El pasado 7 mayo, estudiantes de la carrera de Ingeniería en Bioquímica, con especialidad en Innovación Biotecnológica, del Instituto Tecnológico de La Paz, se manifestaron frente a la dirección del plantel.
Exigieron mejores condiciones en la carrera, la compra de reactivos para prácticas de laboratorio, instalaciones deplorables, aumento de las cuotas y la falta de transparencia en el uso de recursos financieros, ya que no ven clara la aplicación del dinero en sus áreas de trabajo.
Esto se dio luego de que hubiera fallas eléctricas que llevaron al mal funcionamiento de los equipos de refrigeraciones y la pérdida de miles de pesos en reactivos y la descompostura de refrigeradores.
“La respuesta del director ante de la pérdida de los reactivos fue que ni ellos sabían qué era lo que había pasado con la falla eléctrica que había habido, que otras veces se le informaba a la Academia cuando se iba a dejar sin luz los laboratorios, para que en estos casos, la Academia se prevé y salvaguardamos los reactivos; pero en este caso pues no, que ni ellos sabían qué era lo que estaba pasando”, señaló Fernanda, estudiante de la Ingeniería en Bioquímica.
En primera instancia fue filtrado el dato de alrededor de 600 mil pesos en pérdidas de reactivos, equipos y demás tras la falla eléctrica, que según Mario Cortés Larrinaga, director del Instituto Tecnológico de La Paz, fueron dos cortes: uno que estaba programado para los primeros días de mayo, y otro los últimos días de abril que generó fallas.
Pese a las pérdidas en las prácticas de los estudiantes (algunas que llevaban meses de trabajo) que se echaron a perder ante la falla de los refrigeradores, el director minimizó el daño; para él sólo es considerable la pérdida económica y no esas prácticas que se pueden volver a empezar, dijo.
“En primer lugar, no son 600 mil pesos, de ninguna manera. Las enzimas son los que se muestran en las plaquitas de Petri, creo que se llaman, para generar bacterias y analizarlas anteriormente; que esa no hay ningún problema, se puede hacer en cualquier momento y no hay ningún valor para esa pérdida. Los reactivos, eso sí, pero en ese momento se le dijo al jefe de laboratorio que estaban haciendo la valoración de lo que se ha perdido, pero le aseguraba en ese momento que no pasaba 50 mil pesos si acaso; pero no hay valoración, no sé de dónde sacaron el precio de 600 mil pesos, sostuvo Mario Cortés Larrinaga.
Según el directivo del plantel, basta con avisar que habrá un corte de energía y los maestros son quienes deben resolver y prever qué hacer para conservar sus reactivos, aunque les cueste a ellos.
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“Se hizo de jueves, viernes, sábado y domingo; 1, 2, 3, 4 y 5 de mayo. Di el aviso que se iba a suspender actividades, se suspendió todo y ahora está reaccionando todo perfectamente. ‘Pero ¿por qué no previeron la pérdida de estos reactivos?’- Porque esa fue otra cosa, un accidente, no sé, de otros días anteriores”, expuso el director del Tecnológico.
Aunque los estudiantes temen represalias, pues rompieron el silencio después de dos años, ya que no cuentan con equipo suficiente en los laboratorios, algunos equipos no se han instalado por falta de recursos, no hay reactivos o están caducados, hay equipo con fallas, no todos los salones funcionan los aires acondicionados o hay desgaste en las aulas, el director apuntó que “Nunca ha habido represalias contra estudiantes, ni va a haber mientras yo sea director. Me acaba de llegar este documento, vamos a revisarlo bien”.
Pero los estudiantes tienen otra versión, una donde las represalias se sienten en el aprendizaje, donde no se les voltea a ver y mucho menos los apoyan con equipo básico para operar.
“Se sospecha que mucho de todo tiene que ver de cómo nos tienen abandonados como carreras, tenga que ver con eso, con represalias hacía algún docente de la academia”, afirmó Brisa.
ESTUDIANTES EXIGEN CUENTAS CLARAS

Ante la falta de transparencia, los estudiantes reclamaron que haya un informe real de las pérdidas económicas y que se compren reactivos, por lo que piden conocer las compras que se han hecho.
El director fue tajante en su respuesta, al afirmar que “en la página del Tecnológico de La Paz está un renglón que se llama transparencia, donde están todos los informes”.
Sin embargo, al revisarse, no vienen desglosadas las compras, sólo el informe general, aparecen los egresos e ingresos por alrededor de un millón 700 mil anual en toda la institución.
En lo que se refiere a compra de materiales y suministros del 2024 para todo el plantel, se aprobaron 321 mil pesos y sólo se usó 84 mil pesos. Dentro de la inversión para reactivos, es decir, la partida para “Productos Químicos, Farmacéuticos y de Laboratorio”, el Tec anualmente dispusieron tres mil pesos; de eso se modificó a dos mil pesos y se redujo al final a mil pesos, de los cuales se ejerció cero pesos.
