Lizeth Yazmín Torres Andrade se graduó de la licenciatura en Derecho por la UABC en el 2013; presume 12 años de experiencia “en el servicio público en áreas de investigación de delitos, seguridad y justicia alternativa”. Su último cargo fue subdirectora de Atención Ciudadana y Justicia Alternativa Penal, zona norte, en la FGE, la Fiscalía General del Estado de Baja California… donde su mamá es la fiscal general, María Elena Andrade. Hoy día, a pesar de que la Presidenta Claudia Sheinbaum sostiene una política contra el nepotismo, y que de hecho, en cierta medida, la reforma judicial se elaboró para acabar con esas castas familiares en juzgados y magistraturas, la junior de la fiscal Andrade es candidata, dentro de la categoría de candidaturas comunes, a jueza de oralidad penal en Mexicali. En la era del nepotismo morenista, salió de la FGE de la mamá, para entrar al Poder Judicial. Quien sí se quedó en la Fiscalía de Baja California fue el esposo de Lizeth Torres Andrade, a quien también le dio trabajo su suegra, la fiscal Andrade. Se trata de Rafael Cervantes Sánchez, director estatal de estrategias contra el crimen, quien obvio mantiene cargo, sueldo y poder, por el lazo familiar con la titular de la “autónoma” dependencia. Vaya que no hay decoro en las familias venidas a más con los gobiernos de Morena.
Nepotismo

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