El ineficiente servicio que ofrece el sistema forense en Baja California, además de prolongar la angustia de las familias que deben convivir con el cuerpo de un ser querido después de fallecido, tiene un efecto dominó en otras instituciones como en la Fiscalía General del Estado de Ensenada. En Tijuana los agentes parecen ser comisionistas funerarios, sus elementos pasan horas custodiando cadáveres a la espera de la llegada del Servicio Médico Forense (Semefo) llegando a tardar hasta ocho horas, una jornada laboral, en recoger un cuerpo. En Ensenada y sus 13 delegaciones suburbanas, el Semefo depende de apenas dos unidades y cuatro personas para cubrir tres turnos. A esa precariedad se suma la alta demanda de servicios, ya que además de los reportes por muertes desconocidas en domicilios, también realizan levantamiento de cuerpos en hospitales, muertes naturales, accidentes y traslado de cuerpos. La falta de recursos hace que el sistema esté siempre al borde del colapso. El impacto del mal servicio va más allá de la logística porque cada fiscal que permanece en espera del Semefo es un agente menos investigando delitos, mientras las patrullas permanecen encendidas innecesariamente. Para los oficiales esto ya es un círculo vicioso que les genera desgaste. Con la designación de Luz María Ríos Alvarado como directora general del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Baja California, se abre una oportunidad para corregir esta grave falla operativa, ya que ha sido notificada sobre la situación, pero la pregunta es si habrá voluntad para mejorarla. Al puerto le urge una solución con más unidades y personal. De lo contrario, las fiscalías seguirán estacionados por horas, en vez de perseguir la tan necesaria justicia en BC.
La espera

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