“No puedo desglosar yo en este momento por los reactivos, pero podemos hacer un ejemplo, una situación, podemos revisarlo posteriormente. Lo que les dije yo a ayer a los químicos, a todos los bioquímicos que estaban ahí, era que todos los reactivos, necesidades, instrumentos que necesitaba la academia de bioquímica y los laboratorios, yo los recibo y los autorizo inmediatamente”, aseguró el director del Instituto.
Otra de las quejas de los estudiantes es que no saben a dónde se van las colegiaturas, ya que en el informe analítico, el Instituto Tecnológico no declara los ingresos por cuotas y aportaciones, apareciendo en blanco.
Sin embargo, según lo declarado por estudiantes y la información oficial en el aviso de pago de reinscripciones, sí aparece el monto de tres mil 650 pesos por semestre; multiplicado por los tres mil 800 alumnos (tres mil 200 actual y 600 de nuevo ingreso), el total por semestre es de 13 millones 870 mil pesos, cuyo destino se desconoce.
A esto se suman los cursos de inglés, libros, optativas y extracurriculares, monto que no está contenido en el presupuesto.

Al pago semestral, se le suma “el inglés y los libros de inglés. Ingresamos pagando mil 850 en el 2020, entonces ahorita para el 2025 estamos pagando casi el doble de lo que nos costó el primer ingreso, a lo cual también nosotros como estudiantes pedimos que se nos entreguen con transparencia en qué se han ido esos recursos o de qué manera se han utilizado por la parte de nuestro de la carrera bioquímica, pues no se ven. No tenemos reactivos, no tenemos laboratorios, ahorita por la falla eléctrica que hubo, pues perdimos parte de nuestros proyectos”, denunció Yessica, estudiante de Bioquímica del Tecnológico.
Al director le molestó que de tener actualmente una matrícula de tres mil 200 estudiantes, sólo poco más de 100 se hayan manifestado y que le estén “echando bronca”.
“Ahorita estoy viendo que el 182, el grupo que está ahí afuera, no sé cuántos son. Me están echando bronca fuerte sobre algo que no creo que es correcto; estamos trabajando con todos. El presupuesto del Tecnológico es para tres mil 200 personas, tres mil 200 estudiantes; no para 184”, puntualizó el director.
Sin embargo, para los estudiantes no queda muy claro el manejo de recursos, tanto así que ni siquiera saben si realmente se compran insumos para laboratorio.
Y a como quedó expuesto en el presupuesto del año pasado, de los mil pesos, se invirtió cero, por lo cual el Tecnológico de La Paz no compra material para laboratorio, según su información pública.
“Nos explicó cómo se hacía, que solamente con un clic autorizaba y ya estaba, pero se negó a darnos los registros de los recibos donde se registraba que sí se compraban. Una cosa es que se soliciten y sí se solicitan, pero otra cosa son los recibos que tiene recursos financieros de que se sí se compran. No hay registro de esos recibos y no nos los quiso enseñar. ¿Por qué? Porque, según sus palabras, no quiso porque no quería y no tenía por qué autorizarnos eso a nosotros; que nosotros no teníamos autoridad para solicitarlos”, recordó la estudiante Brisa.
No compran reactivos, no hay equipo suficiente, algunos no funcionan y otros no se instalan porque no hay dinero para ello.
Y un ejemplo es un refrigerador que sigue en caja tras varios meses, porque no hay quien haga la instalación eléctrica para ponerse en funcionamiento.
“Ahí están los reactivos vencidos, si quieren podemos ir a checar, a ver, tenemos equipos nuevos sin instalar. ¿Por qué? Porque no hay no hay este recurso para hacer la instalación, ni mucho menos para darles mantenimiento; no es posible que tengamos que estar viniendo de un laboratorio a otro a esterilizar, a pesar, las balanzas son donadas. Los refris creo que también en parte son pusieron los profes, tuvieron que poner dinero de su sueldo para comprar esos refrigeradores, el gas, el agua destilada, los reactivos, los materiales, los filtros, las micropipetas”, lanzó la estudiante Fernanda.
Cómo es que no han llegado las solicitudes al director de la compra de reactivos. Esa es la pregunta principal, si en los laboratorios no hay material o cuentan con reactivos caducados desde el 2001 y otras fechas.
“Está lo de los reactivos, que se compren, se han estado solicitando por peticiones formales; el director dice que no es cierto, que a él no le ha llegado nada, que él compra todo lo que le llega. Sin embargo, al hablar con los jefes de laboratorio y la academia, nos dicen que las peticiones se han realizado y pues entonces no sabemos cuál es la falla que hay”, aseguró Michel, estudiante de la Ingeniería en Bioquímica.
Cuando se acercaron a pedir cuentas al director, la respuesta de Mario Cortés Larrinaga fue tajante.
“Él nos dijo por esa parte de los reactivos que todo lo que se ha solicitado se ha surtido, sin embargo, pues los jefes del laboratorio saben que eso no ha sido así… Tenemos más de dos años que los reactivos no se han surtido material el laboratorio pueden dar las solicitudes de que sí se han pedido… Sin embargo, el director no nos permite ver los recibos donde se supone que sí se han comprado… ¿Por qué? Porque nosotros no somos nadie para pedir ese tipo de información, así nos lo dijo él y porque no quiere”, participaron en la respuesta conjunta alumnas de cuarto y octavo semestre de Bioquímica.
