Entre peatones y automovilistas que inevitablemente voltean a ver qué sucede ahí, toneladas de libros fueron llevadas a la Avenida Revolución, justo en la Estación número 25 del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), entre calles Segunda y Tercera, en pleno Centro de la ciudad fronteriza. Se trata de la edición número XVIII de la ya tradicional y esperada Feria del Libro Antiguo y de Ocasión (FLAO) que dirige René Castillo, la cual se realiza del 9 de abril al 4 de mayo, de 10:00 de la mañana a 9:00 de la noche.
Miles de libros desde 30, 50 o 100 pesos, de literatura, historia, filosofía, arte y humanidades en general, tanto títulos de ocasión como descatalogados y hasta ejemplares “raros” o primeras ediciones, pueden encontrarse entre el montonal de volúmenes en la ya tradicional Feria del Libro Antiguo y de Ocasión.
Cual gitanos que recorren diversas ciudades del país, llegaron a Tijuana para participar en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión libreros de la Ciudad de México, entre ellos Rosa Díaz de Ágora Book; Martín García, de Akropolis; Pablo Álvarez, de El Gato literato; Christopher Martínez García, de Cafebrería Tonalli; Ulises Cuéllar, de Undercity Books; e Hipólito Cristino, de El Aleph. Además, de Tijuana participan Miguel Márquez de Libros, café y jazz; Lorena Castro, de Librería infantil Caracol; y René Castillo, de El Grafógrafo: libros & café.
LA TRADICIÓN DESDE 2008
Por cierto, la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión surgió en 2008 con el nombre Feria del Libro Usado (Felius), misma que se desarrolló en aquella ocasión por primera vez bajo el liderazgo de René Castillo, en los pasillos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Campus Tijuana.
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“La Feria surgió en 2008 como respuesta a lo que entonces creímos una necesidad estudiantil por contar con libros necesarios para nuestra formación y hacerlo a costos accesibles. Desde la primera edición quedó claro que las problemáticas de presencia y precios de los libros era algo que afectaba a la comunidad en general, y precisamente por aquel entonces fue que hubo una notoria ausencia de expositores foráneos en la Feria del Libro de Tijuana, así que propusimos coordinar un área de libreros de viejo en el evento, pero la propuesta no fue muy bien recibida y optamos por hacer una feria alterna. Desde entonces, anualmente invitamos a distintos libreros del país para que nutran la oferta editorial del Estado”, expresaría en su momento René Castillo a ZETA sobre el surgimiento de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión.
Ahora que la FLAO llega a su décimo octava edición, René Castillo emitió: “Insertos en un nuevo contexto, a 18 años de su origen y habiendo logrado ser un parteaguas del hasta entonces canon de consumo del libro en Baja California, la FLAO continúa acercando a la región libros de difícil acceso o escasa presencia debido a nuestra ubicación geográfica, los altos costos de distribución y traslado, así como la poca oferta de librerías existentes que promuevan la cultura del libro de ocasión o de usado como se le refiere normalmente”.
“Asimismo, el evento busca generar espacios significativos para la comunidad desde donde se propicien prácticas y dinámicas que sirvan para captar y formar nuevas audiencias, así como a atender a los públicos ya cautivos, lectores u otros consumidores culturales, a partir de una agenda de actividades de cruce interdisciplinario que tiene como pretexto y vínculo el objeto libro. Convencidos de que la suma de esfuerzos hace posible el desarrollo cultural en la ciudad, desde la primera edición se han sumado a los colaboradores de la feria distintos agentes culturales locales, nacionales e internacionales que participan en su programación, dirigida a todo público y de acceso libre y gratuito, así como distintas instancias públicas y privadas, instituciones culturales y académicas, y miembros de la sociedad civil que en conjunto han permitido consolidar la feria, que ha recorrido en su totalidad el Estado, y que es uno de los eventos editoriales de mayor duración en el país, llegando a abarcar hasta 42 días de itinerancia en una misma edición”, refirió René Castillo.
EN EL ESPACIO PÚBLICO
Desde 2008 a la fecha, la FLAO ha tenido diversas sedes. Por ejemplo, en Tijuana se ha realizado en la Explanada Central de la Universidad Autónoma de Baja California, en los Jardines del Instituto de Cultura de Baja California, en la Avenida Revolución entre Calle 3 y 4 y Calle 8 y 9, en el patio central del Instituto Municipal de Arte y Cultural (IMAC), el Centro Estatal de las Artes (CEART), en la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas, Cobach Plantel Vizcaíno Valencia y Plantel La Mesa, CUT Universidad de Tijuana, Parque Teniente Guerrero, Pasaje Rodríguez, Callejón El Travieso, Centro Comercial Pacífico, Plaza Bicentenario, y en las Estaciones 25 y 26 del SITT de la Avenida Revolución.
Además, en Mexicali se ha llevado a cabo en la Vicerrectoría de la Universidad Autónoma de Baja California, Biblioteca Pública Central, Casa de la Cultura y en el Centro Estatal de las Artes. En Ensenada, se ha realizado en el Centro Estatal de las Artes (CEART). En Rosarito, en el CEMAC Rosarito y en la Explanada de Palacio Municipal. Y en Tecate, en Parque Miguel Hidalgo y en el Centro Estatal de las Artes (CEART).
