Por segunda ocasión en los casi ocho meses del periodo presidencial de Claudia Sheinbaum, el gobierno de Estados Unidos frenó las importaciones de ganado bovino vivo originario de México o en tránsito por nuestro país por la plaga del gusano barrenador, no vista desde la década de 1990.
El 11 de mayo de 2025, Brooke L. Rollings, titular del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) informó sobre la suspensión de importación del ganado mexicano, “debido a la continua y rápida propagación del gusano barrenador del Nuevo Mundo (GBN) hacia el norte de México”.
Los efectos de la medida surtieron efecto de forma inmediata y, entonces, se planteó que el freno de las importaciones se mantendría mensualmente hasta que se logre un “periodo significativo de contención”.
A la postre, Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) aseguró que acordó con su homóloga estadounidense una suspensión “temporal” de 15 días en lo que se revisa la estrategia conjunta contra el gusano barrenador para que “nos abran la frontera nuevamente, que es lo que México espera”.
Un día después, en la conferencia matutina, Berdegué Sacristán culpó a Estados Unidos de no controlar la plaga cuando fue detectada en el sur de Panamá y reprochó que se ha pedido “sin respuesta” se abra una planta de moscas estériles en Chiapas, “porque eso es esencial para poder combatir con efectividad esta plaga”.
“México no tenía responsabilidad en controlar esa plaga cuando estaba al sur de Panamá. Sí tenían responsabilidad nuestros socios norteamericanos, estadounidenses, que tienen la única planta que existe en la región en el continente para producir las moscas estériles que se necesitan. Bueno, el asunto es que se les fue de control. Viajó más de 3 mil 700 kilómetros, hasta que llegó a México”, aseveró.
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El titular de SADER, además, atribuyó el avance de la plaga en el territorio mexicano, “porque las moscas claro que vuelan”. Señaló que, el primer caso fue identificado el 24 de noviembre de 2024 y desde entonces se reforzó el control de movilización de ganado y la inspección epidemiológica a 20 o 40 kilómetros a la redonda al detectarse un caso.
El 100% de los animales que transitan del sur de México hacia el centro o el norte del país se revisa y trata preventivamente con medicamentos aprobados internacionalmente. Se han dispersado prácticamente mil millones de moscas estériles dadas por USDA.
El funcionario aseguró que 100% de las solicitudes de EUA se atendieron en horas o en días. “Vamos a hacer un barrido desde el Golfo de México al Pacífico a la altura de Veracruz, hasta llegar a Oaxaca y sur de Guerrero visitando 100% de los ranchos, además de que se ha capacitado a los ganaderos del país.
En respuesta, Rollings reconoció que ha trabajado con el secretario de Agricultura mexicano “estrechamente”, sin embargo, afirmó que es su deber tomar medidas para proteger a la industria ganadera de Estados Unidos de esta devastadora plaga. “No se trata de política, ni de castigar a México, sino de seguridad alimentaria y animal”, aseveró.
Entretanto, la Unión Ganadera de Coahuila exigió la renuncia de Berdegué Sacristán y pidió el cierre inmediato de la frontera sur para evitar la entrada de animales infectados.
“La negligencia, la falta de información, la ausencia de protocolos preventivos y la omisión de acciones inmediatas para contener esta amenaza son inaceptables. Su inacción ha puesto en riesgo no sólo la ganadería de Coahuila, sino el equilibrio sanitario de todo el país”.
En una carta enviada el 12 de mayo al titular de SADER, los ganaderos de Coahuila urgieron al gobierno federal a activar el Programa Nacional de Información, Contención y Erradicación con recursos suficientes para atender a todos los productores del país y a hacer campañas de capacitación.
La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas pidió reforzar la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal en Chiapas y Tabasco, donde se han detectado más casos del gusano barrenador, para evitar el tráfico ilegal de ganado bovino procedente de Centroamérica. Problemática que estimaciones de InSightCrime en 2022 alcanzaba las 800 mil cabezas introducidas ilegalmente a México, gracias a un mercado negro de aretes de identificación.