“La pintura es un medio de despertar una sensibilidad”, expresó a ZETA la artista plástico ensenadense que este año celebra su onomástico número 75 y actualmente expone en La Caja Galería
Referente de la plástica bajacaliforniana desde Ensenada, Estela Hussong celebra en 2025 su cumpleaños número 75. Precisamente en La Caja Galería, que este año festeja su XX Aniversario y que dirige Arturo Rodríguez, se exhiben algunas obras de la serie “Amapolas” de la artista fronteriza
Aunque la exposición de Hussong en La Caja se inauguró en septiembre de 2024, permanecerá en exhibición durante febrero. Previo a ahondar en su propuesta plástica, la artista del puerto reconoce en entrevista para ZETA, a propósito de su onomástico:
“Estoy en una etapa que es muy bonita porque siento madurez y satisfacción en mi camino, de lo que he hecho, pero a la vez es más importante para mí sentir el reto de la pintura diaria, es algo que me mantiene. Entonces, me siento muy satisfecha de seguir en esto, esto me da vida, me da fuerza seguir en esto”.
DE ENSENADA
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Estela Hussong nace el 21 de octubre de 1950 en Ensenada, Baja California. “Mi mamá se llamaba María González de soltera y María Hussong de casada, venía de Sonora; mi papá, Juan Hussong, era de descendencia alemana, pero vivía y nació en Ensenada”, relata para empezar.
– ¿Cómo fue tu acercamiento al arte en tu niñez o adolescencia en el entorno familiar en la década de los 50?
“Mi infancia transcurrió en las afueras de Ensenada, sin vecinos, con hermanos que no eran de mi edad. Aprendí a jugar sola, a inventar historias entre el polvo del cerro, las choyas y el mar. Mi entorno no tenía ninguna relación con el arte”, cuenta.
Luego trae a la memoria sus primeros acercamientos a la pintura:
“El encuentro con la pintura fue fortuito: me regalaron unos óleos de numeritos, era aburrido, usé el reverso del cartón y empecé a pintar por atrás. Esta experiencia fue el inicio de una vocación. La pintura fue un espacio donde salía ‘algo de mí’, donde yo podía ser. Estas primeras experiencias con los pinceles marcaron una huella en mi vida. Me apropié de un cuarto pequeño afuera de mi casa; sin saberlo, fue mi primer estudio”.
EN “LA ESMERALDA”
Aunque en 1968 estudia la Licenciatura en Psicología en el ITESO de Guadalajara, lo suyo era el dibujo y la pintura. En 1978 ingresa a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”.
“En los años 60, no se acostumbraba que una mujer estudiara una carrera profesional. En mi familia se esperaba que hiciera lo mismo que las que me antecedieron: estudiar algo corto antes del matrimonio. Fue dificultoso no seguir ese modelo. La batalla se complicó cuando quería cambiar de Psicología por Artes Plásticas. Esa determinación de irme al DF y entrar a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado ‘La Esmeralda’ fue trascendental en mi formación como artista plástica”, revela.
– ¿Por qué decidiste estudiar específicamente en “La Esmeralda” y no en otra institución educativa?
“‘La Esmeralda’ y la Academia de San Carlos eran las escuelas de arte más reconocidas en el país. No había escuela de arte en Baja California”.
De hecho, recuerda a la generación de artistas mexicanos nacidos sobre todo en la década de los 50, quienes fueron sus compañeros en “La Esmeralda”:
“En ‘La Esmeralda’ encontré un grupo de compañeros, amigos con intereses afines y veía en su trabajo plástico un aliento prometedor. Algunos de esos artistas son Georgina Quintana, Rocío Maldonado, Germán Venegas, Sergio Hernández, Roberto Parodi, Roberto Turnbull. Algunos de éstos son amigos actualmente”.
– ¿Qué fue lo más importante que te enseñaron o por qué fueron importantes tus maestros en “La Esmeralda?
“Mis maestros más importantes fueron Javier Arévalo y Javier Anzures. Un buen maestro te orienta a buscar tu propio camino. De alguna manera es lo que encontré en ellos. Creo que escogí a estos maestros por afinidad. No veo una influencia directa en mi expresión artística, pero por supuesto que les debo mucho. Recuerdo una frase del maestro Arévalo cuando vio por primera vez un dibujo mío: ‘Si sigue dibujando así, va a llegar a dibujar bien’”.
Aunque reconoce: “No egresé de ‘La Esmeralda’, no me interesó el título. Regresé a Ensenada por problemas personales y seguí en contacto yendo con mis maestros, mis amigos, mostrándoles trabajo”.
PRIMERAS EXPOSICIONES
La primera exposición colectiva en la que participa Estela Hussong es en 1979, en la Galería “La Esmeralda” del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al lado de compañeros de esa institución.
“Fue después de un viaje al sureste con la Escuela ‘La Esmeralda’. Se seleccionaron las pinturas más representativas de los alumnos, se expusieron. Iba Germán Venegas, Rocío Maldonado, Georgina Quintana, Mercedes Escobar, entre otros”, rememora.
