ISSSTE en campaña judicial

El contendiente a Juez Federal de Competencia Mixta, Nájera Huerta Santos Sadot, cometió una falta a la nueva legislación electoral que regula las campañas para quienes ocuparán los cargos en el Poder Judicial. En Ensenada, el abogado convirtió el salón destinado a la formación del personal médico y administrativo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en un foro político. La noche del sábado 17 de mayo, las puertas del hospital quedaron cerradas al público en general para que los simpatizantes de la iglesia La Luz del Mundo escucharan las propuestas del aspirante y explicarles cómo debían votar el próximo domingo 1 de junio. El problema fue que una videograbación captó el momento exacto en que Nájera Huerta promovía el voto a su favor. Uno de los asistentes, que se identificó como trabajador del Sindicato de la Secretaría de Marina (Semar), sin mostrar las licencias, se dio cuenta de la presencia de la cámara y reaccionó con hostilidad contra la persona que estaba tomando las imágenes e intentó expulsarlo. Visiblemente molesto, el sujeto argumentó que no podía dar información porque se trataba de “un evento privado”, e incluso llamó en repetidas ocasiones al personal de seguridad del ISSSTE; pero fue inútil porque ningún elemento de seguridad del hospital se atrevió a intervenir para legitimar la reunión que se desarrollaba en el salón. Esto sucedió a pesar de que, antes del registro, las autoridades electorales leyeron la cartilla a cada candidato y se les dijo: está prohibido el uso de recursos públicos para fines de promoción y propaganda electoral. Pero no toda la responsabilidad recae en Nájera, sino también en el facilitador, que en este caso fue Alejandro Hernández Garzón, director del ISSSTE en Ensenada, quien también incurrió en un desacato a las instrucciones del Gobierno Federal al permitir el uso del edificio con fines propagandísticos. Si Nájera llega al poder, es fácil anticipar cuál sería el tipo de justicia que implementaría en este estado, pero, sobre todo, hacía dónde se dirigen sus compromisos político-religiosos.