Según el informe presupuestal 2024, se reemplazaron dos aires acondicionados de dos y cuatro toneladas en el laboratorio de Biotecnología (Edificio Z), los cuales ya se tenía en stock en almacén de mantenimiento, y los materiales requeridos para subsanar las deficiencias detectadas se adquirieron con presupuesto del ejercicio 2024.
A decir de los estudiantes de la Ingeniería en Bioquímica, están abandonados.
“En primer lugar, no es abandono”, refutó el director del plantel.
Además, dijo que todos los espacios educativos del plantel cuentan con aire acondicionado, buen equipamiento y mantenimiento, expresó que en el presupuesto hay un informe de mejoras al plantel.
“En este momento todas las aulas, sin excepción, todas las aulas tienen aire acondicionado y tienen proyector para para dar las clases, todas. Y eso que hemos tenido ya robos de proyectores en algunas de las aulas. Pero estamos trabajando por ello, estamos dispuestos a platicar, a arreglar qué es lo que quieren, pero que nos expliquen, no primero que empiecen a hacer manifestaciones cuando no sabemos qué es lo que está sucediendo”, justificó Mario Cortés Larrinaga.

ZETA fue invitado por los estudiantes a un recorrido por las instalaciones, mostrando una la realidad distinta a la versión que rindió el director.
“Aquí pueden ver las aulas como las tenemos, los mesabancos, estudiantes donde tenemos aquí haciendo sus tareas algunas porque además el trato que recibimos en la biblioteca es muy decadente. También una burla el tipo de cortinas que nos muestran en bioquímica: están rotas, manchadas y quién sabe qué; el tipo de instalación no está ni bien puesta la cortina. El aire acondicionado debe estar encendido un debido tiempo; se sobrecalienta y se terminan apagando”, denunció Paula, estudiante de Bioquímica.
Según el director, el presupuesto se usa inmediatamente si se trata de un asunto académico, y hay laboratorios equipados y bien atendidos.
“El presupuesto lo tenemos limitado, no le podemos dar absolutamente todo lo que se pide. Pero todo lo que corresponda a la academia, a los estudiantes, laboratorios, debe de cumplirse inmediatamente”, comentó Cortés Larrinaga.
Las aulas están en condiciones deplorables, fuimos testigos de que aires acondicionados, cortinas, mesabancos, lámparas y techos están despedazados.
“Es una vergüenza por lo que estamos pagando y cuánto estamos pagando; aquí en esta aula es donde personalmente yo tomo mis clases, pues en esa sí no le sirve nada el aire, a veces parece abanico, pero abanico mal, el tipo de mesabanco es la misma historia (mal estado). En esos tenemos semi cortinas, digo semi porque pues no están ni completas, algunas están cortas, si quieres utilizarlas no funcionan bien”, dijo Paula.
El recorrido nos llevó al laboratorio de biotecnología, equipo sin software, desactualizado y máquinas que no funcionan desde hace años; sólo sirven de manera didáctica y conocerlos físicamente.
“El refrigerador que les comentaba, otro refrigerador que claramente no tiene uso; tenemos nuestro freezer, sí tiene un uso, pero pues con la situación vaya el chiste que tuvimos ahora en vacaciones está ahí en, pues, en proceso (no funciona). Estos equipos se supone que lo debíamos usar para las carreras de Operaciones Unitarias 1, 2 y 3 y por cuestiones de que no sirven, tampoco se han mandado a arreglar”, denunció Paula.
En cuanto a la compra de insumos, ZETA constató visualmente que los reactivos con los que trabajan están caducados, por lo que el Tec no habría invertido ni un sólo peso en compra de farmacéuticos y demás material.
“Reactivos del 2001, 2022, 2023; tienen como desde el 2007 que no, hay reactivos que no se han surtido desde ese entonces. Ahora nuestras prácticas se transformaron en eso, en ver si los reactivos están caducados”, respondieron las alumnas ante la pregunta de cuáles estaban caducados.
Asimismo, se presentan algunos asuntos de gravedad, por los que incluso los laboratorios podrían ser clausurados por falta de seguridad y protección hacia los estudiantes; el equipo de emergencias no sirve, y podría dañar la salud de los alumnos.
“Ese es el equipo de seguridad, de lavado ocular; se usa por si nos cae una sustancia en los ojos, pero los maestros nos dijeron que no lo usemos, porque es muy viejo y seguramente ya no sirve”, evidenció Brisa.
Además, dijeron que se les informó de la compra de un refrigerador de la marca Torrey Inoxidable modelo RVSA-23UI CSRVSA23004, que supuestamente costó 100 mil pesos, ZETA lo verificó y su costo es de 35 mil 500 pesos en el portal oficial de la marca.
“Este refrigerador llegó este semestre, pero no se instaló porque no hay presupuesto para que lo instalen, dijeron que costó 100 mil pesos”, recordaron alumnas.