Existen numerosas inconsistencias en las investigaciones que permiten suponer que la detención, más que por investigaciones, fue producto indiscutiblemente de una gran suerte.
Las autoridades declaraban por un lado que el homicida actuaba de forma solitaria y, por otro, que tenía un cómplice, que estaba vivo o quizá se había suicidado, que se trataba absolutamente de un solo homicida que tenía imitadores. Por otra parte, la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal justificaron la tardanza por el perfil tan parecido al que pudo haber tenido un hombre, sin embargo, se encuentran casos similares en la historia de los homicidas seriales.
Es necesario comentarles a ustedes que en el caso específico de la homicida serial de nombre Juana Barraza, se reunieron dos características de género y generación.
También es importante resaltarles que todas las víctimas de homicidio ejecutados por Juana Barraza, absolutamente todas, fueron mujeres. Su historia está llena de abusos absolutos por parte de su madre y otros adultos que intervienen en su vida de joven, mismos que representan cuestiones traumáticas y, sin embargo, como persona adulta Juana Barraza emprendió un camino contra las mujeres mayores de edad. Esta mezcla con una selectividad generacional es congruente con el hecho de que, en la hoy Ciudad de México, son muy comunes las mujeres longevas, la mayoría de ellas viudas que viven solas, y por este factor se encuentran en circunstancias de vulnerabilidad.
En el caso de Juana Barraza “La Mataviejitas”, es paradigmático en la cuestión de género de la perspectiva criminológica. La criminología siempre lleva una directriz al interpretar la realidad cuando el género está de por medio, pues no puede haber criminalidad masculina y criminalidad femenina. Todas estas circunstancias propician que la actividad de esclarecimiento de los hechos delictuosos consistentes en los homicidios de las personas mayores de edad, todas ellas mujeres, como ya se indicó, y hace que la policía de investigación del grupo de homicidios busque en la mayoría de las pistas que tenían, a un sujeto activo que resultaba ser un varón.
La sorpresa rompe con todas las expectativas que se crearon en cuanto al homicida, porque resulta que la persona detenida en aquel entonces como probable actora de los diversos homicidios resulta ser una mujer y no un hombre. También es importante señalar que, ante la imposibilidad aparente de ver a una mujer en el lugar protagónico de un homicida serial, surge entonces la hipótesis de que el homicida seguramente sería una persona trasvesti. Aquí aparece una reflexión interesante respecto de la cultura machista tan arraigada en la sociedad mexicana, ya que en este proceso “se supone que toda mujer longeva debería estar cuidando a sus hijos o a sus nietos” en su caso, pero no cabía la figura de que precisamente una mujer estuviera detenida como homicida serial.
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De acuerdo a las estadísticas de las penitenciarías en México y también en el mundo, siempre ha existido como tendencia en el mundo que las mujeres cometen sólo el 5 y, quizá muy alta la estadística, del 10 por ciento de los delitos.
Mediáticamente se causó un gran impacto al ver que la mujer detenida había cometido sin ayuda de otra persona una cantidad numerosa de los homicidios respecto a longevas.
Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.
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