cerro Colorado, en donde ni de chiste había alguna vivienda en sus faldas ni alrededor. Hoy hay viviendas en lugares cada vez más altos y quizá algún día estén hasta arriba.
En otra etapa de mi existencia, viví en Las Huertas, 1ª Sección, de donde un grupo de jóvenes llegamos a hacer caminatas-trote entre el otrora célebre “El Pirul” y el sendero que cruzaba por los árboles de aceitunas para subir a otra despoblada elevación, la cual cruzábamos para salir por el cerro donde ahora está la ya mencionada Sánchez, para encontrarnos nuevamente al bulevar Díaz Ordaz, cerca de la Benton (ahora O´Higgins), para retornar al punto de partida.
Hace alrededor de 13 años, gracias a Juanita, el Doc, Enrique, Gloria, Edelman, el Berna, Mayté (QEPD) y otros amigos corredores, conocí un sendero cercano al ahora 2º acceso de Playas de Tijuana, donde estaban subidas bautizadas como “La Tumba” y “La Infartadora”, pero ahora ya no se puede acceder.
Hace tres años, la pandemia obligó a buscar rutas alejadas del pavimento, habiendo quedado maravillado con los senderos ubicados cercanos al Bulevar 2000, lo que conocí aún mejor al integrarme a Guerreros Trail BC https://www.facebook.com/GuerrerosTrailBC?locale=es_LA, descubriendo “El Bosque de los Guerreros”, “El de los Wannas”, “El Fusique”, “El de las Baikas”, “Las Jorobas”, “La Matona”, “La Meseta”, “Las Cerezas” y cuanto nombre simpático bautizaron los corredores.
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Pero de unos años para acá, sobre todo en los meses recientes, la extraordinaria Tijuana, con su crecimiento demográfico explosivo, está acabando con los senderos y las anteriormente célebres carreras y rutas de Trail (UBT, RD, Wannas, La Banquita, etc.).
Como opción sólo quedan el Colorado, Kumiai, Las Abejas y Esperanto, pero no es lo mismo. Algunas pueden verse en https://www.alltrails.com/es/mexico/baja-california/tijuana/trail-running
Esperemos que como sucede en Estados Unidos y países desarrollados, se puedan preservar algunas rutas en nuestra ciudad o en sitios aledaños, como en el cerro El Coronel.
Todo es cuestión de que Tijuana no se quede sin senderos.
Alberto Sandoval ha sido profesor, servidor público, consultor, conferencista, deportista y activista ciudadano.
Correo: [email protected] Internet: http://about.me/sandovalalberto/
Facebook: Alberto Sandoval. X (Twitter): @AlSandoval