Estela Hussong se da a conocer en Baja California al obtener Mención Honorífica en 1981 en la III Bienal Plástica de la entidad; igualmente obtiene, en 1984, Mención Honorífica en la II Bienal de Pintura Rufino Tamayo en Oaxaca; hasta que en 1985 gana el primer lugar en la V Bienal Plástica del Estado.
– En 1981 obtuviste la Mención Honorífica en la III Bienal Plástica de Baja California. ¿Con qué obra participaste y cómo describirías esa pieza en términos estéticos, temáticos o de búsqueda en el inicio de tu trayectoria?
“Entré al certamen casualmente. La obra era un Gouche sobre papel, el tema era el paisaje como un referente con tendencia a la abstracción. Fue importante porque por primera vez había un reconocimiento de este tipo, en un ambiente indiferente hacia mi pintura. En la soledad que me encontraba, alguien le decía ‘algo’ mi pintura. Ese sentimiento es gratificante, rompe el aislamiento”.
Incluso, todavía recuerda su primera individual titulada “En el Puerto”, llevada a cabo en la Galería Ana Cota de Ensenada, en 1983:
“Me invitó la dueña de la galería, la señora Ana Cota, le gustaba mi obra. La galería era un espacio adecuado; expuse unos diez Gouche sobre papel; el tema: el puerto y una naturaleza muerta”.
Posteriormente, en 1988, expone “Telas y Papeles” en la Galería OMR en Ciudad de México.
– ¿Cuáles eran tus intereses, exploraciones o búsquedas artísticas en tus primeras obras o en tus primeras exposiciones en la década de los 80?
“Mi pintura parte del medio que me rodea. Cuando recién llego a Baja California fue reencontrarme con ese paisaje de mi infancia. El dibujo de libreta, el apunte, ha sido una herramienta básica en mi pintura. A veces más figurativo, otras más sugerido o abstracto. En esas primeras obras ya se veía esta dualidad”.
Lo demás es historia para fortuna de la plástica bajacaliforniana, ya que su obra se encuentra en las colecciones del Metropolitan Museum of Art en Nueva York (MET) y el Museo Nacional de Arte Mexicano en Chicago, ambos en Estados Unidos, además de instituciones de México.
EL PUERTO Y OTROS PAISAJES
En más de cuatro décadas de trayectoria, la artista plástico ensenadense Estela Hussong es autora de las series “Naturalezas Muertas”, “Paisajes”, “Choyas y Pitayas”, “Encinos”, “Flores de Durazno”, “Higueras”, “Piedras”, “Pescados”, “Ruinas”, “Amapolas” y “El Muelle”.
Una característica en la obra de Estela Hussong es la línea negra gruesa, tanto en su pintura como en sus dibujos. De hecho, reconoce:
“La línea negra es un recurso al que me siento atraída, facilita una expresión fuerte, determinante. Yo creo que mi pintura tiene muchas, diferentes calidades. Hay pinturas que básicamente son dibujo de línea negra. Tengo mucha obra que es muy lineal”.
– ¿Cuál es el riesgo al recurrir a la línea negra gruesa? ¿Hay un límite entre una línea grotesca o tosca y una más sutil?
“El arte pictórico, que incluye pintura y dibujo, es un diálogo con lo que quieres expresar y lo que te va diciendo. Entonces, una línea gruesa es un riesgo y a veces tienes una necesidad de eso que te está pidiendo el cuadro: un riesgo, y otras veces te pide sutilizar. Es como la música: a veces te pide un sonido fuerte y otras veces te pide un silencio, despacio, lento, y no por eso va a ser una cosa más que otra, es diferente momento”.
– Por el manejo de la línea negra gruesa, ¿reconoces alguna influencia de algún autor oriental?
“En cuanto a la influencia oriental, siempre me lo han dicho, no tengo ningún referente preciso. La pintura oriental tuvo una influencia en todo el Siglo XX, todos los pintores del Siglo XX estuvieron muy influenciados por la pintura oriental. Entonces, son influencias indirectas. El Siglo XX abre puertas a muchas influencias, como que la pintura moderna también ha tomado diferentes épocas y de diferentes culturas, y eso enriquece mucho a la pintura”.
– ¿Podrías hablarnos de la complejidad de tu obra o los elementos que la hacen compleja?
“Mi proceso pictórico es un diálogo con lo que hay en mi entorno, por los medios que ofrece la pintura y el dibujo. Mi pintura está lejos de intentar un acercamiento fotográfico. En la sencillez radica la profundidad”.
– A grandes rasgos, ¿cómo consideras que ha evolucionado tu obra en términos estéticos y temáticos desde los 80 hasta la actualidad?
“Mi temática en la pintura ha sido muy apegada al ambiente que me rodea: paisajes interiores y exteriores. En los 80 había un predominio de la abstracción, en los años recientes hay predominio de la figuración; estas dos tendencias en ocasiones se unen en la misma obra. Siempre ha sido una prioridad los valores plásticos en mi obra”.
“EL MEDIO DONDE VIVO ME INFLUYE MUCHO”
Evidentemente, los muelles y el paisaje, las piedras o la flora autóctonas de Ensenada o Baja California, habitan en la obra de Estela Hussong.
