El reforzamiento de la frontera para evitar cruces irregulares, aunado a la pausa en la concesión de las solicitudes de asilo, no es una medida efectiva para eliminar los procesos de migración, sino para hacerla más peligrosa, considera Frida Güiza, docente e investigadora de la Escuela de Humanidades de CETYS Universidad.
“Las personas llegan, están en espera; allí deciden si continúan o se regresan. Eso no quiere decir que las condiciones por las que decidieron salir de su lugar de origen estén resueltas”, comentó.
Contextos de violencia, delincuencia, crimen organizado, guerra, economía, desastres naturales y demás, son algunas de las situaciones por las que se ven obligados a salir e imposibilitados a regresar a sus ciudades de origen. Por lo tanto, ahora también se acrecienta la desesperación por buscar un lugar seguro y cruzar a como dé lugar.
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“Más que extorsiones, no es que los estén obligando. En el caso de las mujeres y las infancias, de lo que hablan es de la desesperación de que al menos los niños lleguen a Estados Unidos, particularmente los niños, y entonces están dispuestas a que se vayan solos con los polleros”, resaltó la investigadora.
Ante las negociaciones entre el Presidente norteamericano Donald Trump y su homóloga en México, Claudia Sheinbaum, 10 mil elementos de la Guardia Nacional fueron desplegados en la frontera norte para reforzar la seguridad, tanto en el tráfico de drogas como en los cruces irregulares. En Tijuana se han instalado campamentos permanentes de la GN en Nido de las Águilas, zona de cruce conocida por el control del crimen organizado.
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Además, se ha fortalecido la estructura del muro fronterizo colocando alambre de púas, comenzando desde Playas de Tijuana, actualmente a nivel del Aeropuerto Internacional de Tijuana y avanzando.
“El tema es que está fuertemente vigilada la frontera, entonces está cambiando, no se está deteniendo. Los costos se están incrementando aún más y las mujeres, en esta desesperación del primer momento, están dispuestas a enviarlos”, comentó Güiza.
Estos métodos representan un mayor riesgo, pues implican la pérdida del contacto, ya que es muy difícil seguir el proceso y reportarlo. “Son cuestiones de mucha inseguridad y, para quienes lo escuchamos, lo cuentan, pero no dan mayores detalles”, describió.
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En ese sentido, el doctor Carlos González, director de Humanidades y del Centro de Excelencia en Desarrollo Humano y Social de CETYS Universidad señaló que los albergues juegan un papel importante en la disuasión de estos métodos. A pesar de ello, se complica, pues una vez tomada la decisión, los migrantes hacen mutis respecto a compartir información.
Organizaciones como Al Otro Lado sufrieron un impedimento para llevar a cabo acciones como el acompañamiento legal y la asesoría de menores en tránsito no acompañados, el cual fue levantado tras seis días. Sin embargo, realizaron un llamado al respeto de los Derechos Humanos de los menores, pue, sin vías de apoyo legal, son forzados a atravesar el complejo y hostil sistema de inmigración.
