Empresario de tercera generación y generoso hacedor, Hugo Eduardo Torres Chabert, defeño de nacimiento, fue bajacaliforniano por elección; llegó a la entidad en 1943 con apenas siete octubres y durante 81 años trabajó hasta su último respiro, con lealtad, con valor, por su familia y por el desarrollo de su comunidad, Rosarito.
Apreciaba el valor de la amistad, la disciplina y el cumplimiento de los deberes que le enseñaron cinco años de internado militar en la Capital del país. La dinámica de la vida fronteriza, el esfuerzo de los mexicanos fuera de su país, la empatía y solidaridad los aprendió estudiando dos años de Medicina y trabajando como enfermero en San Diego, California.
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De emprendimientos, administración, de sociedad, de desarrollo comunitario, incluso de política, los maestros los tuvo en su familia. Importantes en su crecimiento profesional, fueron sus tíos María Luisa Chabert y Manuel P. Barbachano, fundador de las primeras empresas de energía eléctrica, de telefonía, del hotel Rosarito, quienes lo apoyaron en sus estudios de Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey.
Ya como egresado universitario, trabajó como asesor fiscal en Tijuana, con amigos fundó una casa de bolsa que operó de 1966 hasta 1969. Con toda esa experiencia, a principios de los 70 dejó las idas y venidas para instalarse definitivamente en Rosarito e inició la pasión a la que dedicaría la tercera parte de su vida: la promoción turística.
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Con su familia, Torres Chabert creció el Hotel Rosarito más allá de las crisis, siguió invirtiendo y generando empleos, construyó una torre adicional de ocho pisos y llevó este hospedaje histórico y tradicional a otro nivel. Al mismo tiempo, lo mantuvo competitivo y accesible para diversos mercados.
Mientras crecía su empresa, encontró tiempo y esfuerzo adicional para desarrollar la zona que lo acogió desde su niñez. A inicio de los años 90, junto con otros empresarios y activistas rosaritenses, inició labores para que Rosarito dejara de ser una delegación de Tijuana y se convirtiera en municipio, lo que lograron en 1995.
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Don Hugo fue delegado municipal en Rosarito en la década de los 80 y se convirtió en presidente del Concejo Municipal (1995-1998). Posteriormente fue electo alcalde (2007-2010) y pudo superar con honestidad una de las peores épocas de inseguridad por la pugna de cárteles delictivos.
En 2007, encabezó esta lista como Hombre del Año de ZETA, porque en medio de una política desprestigiada, se convirtió en una esperanza para la confianza ciudadana con su victoria electoral.
Hugo Torres Chabert falleció el 31 de octubre de 2024 a los 88 años, a consecuencia de cáncer de páncreas. “Necesitamos 500 zapatos para llenar los de él, pero echándole ganas”, fue el mensaje final de su hija Rosy Torres.
