Rubén Rocha Moya -militante del partido Morena y gobernador sinaloense, desde el 1 de noviembre de 2021- aseguró, el 16 de enero de 2025, que “en Sinaloa se puede vivir perfectamente bien”.
“Estamos haciendo todas nuestras actividades, los estadios llenos, las escuelas llenas, estamos trabajando, perfectamente bien”, aseguró el mandatario sinaloense, durante una entrevista con el diario local El Imparcial, en su visita por Sonora, en la cual también dijo que todo era parte del estigma que se tenía con relación a Sinaloa y la inseguridad.
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“Ese estigma, que nos acredita lamentablemente, sería bueno que se fijaran en lo bueno que tiene Sinaloa. Nosotros somos un pueblo trabajador, somos líderes en la producción de alimentos en muchas áreas y seguimos trabajando, no tenemos la economía parada”, enfatizó Rocha Moya.
El mismo día, mientras el gobernador sinaloense estaba de gira por Sonora, un ex agente de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Sinaloa, fue asesinado, alrededor de las 08:30 horas, por el bulevar Pedro Infante, entre Monte Albán y calle Palenque, frente de las instalaciones del Congreso estatal, en Culiacán de Rosales.
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El cadáver del hombre se encontró recostado boca abajo, vestido con una camisa blanca y pantalón de mezclilla azul, además de estar acompañado de una cartulina naranja, con un mensaje escrito.
La víctima fue identificada como Luis Alberto “N”, el cual había sido reportada como privada de libertad, después de que civiles armados se lo llevaron hacía un rumbo desconocido durante la mañana del miércoles 15 de enero de 2024.
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El ex funcionario de la FGE sinaloense fue interceptado por un grupo de hombres armados, mientras conducía un vehículo marca Nissan, modelo Versa, color gris, sobre la calle Guadalupe Victoria, cerca de su cruce con Nicolás Bravo.
Luis Alberto “N” había sido dado de baja tras su detención en noviembre de 2024, por agentes de la Guardia Nacional (GN), al ser sorprendido conduciendo una camioneta con reporte de robo.
Al ser vinculado a proceso, obtuvo su libertad mediante el pago de un millón y medio de pesos por la reparación del daño y no se había vuelto a saber de él hasta cuando fue víctima de su privación ilegal de la libertad.
