Kikista Anticorrupción

Casi, casi se ha vuelto una norma, dados los antecedentes inmediatos, que para formar parte del equipo de la mandataria estatal, es necesario cumplir dos requisitos, que no cualidades: saber traicionar y tener un pasado panista. Muchos de los hoy representantes del morenismo local y nacional, como los Yunes en el ámbito nacional o Jorge Ramos, Óscar Vega Marín y Arnulfo Guerrero en lo local, entre otros, saben perfectamente que esas dos circunstancias los llevaron al éxito político electoral administrativo. Ramos ganó una diputación local con los votos de Morena, Vega es el síndico en Mexicali y Guerrero el secretario general del Ayuntamiento de Tijuana. Como es evidente, traicionar ideología y haber sido panista, cuentan en Morena para integrar a los susodichos no sólo a las filas del partido -aun sea con los aliados satélites-, sino de gobierno. En la misma condición o con esas características, en el Gobierno del Estado de origen morenista, han seleccionado a la titular de la Secretaría de Honestidad, luego que Rosina del Villar Casas dejara el cargo para asumir como dirigente estatal de Morena. La nueva combatiente de la corrupción en el morenismo estatal, es nada menos que Gabriela Monge Pérez, quien se significó por haber trabajo en el gobierno panista más corrupto de la historia de Baja California, el mismo que encabezó Francisco Vega de Lamadrid. De hecho, Monge fue señalada al término de la administración panista como una funcionaria que aprovechó su cargo como administradora de Issstecali -paraestatal que se encuentra quebrada económicamente- para colocar a su hija, Karla Medina Monge, a trabajar en la dependencia como asistente dental, cuando en ese momento no contaba con cédula profesional. Además, la funcionaria metió a la nómina de la administración estatal a su yerno. Nadie puede decir que Monge Pérez no se preocupa por su familia, lo probó usando espacios dentro de la dependencia para que los suyos ejercieran su profesión sin mayor problema.  A lo anterior se suma que tuvo un cierre turbulento cuando se descubrió que recibió tremendo cheque por 700 mil pesos de la dependencia al dejar el cargo, monto que no le correspondía por sus años de servicio. Es fácil saber cuál es la intención del Estado con estos nombramientos. De investigar los señalamientos de corrupción de Francisco Vega de Lamadrid, ya mejor ni hablamos.