– ¿Cómo consideras que ha influido en tu obra la ciudad de Ensenada, el estado de Baja California o en general la frontera de México con Estados Unidos?
“He sido una pintora que el medio donde vivo me influye mucho. Cuando viví en México, cuando mis viajes al sureste, pintaba otras cosas. Llego aquí a Baja California y fue una transformación de mi pintura. Entonces, claro que influye la geografía del lugar donde vivo. La frontera, a lo mejor si viviera aquí en Tijuana, me empezaría a influir más, pero no vivo aquí; se me hace una ciudad muy atractiva, pero no vivo aquí”.
– ¿Por qué en tu obra abundan los colores oscuros o fríos -como negro y azul marino-, y no los cálidos?
“Mi preocupación con la paleta es la armonía. Como pintora necesito que mi paleta sea armónica y que un color se conteste con otro, que haya un equilibrio. Claro que mis colores sí dependen mucho de donde estoy y aquí (en Ensenada) tengo los colores tierra, los colores ocres, el azul del mar y pues no estamos en el trópico. En mi obra sí hay verdes, pero son más mesurados. Entonces, claro que sí me influyen mucho para mi paleta los colores hay en el ambiente”.
“CEART DE ENSENADA ESTÁ COMPLETAMENTE EMPOBRECIDO”
En la entrevistara para ZETA, Estela Hussong también se mostró muy crítica con el Centro Estatal de las Artes (CEART) de Ensenada (inaugurado el 31 de julio de 2007 durante el gobierno de Eugenio Elorduy Walther), mismo que depende de la Secretaría de Cultura de Baja California que titula Alma Delia Ábrego Ceballos en la actual administración estatal.
“Para mí, el CEART de Ensenada está completamente empobrecido. Cuando comenzó el CEARTE de Ensenada, era un ejemplo a nivel nacional”.
– En comparación con las instituciones como CEART o CECUT que tienen los recursos de infraestructura y económicos, vemos que actualmente las galerías independientes o particulares de Tijuana, como La Caja Galería o Galería de Arte POP, están exponiendo obra de diversos autores bajacalifornianos…
“En La Caja es un trabajo de Arturo Rodríguez que lo ha hecho con muchísimo esfuerzo, porque es difícil hacer exposiciones, tiene mucho valor. Me gustaría que más gente lo aprovechara. Para la comunidad de Tijuana es importante un espacio como La Caja. Las galerías se resistían a exponer dibujo, en los años 80; es muy grato ver que esa actitud ha cambiado tanto en las galerías como en los coleccionistas, es una actitud vanguardista”.
Lamentó: “En los CEART ocasionalmente puede haber buenas exposiciones, en general están empobrecidos. La función de los CEART no es la de una casa de la cultura, es para profesionalizar a los profesionales y para traer buenas exposiciones. Cada vez baja ese concepto y parecen o están más cerca a una casa de la cultura, y es falta de un concepto, de una idea clara y un presupuesto. A veces hay exposiciones que sí son buenas, que llegan a un lugar y ya no se mueven. Algo pasa, pero tenemos cuatro maravillosos edificios de los CEART que están sin movimiento como deberían estar, que fueron creados y es un gasto muy fuerte el que se hizo, y que estén funcionando muchas veces con la calidad de una casa de la cultura, pues da lástima, es una pena”.
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EN LA CAJA
Durante el mes de febrero, La Caja Galería expone seis obras de Estela Hussong, de grafito sobre papel de la serie “Amapolas”, creadas en años recientes. Se trata de una serie que recrea a la amapola, a través de piezas de mediano formato, de entre 15.4×12.17 pulgadas hasta de 21.2×27.2 pulgadas, de títulos como “Amapola con jarrón” o “Ramas de amapola”, por ejemplo.
“Es una exposición de una obra muy delicada, sensible, esta es una obra expresiva con pocas oportunidades de ver el dibujo, lo que se puede hacer con el dibujo, con el blanco y negro. La línea gruesa es una línea muy determinante, es una línea muy expresiva”, destaca sobre sus dibujos.
“La amapola es una flor endémica de Baja California y California, es una flor que es muy difícil de que se dé, se da en mayo nada más, a mí me ha gustado mucho pintarla”.
En torno al dibujo que prevalece no sólo en la serie “Amapolas” sino en toda su obra, Hussong resalta:
“Considero que el dibujo tiene una calidad plástica por sí mismo. Para mí el dibujo es la base de mi pintura. En ocasiones el dibujo y la pintura se acompañan, se funden”.
– A manera de reflexión, ¿por qué preferiste el dibujo y la pintura en una época en que abunda el arte conceptual?
“En el arte conceptual hay cosas muy interesantes e importantes, pero yo creo que no precisamente el que exista arte conceptual va a anular o a callar la pintura. Una cosa es el arte conceptual y otra el arte pictórico. Lo que te dice un color, una línea, con palabras no se puede decir, no hay sustituto”.
Para concluir, sentenció: “Yo sigo creyendo en la pintura como un medio de despertar una sensibilidad, de descubrir un mundo. Aunque parece cosa del pasado, sigo creyendo en la pintura, a lo mejor es cuestión de fe”.