El director general del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California, Héctor Salvador Rico Hernández, informó que actualmente hay abasto de medicamentos en la institución, aunque reconoció que algunos fármacos no han podido ser adquiridos debido a que ciertas farmacéuticas dejaron de producirlos. No obstante, estos han sido sustituidos por otros compuestos.
En relación a la madre de Ricardo, de 56 años de edad, quienes dieron a conocer que desde el del 2024 no se le ha surtido la receta médica, el médico dijo que se atenderá ese caso en específico, que ya se giró la instrucción de resolver la situación.
También dio a conocer que desde la pandemia por COVID-19, algunos laboratorios dejaron de fabricar medicamentos específicos. Las compras de medicamentos en el instituto se realizan a través de licitaciones públicas emitidas por la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado.
Rico Hernández detalló que este año se destinaron 12.6 millones de pesos para la adquisición de fármacos. En el último concurso de licitación se lanzaron 40 claves (tipos de medicamentos), pero sólo se logró la adjudicación de 27, quedando 13 desiertas. Entre los medicamentos no adjudicados se encuentran la olanzapina inyectable (uno de los más importantes), magnesio, fenitoína, quetiapina y lorazepam, los cuales están siendo sustituidos por otros principios activos.
Respecto a las consultas, explicó que toda persona tiene derecho a recibir atención en el instituto, incluso si es derechohabiente del IMSS, Issstecali, Issste o IMSS-Bienestar. En estos casos, es necesario tramitar una hoja de derivación para que el Instituto pueda suministrar el medicamento correspondiente.
Otro factor que puede afectar el abasto es el retraso en el traslado de productos provenientes del centro del país, aunque estas demoras suelen ser de máximo dos o tres días.
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En cuanto al aumento de padecimientos relacionados con la salud mental en Baja California, como la depresión, el funcionario aseguró que el problema está bien identificado. Es el propio Instituto de Psiquiatría quien reporta estas cifras a la Secretaría de Salud.
“Podemos decir que desde la pandemia se duplicaron o incluso triplicaron las atenciones”, señaló el médico. Aclaró que el tratamiento de estos padecimientos no debe limitarse al uso de medicamentos, sino que debe ser integral, incluyendo atención psicoterapéutica y psicoeducación para las familias.
Añadió que, en casos de depresión, el tratamiento farmacológico se administra generalmente por seis meses. Si durante ese tiempo el paciente (mayoritariamente mujeres), según datos del instituto sigue las recomendaciones médicas, modifica sus hábitos y acude a sus sesiones psicológicas, las probabilidades de recaída disminuyen.