Tal parece que en el Ayuntamiento de Tijuana que encabeza Ismael Burgueño, está prohibido el compromiso y la capacidad para atender los fenómenos sociales que hoy día mantienen una crisis en la localidad, especialmente el de la migración. El maestro José Luis Pérez Canchola es inquebrantable en su defensa de los derechos humanos y de los migrantes, y pues en esas condiciones, mejor le pidieron la renuncia a la Dirección de Asuntos Migrantes del Ayuntamiento de Tijuana, porque pues, no se trata de ayudar, sino de cobrar y simular. Pérez Canchola, regidor suplente en el Cabildo de Tijuana, ni siquiera buscó trabajo en el ayuntamiento, fue el mismo Burgueño el que lo buscó, lo citó y le dijo que lo quería en su gabinete, que cuál área en particular prefería, y el ex procurador de los Derechos Humanos eligió el área de los migrantes. Hasta el martes 21 de enero por la tarde, cuando fue citado en Palacio Nacional no por el alcalde, sino por el secretario del Ayuntamiento, el ex panista Fufo Guerrero y el coordinador del jurídico, para solicitarle la renuncia debido a sus declaraciones de preocupación sobre la atención a los migrantes, que fueron interpretadas por el secretario como alarmistas y exageradas. La realidad es que sí son acordes a la situación: no hay coordinación adecuada e integral entre los órdenes de gobierno para atender a los migrantes deportados de Estados Unidos, o varados debido al cierre de citas para asilo o refugio en la Unión Americana. Pero más allá del compromiso con los migrantes para el Ayuntamiento lo importante es simular, quedar bien con el Gobierno de la República, y hacer como que todo anda fabuloso. Uff.
Prohibido el compromiso
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