Si no tiene algo importante o urgente que atender en el Centro Histórico de Tijuana, ni se anime a ir por esas calles. Alguien replicará: entre caos y caos, sigue siendo menos complicado visitar el centro de la ciudad. Zona Río está peor que nunca, por dos causas, especialmente: se ha convertido en la preferida de los automovilistas, donde los peatones prácticamente son invisibles. Y el mal humor entre quienes manejan y se lanzan majaderías de carro a carro es una constante. Se perdió la paciencia y comprensión.
Y en el centro de Tijuana ¿qué decir? Caos es poco. La alegría de que pavimentaran esas calles, se acabó en cuanto llegó el sufrimiento por la nula planeación. Nadie les niega el conocimiento de los trabajos realizados. Pero sí los criticamos -con justa razón- al constatar que no se hizo ninguna planeación. Es como la costurera: se sienta ante su Singer, a poner parches sobre una tela. Parte superior los olanes de la falda; inferior las mangas de del vestido.
Hay muchos trabajadores, pero carecen de jefes, de personas que organicen cómo, en dónde, a qué horas se debe pavimentar las calles. Además, se olvidaron de hacer los avisos con anticipación y colocar los letreros que eviten encajonamientos, disgustos y hasta pleitos. Hace pocos años, toda la zona comercial de Chula Vista, Ca. fue reencarpetada; lo hicieron por zonas, permitiendo uso de los carriles, haciéndolos temporalmente de dos vías. Se podía circular a todas horas, sin propiciar conflictos entre los automovilistas.
¿Tendrán fecha para concluir los trabajos? Ya van varias semanas y dan la impresión que no salen de las calles Mutualismo hasta la Constitución y de la Sexta hasta la Octava. Pero eso sí, ignoraron la Calle Cuarta que está destrozada. Difícil elegir entre el caos que propician por los trabajos o el suplicio de caer en uno o muchos baches, que producen problemas en automóviles. La solución sería no salir de casa hasta que concluyan. ¡Y que avisen!
Nota 1. Desde hace muchos años, a una autoridad se le ocurrió hacer un “puesto de revisión” en El Centinela (antes de subir a la Rumorosa) camino a Tijuana. Quizá entonces esa acción respondió a una necesidad, pero ahora, ¿quién puede creer que los traficantes llevan carga de droga en los autobuses locales de pasajeros?
Nota 2. De acuerdo, ya lo hemos comentado y nada ganamos. Pero el malestar sigue creciendo, aunque callan por no molestar a la autoridad. La revisión podría hacerse aleatoria, sin causar tanta incomodidad.
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Nota 3. ¿Ya sabe los miles de millones que se gastarán en la elección judicial? Esperan 15 millones de votantes, optimistamente. Mucho dinero para un capricho.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
Correo electrónico: [email protected] www.lagacetaredsocial.com