Con un desprecio frontal por la libertad, la cultura y la democracia y exhibiendo una ignorancia vergonzosa, la 4T en la Ciudad de México ha prohibido la tauromaquia.
La jefa de gobierno, Clara Brugada, ha sido la mensajera de la línea que por meses había delineado la Presidenta Claudia Sheinbaum para acabar de la manera más autoritaria y arbitraria con las corridas de toros y con ello cercenar la libertad con mayúsculas.
La atrocidad la convalidaron 60 lamebotas, levantadedos, en el Congreso de la Ciudad de México, al unísono, en breve y sin preguntar de qué iba la cosa.
El pretexto que usaron los radicales de la 4ta Transfusión (hay sangre de todo ahí: ex comunistas, ex PRI, ex PRD, ex PT, ex PAN; toda la mezcla; igualito que aquí en Baja) fue una iniciativa popular presentada por 27,000 ciudadanos en una ciudad que tiene nueve millones. El argumento de esta iniciativa que convenció a la 4T para prohibir la tauromaquia, en síntesis, es que una mascota es equiparable a un toro de lidia. Argumento infantil que sólo puede creer quien nunca ha visto un toro. Pero por Dios, si no quieren tomarse la molestia de ir a ver un toro, por lo menos pregunten qué es.
El otro argumento es porque en las corridas de toros hay sangre. ¿Es que dónde no hay sangre? No me refiero al terror de los 80 asesinatos diarios que nos salpican de sangre un día y otro también a lo largo y ancho de todo el país, pero es que hay sangre en el box, hay sangre en el valetodo, hay sangre en la menstruación femenina, hay sangre en los hospitales. En la vida hay sangre. Mínimamente le debieron preguntar a los taurinos que si van a los toros a ver sangre y hubieran tenido por respuesta que a los toros no se va a ver sangre.
Esta libertad que hoy cercena la 4T es por ideología pura y dura, porque en su moral no caben los toros, creen que es algo malo y por ende anulan la libertad y el derecho de ir a los toros a quienes pensamos que es algo bueno, que es algo moral. Para el taurino ir a los toros es como quien va a misa, es algo bueno. Esto es un problema muy gordo y grave porque es un reflejo claro y patente del carácter autoritario y sectario de quienes hoy gobiernan.
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¿Por qué no les gustan los toros a Claudia Sheinbaum y a los socialistas de su corte? Porque tienen otros gustos, porque tienen otras inclinaciones culturales y eso está muy bien; todo mundo tiene derecho a la cultura de su agrado. Eso es la libertad y eso es la democracia. Hay quien gusta de los corridos tumbados y está muy bien, aun cuando habemos otros a quienes nos da espanto escuchar uno; pero carajo, no se nos viene a la cabeza prohibirlos, ¡lo último!
Lo mismo con los toros. Son parte de la cultura de México. El toreo va para 500 años en el país, es parte de nuestra historia, de nuestra identidad, de la memoria colectiva de muchísimas familias mexicanas. El toreo está en todos los lados, no hay arte que no esté empapada de los toros. Nuestra lengua está permeada por todos lados de tauromaquia. Hemos tenido toreros que le han dado gloria a México. Un ciego y sordo no puede negar que los toros son cultura porque con sus manos palparían las esculturas de toros que hay por todos lados.
La democracia todo mundo lo sabe: sirve para la protección de las minorías, para buscar la concordia, la tolerancia y el respeto entre diferentes. En este país ha costado sangre, de muchas personas de todos los colores a través de la historia. Hoy la 4T, con la prohibición a las corridas, da una muestra más de su autoritarismo y su obsesión fanática por el control de todo.
P.S. A los amigos taurinos: No irnos como toros mansos en huida, a luchar por todos los medios legales a la mano. No hagamos el juego a la propuesta que le dieron a leer a Clara Brugada del meme de las corridas incruentas.
P.S.2. Tijuana sin toros ha perdido el lustre que tuvo en sus años de grandeza. Tres pelados con la complacencia de algunas autoridades y jueces prevaricadores que deberían estar tras las rejas acabaron con los domingos taurinos de convivencia familiar y social taurina. Y dieron al traste con una economía que en su tiempo fue pujante.
Atentamente,
Francisco Del Olmo,
Tijuana, B.C.
Correo: [email protected]