De los últimos siete años, 2024 es la anualidad en la que menos policías han asesinado en México, aunque de todas formas, 320 de estos servidores públicos del sector de la seguridad pública perdieron la vida de forma violenta, según datos de la asociación civil Causa en Común, que desde 2018 lleva un recuento en la materia.
Elementos uniformados municipales y estatales, viales, de investigación o federales, fueron victimados por manos criminales; unos en cumplimiento del deber, otros por rechazar la corrupción, tantos más por asuntos meramente personales y algunos por haberse vinculado o proteger a un bando delictivo.
Causa en Común no determina los motivos de los atentados, pues sólo lleva estadísticas basadas en notas periodísticas confirmadas y se ha convertido en una fuente confiable en los años más recientes. Así se tiene el dato de que, en 2018, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) seguía al frente del Gobierno Federal, ocurrieron 452 asesinatos de policías. Al cambio de gobierno por el partido Morena, en 2019, la cuenta bajó a 446 homicidios de gendarmes; en 2020, aumentó a la cifra récord de 524; en 2021 fueron 401; en 2022, 403; 2023, 412; y en el año apenas terminado, hasta el 31 de diciembre de 2024, la cuenta señalaba 320.
En todos esos años, con excepción de 2022, Guanajuato lideró los trágicos indicadores, tal y como aconteció de nuevo en 2024, pues es en esa región del Bajío mexicano, mataron a 61 de los policías. Los otros estados que se reparten la cuota de sangre azul durante el último año son Estado de México, también ubicado siempre en los primeros lugares, con 24 bajas; Guerrero, 22; Chiapas, que antes no estaba entre los principales en este rubro, 20; Michoacán, 17; Tamaulipas, 16, igual que Sinaloa; Nuevo León, 15; en octavo sitio, Baja California con 14 homicidios de policías; y Jalisco, que nunca falta entre los diez primeros, con 12 crímenes.
En 2024 no hubo las matanzas de hasta 14 policías como ocurrió en los años inmediatos anteriores, pero se registraron múltiples asesinatos de dos uniformados y varios más de hasta cuatro agentes por evento, primordialmente municipales. Sin embargo, hubo estados que mostraron un bajo índice de mortandad de policías, como Campeche, Coahuila, Durango y Querétaro, donde no mataron a ningún oficial; Nayarit y Yucatán, sólo un elemento asesinado; y en Baja California Sur, Chihuahua, Quintana Roo y Tlaxcala, dos genízaros ultimados en cada entidad.
BAJA CALIFORNIA
Desde 2018 a la fecha han asesinado a 105 policías; 2024 reportó 14 homicidios de este tipo, desde uniformados hasta agentes ministeriales de investigación. El 18 de enero ocurrió el primero de los crímenes, cuando frente a un negocio de venta de lavadoras en la calle Libramiento de la colonia Cuartel Cuarto Batallón en Tijuana, mataron a balazos al policía municipal Josué Ramírez Canales, de 39 años, quien se encontraba en su día de descanso.
El penúltimo día del mismo mes, sobre el Bulevar 2000, a la altura del fraccionamiento Natura en Tijuana, fueron localizados dos cadáveres con huellas de tortura, uno era de un abogado y el otro del agente de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), Kevin Gaxiola Perales, quien apenas tenía dos semanas de haber egresado de la Academia de Policía.
El 9 de febrero fue asesinado con arma de fuego, mientras se encontraba sobre el Bulevar Carranza, entre Mina y Galeana de la colonia Independencia en Ensenada, el elemento municipal Raúl Adrián Herrera Garzón; presentaba un balazo en la cabeza y quedó dentro de un automóvil de color gris. Siete días más tarde, en el mismo municipio, pero en una gasolinera de la carretera Tecate-Ensenada, Delegación San Antonio de las Minas en Valle de Guadalupe, sicarios que circulaban a bordo de dos vehículos tirotearon a los uniformados Gabriel Cintura Castellanos, de 46 años, y Raúl Alberto Iturrios Madueña, de 47, muriendo el primero de ellos; por el número de indicios balísticos colectados en el sitio de intervención y testimonios, hubo más de 100 disparos.
En marzo, el día 10, delincuentes acabaron con la vida del agente de la Fiscalía General del Estado, Alfredo Pérez Obispo, quien limpiaba su patrulla de la Policía Ministerial sobre Calzada Pípila en la colonia Mariano Matamoros de Tijuana. Dos sujetos se le aproximaron para dispararle en el pecho y la espalda, y escapar a bordo de una camioneta Jeep Cherokee; el elemento había sobrevivido a un atentado el 2 de mayo de 2018.