En torno al uso del espacio público para llevar a cabo la Feria, específicamente en una estación del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), René Castillo expuso:
“En el marco del 15 aniversario de El Grafógrafo: libros & café, a manera de invitación a reflexionar acerca del diseño del espacio público como eje fundamental y de oportunidad para el fortalecimiento del tejido social desde lo individual, lo comunitario y lo colectivo, para abril de 2025 proponemos dar continuidad al proyecto de las Cámaras de Libros: espacios editoriales de pequeño formato, en atención a las temáticas sociales abordadas desde la cafebrería durante estos primeros años y en seguimiento a nuestros firmes objetivos de hacer bookstore prototyping y una labor de divulgación de cultura editorial en Baja California, como un ejercicio base para el rediseño permanente del concepto de librería, el impacto y significación que tienen en su entorno y sobre todo, el que pueden llegar a tener para sus comunidades”.
Se refirió las estaciones del SITT, espacios públicos ahora convertidos en cámaras de libros:
“Diseñadas para funcionar desde lo colectivo, las Cámaras de Libros (CL) son un modelo prototipo de base comunitaria que propone la relación del ámbito editorial con otras disciplinas y profesiones para romper con los prejuicios y los esquemas estereotípicos que hay en torno al mundo del libro y la lectura, abordándolos desde una multiplicidad de miradas que buscan propiciar un acercamiento distinto y más amigable a las prácticas de lectura, vinculándolas con nuestro día a día. Se ponen así sobre la mesa temas de interés social como lo son, entre otros, ciudadanía, espacio (individual, colectivo, público, y geográfico), identidad y sentido de pertenencia, inclusión y participación social, movilidad; diseño, arquitectura, urbanismo; sostenibilidad y medio ambiente; industrias culturales y creativas, turismo y economía; la tecnoantropología y por supuesto, la divulgación de la cultura editorial y su correlación con todas las áreas antes mencionadas, así como sus oportunidades de intersección y cruce”.
“Para llevarse a cabo, proponemos el espacio urbano como escenario idóneo para posibilitar el acercamiento de la comunidad a estas prácticas y ejercicios reflexivos, guiados por una serie de invitados entre los que se encuentren distintos agentes culturales, miembros de la sociedad civil y proyectos editoriales locales y foráneos, que desde su quehacer y en colaboración con El Grafógrafo bajo una convocatoria abierta, sumen a la cultura editorial de la ciudad con la intención de maximizar el uso del espacio público teniendo como pretexto el objeto libro, así como al ejercicio crítico y colectivo para la reimaginación de una ciudad fronteriza y multiculturalmente atravesada como lo es Tijuana. Como estructura base para su operación, las Cámaras de Libros contemplan un diseño integral donde se consideran las áreas de: librería comunitaria, sala de lectura, biblioteca, galería editorial, foro cultural ciudadano, cafetería de base social, y taller de oficios & saberes, funcionando en su totalidad como un escenario multidisciplinario que concentre simultáneamente y en un mismo espacio las propuestas de sus invitados y colaboradores, con quienes se trabajará una agenda de intervenciones y un programa abierto y de libre acceso para la población”.
Cabe destacar que esta segunda ocasión en que la FLAO se lleva a cabo en la estación número 25 del SITT, ya que en diciembre de 2024 se realizó por primera vez en esa sede:
“Luego de un exitoso pilotaje del proyecto en septiembre y diciembre del 2024 en las estaciones número 25 y 26 del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), correspondientes a Carillo Puerto y Jai Alai, sobre Avenida Revolución, se proponen dos etapas de implementación de las Cámaras de Libros para intervenir ambas casetas entre el 9 de abril y el 4 de mayo, periodo durante el cual se contará con distintos invitados para activar las estaciones en una apuesta ciudadana por impulsar desde las industrias culturales y creativas el desarrollo social, económico y turístico de la Zona Centro de la ciudad. Con lo anterior, enmarcamos los festejos del Día internacional del Libro y los Derechos de Autor (23 de abril, aniversario también de la librería), la XVIII Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, y nuestra participación en el Tijuana Design Week (del 2 al 4 de mayo), luego de que el proyecto fuera seleccionado para formar parte de sus actividades en 2025”.
Concluyó René Castillo: “Agradecidos de celebrar 15 años de exploración editorial, nos emociona seguir compartiendo con nuestra comunidad proyectos que nos invitan a fijar nuevos retos y a la confrontación diaria de nuestro ser, quehacer y el valor de lo que hacemos. Deseamos que sea esta celebración una primera etapa de un proyecto mucho más amplio que en coordinación con más agentes, desencadene la intervención de otras estaciones y/o espacios públicos a lo largo de la ciudad como una oportunidad para ayudar a construir entornos más habitables y detonar nuevas conversaciones bajo la lupa de la curiosidad, esa cosa maravillosa que mueve al mundo”.
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