El día 21 del mes, en el estacionamiento de la tienda Oxxo de Calle Anáhuac, Colonia El Descanso en Tecate, el oficial municipal Josué Valladolid Andrade, que se encontraba en su día franco, fue atacado por dos sujetos con armas de fuego cortas y largas, disparándole a la cabeza; contaba con un antecedente de suspensión del cargo durante la administración de Zulema Adams en 2020 por su presunta relación con el delincuente conocido como El Pinocho, del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En mayo de 2024 se reportaron tres muertes de policías: el día 13 fue localizado en un sendero sobre la carretera de cuota Tecate-Tijuana, a la altura de la colonia Valle Redondo, un elemento de la Guardia Nacional que ostentaba el grado de Teniente, de 33 años, junto al que se localizaron tres casquillos percutidos de arma de fuego. Al día siguiente, en Tijuana, en el entronque de Avenida Cucapah y Bulevar Dos, Fraccionamiento Villa del Real, fue asesinado el jefe de Distrito de la Zona Centro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Tijuana, Julio César Silva Herrera, quien quedó en un vehículo negro perforado por los impactos de bala. Tres sujetos fueron detenidos y son procesados por el crimen, presuntamente cometido porque el jefe policial no les dejaba operar libremente.
El día 15, fue localizado sin vida, al interior de una zanja, en una casa en construcción, sobre la calle Lomas de Las Torres, Colonia Lomas del Refugio, el policía Lenin Guillermo Salazar, de 30 años. El 27 de julio, a bordo de un auto Nissan Altima 2017 color gris, en la calle San Pedro Mártir, en el fraccionamiento Urbi Quinta Marsella, Delegación Cerro Colorado en Tijuana, fue localizado el jefe de policía del distrito de Avenida Revolución, Justo Gutiérrez de la Torre, muerto por heridas por arma de fuego. Los causantes huyeron en un taxi libre y un Nissan Altima negro.
El 14 de agosto, a la altura del arco lector en la colonia Plan Libertador, en Playas de Rosarito, fue privado de la vida a tiros el policía municipal de vialidad, Isaías Guevara Aguilar, por parte de dos sujetos que huyeron en un carro KIA blanco y se enfrentaron a policías estatales, quienes detuvieron a uno de los agresores, portando un arma tipo escuadra.
En septiembre, el día 4 se registró el homicidio del subcomandante de la Policía Municipal de Tecate, Humberto Cota Contreras, quien se hallaba a bordo de una camioneta pick-up Ford 150 particular, sobre la calle Pirules del fraccionamiento Hacienda San Pablo; estaba en su día de descanso. Uno de los sicarios fue detenido y dijo que el crimen fue orden del CJNG.
El 14 de octubre, miembros del Cártel de Sinaloa (CDS) mataron a balazos al subcomandante de la Agencia Estatal de Investigación de Tecate, Gerardo René González Zamorano, a bordo de un vehículo tipo pick-up; se encontraba en la cochera de un domicilio, en las inmediaciones de la colonia Loma Bonita. Los presuntos asesinos fueron detenidos y vinculados a proceso, identificados como Guadalupe López Naranjo, de 38 años; Norma Angélica Pérez Sandoval, de 37; y Juan Francisco Ochoa Jiménez, de 34.
Finalmente, el 15 de diciembre, en la calle Del Bosque del fraccionamiento Chapultepec en Tijuana, fue ultimado el policía municipal Iván Cervantes Franco, tras un intento de asalto del que no se dieron mayores detalles. La agresión se dio desde un vehículo Toyota gris, en el que viajaban tres hombres que huyeron del lugar, pero que después se accidentaron al impactarse contra un negocio de comida, siendo capturados dos de ellos, de nombres Christopher y Brayan, de 19 años. La víctima contaba con incapacidad permanente de trabajo desde septiembre de 2019 y otra serie de incapacidades recurrentes desde 2015.
A NIVEL NACIONAL
Aunque hubo menos homicidios de policías en el país, durante 2024 destacó el hecho de que muchas de las víctimas eran importantes mandos en sus corporaciones. Así inició el año con la muerte del subdirector de Seguridad Pública de Xonacatlán, Estado de México, tras un atraco a un negocio de comida. El 19 de enero mataron al ex jefe de seguridad de los penales de Puente Grande, Jalisco, quien se desempeñaba como policía investigador: José Guadalupe Covarrubias Ramírez, El Coyote, quien quedó tirado junto a su auto Mazda en Guadalajara. El mes cerró con el doble crimen de los policías de la Fiscalía de Guerrero, Higinio Villanueva y Ángel Meza, el día 24 en la comunidad Tlamacazapa, a las afueras de la localidad. En esa fecha, cuatro policías municipales de Celaya fueron asesinados sobre la carretera Celaya-Salvatierra, a la altura de Santa María del Refugio; tres de ellos habían sido agentes federales y tenían poco tiempo en la dependencia.
El 1 de febrero, otros dos elementos de la Policía de Celaya, Guanajuato, fueron asesinados en la colonia El Paraíso, en una agresión en la que también fallecieron dos civiles. Seis días después, en un enfrentamiento a balazos suscitado en el poblado San José de los Márquez, Región Norte de Jalisco, cuatro policías de los municipios de Huejúcar y Santa María de los Ángeles murieron baleados por sicarios y otro uniformado fue plagiado por los agresores. El 24, tres policías de Berriozábal, Chiapas, entre ellos el director de la corporación, Germán Alegría Estrada, fueron encontrados sin vida con huellas de tortura dentro de un vehículo abandonado. Nuevamente en Guanajuato, el 3 de marzo, asesinaron a dos agentes de la Policía Vial de Irapuato: Claudia Karina García y Antonio Torres Rodríguez; junto a ellos un mensaje que aludía al Cártel de Santa Rosa de Lima. El 14, un motín en el penal de La Pila en San Luis Potosí, dejó saldo de dos policías y un recluso muertos.
El 17 de marzo asesinaron al director de la Policía Municipal de Santo Domingo Petapa, Oaxaca, Gerardo Robles Lara, y más tarde a la policía a su mando, Fabiola EA, baleada en la explanada de Palacio Municipal. Al día siguiente, en la carretera estatal Pátzcuaro-Uruapan, Michoacán, a la altura de San Juan Tumbio, mataron y decapitaron a la comisaria regional de Pátzcuaro, Cristal García, y dos de sus escoltas, siendo incendiada su patrulla. El día 29 acribillaron al segundo comandante de la Comisaría de Guadalajara, Fernando Pérez Echeverría, cuando atendía un servicio en un punto de venta de droga en la colonia Lagos de Oriente.
El 9 de abril, dos elementos que vigilaban las instalaciones de la Comisión Federal de Telecomunicaciones en el Barrio San Antonio, en Ocozocoautla, Chiapas, murieron en un ataque armado. En Tenango del Aire, Estado de México, cinco días después, asesinaron a dos policías municipales que patrullaban en el libramiento del Barrio de San Miguel. El 28, en Real del Valle, Tlajomulco, Jalisco, asesinaron a mansalva al comandante Gerardo Daniel Inzúa Casao, jefe de supervisión de la Policía Estatal. Ese día, en Chignahuapan, Puebla, mataron a cuatro agentes estatales: Francisco Durán, Crescencio Díaz, Javier Varela y Daniel Cornelio Trinidad.
El 14 de mayo, entre balaceras y bloqueos, en la colonia Palmares de Matamoros, Tamaulipas, murieron dos elementos de la Policía Estatal. Once días después, dos agentes municipales de Tlalnepantla, Estado de México fueron acribillados a tiros por un par de sujetos a quienes pretendían inspeccionar.
El 17 de junio, en Tizapán el Alto, Jalisco, fue asesinado el comisario de la Policía Municipal, Marco Antonio Ramírez Torres; su antecesor, José Antonio Aranguren, fue ejecutado el 12 de junio de 2022. El día 25, sicarios mataron a una comandante de la Policía Municipal de Jiutepec, Morelos, a bordo de un auto Chevrolet Chevy. El 29, tres policías de Huimanguillo, Tabasco fueron emboscados y muertos en la comunidad El Limoncito, en los límites con Chiapas. Otro comandante de la Policía Municipal de Guadalajara, Juan José G, fue asesinado a balazos el 30 de julio, cuando circulaba acompañado de sus hijos por la carretera a Chapala.
El 3 de agosto, un enfrentamiento en Abasolo, Tamaulipas dejó saldo de dos militares y un policía de la Guardia Estatal muertos. Dos días posteriores, en Galeana, Nuevo León, la Fuerza Civil confirmó el secuestro y asesinato de dos de sus elementos. El 13 de septiembre, dos policías municipales de San José del Progreso Tututepec, Juquila, en Oaxaca, murieron acribillados por un grupo armado. El día 17, el jefe del sector Topilejo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) en Ciudad de México, David Asaí Hernández Ramírez, fue asesinado y su escolta resultó herido tras acudir a controlar una riña. El 24 de octubre, 19 personas murieron, entre ellos dos policías de Técpan, Guerrero, tras una balacera de criminales contra militares.
En Culiacán, Sinaloa, por el conflicto entre Los Chapitos y Los Mayos, mataron a dos policías municipales el 26 de octubre en las cercanías del Colegio de Bachilleres en Navolato. El mismo día, pero en la colonia Indeco en Villahermosa, Tabasco, fueron ultimados cuatro elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
En agresiones armadas, el 4 de noviembre sicarios mataron a tres policías del grupo de Fuerzas de Reacción Inmediata de Zacatecas (FRIZ), en dos hechos distintos. En la misma fecha, un ataque armado en el hospital de Atlixco, Puebla arrojó resultado de tres muertos, dos de ellos policías locales. El 19s, nuevamente en Tamaulipas, sobre la carretera Reynosa-San Fernando, policías de la Guardia Estatal fueron atacados por criminales que ocasionaron la defunción de tres uniformados y las lesiones de otros cinco. Y el 13 de diciembre, dos elementos de la Policía Municipal de San Juan Evangelista, Veracruz, murieron en un enfrentamiento con delincuentes.