En la última edición de ZETA del año 1993, Monseñor Salvador Cisneros Gudiño fue anotado en el listado de Personajes Destacados que, para el Consejo Editorial del Semanario, merecían una mención especial debido al compromiso demostrado en los últimos doce meses en favor de la comunidad, de la sociedad toda.
El atributo principal de aquella ocasión, sería parte de la personalidad de Monseñor: la generosidad y la atención con los más necesitados en los momentos más difíciles. En marzo de aquel año Tijuana había sido azotada por unas lluvias que duraron más de diez días, provocando varias tragedias, fatalidades, daños irreparables y muchos damnificados.
Por entonces, el Rector del Seminario Diocesano era precisamente Monseñor Salvador Cisneros Gudiño, y durante semanas, la actividad regular en el Seminario se puso en pausa para dedicarse a la labor de apoyo a la sociedad que, en esos momentos, más lo necesitaba. Convirtió las instalaciones de los seminarios en centros de acopio de víveres para entregar a los damnificados de las lluvias, a las iglesias en espacios de atención y entrega de productos para ayudar al otro.
En 2024, retirado ya de su vida en la Iglesia para atender dolencias físicas y una enfermedad, Monseñor Cisneros falleció. Se fue en paz y despedido por cientos de personas que durante días le homenajearon con su presencia en las honras fúnebres celebradas en la Iglesia El Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, en la esquina de la edificación de la Casa Arquidiocesana de Tijuana que alberga al Seminario Mayor, donde durante 19 años, Cisneros tuvo sus oficinas, antes de concluir su largo periodo como Rector y convertirse en párroco de Iglesias como Santa María Estrella del Mar en Playas de Tijuana y Santa Teresita de Ávila en la colonia Gabilondo.
Como Rector del Seminario Mayor, cargo al que llegó de la mano y venia del Obispo de Tijuana, Monseñor Juan Jesús Posadas y Ocampo, Monseñor Cisneros tuvo la responsabilidad de la formación teológica, filosófica, educación y evangelización de cientos de sacerdotes en 19 años, en los que colaboró con dos Obispos más: don Carlos Emilio Berlié Belaunzarán, Monseñor Rafael Romo y, finalmente, con el Arzobispo Francisco Moreno Barrón, a quien acompañó desde su parroquia, Santa Teresa de Ávila.
Generoso con la sociedad en la que consolidó y culminó su carrera eclesiástica, Monseñor Cisneros también impartió cátedra en las universidades Iberoamericana y Autónoma de Baja California, contribuyendo a la formación de miles de profesionales en la región. Filósofo, teólogo y maestro en educación desde la Iglesia, misma que abrió con respeto y tolerancia a la sociedad bajacaliforniana, el prelado fue un hombre generoso, inteligente, formador de sacerdotes y de profesionales, crítico del contexto político, económico y social, siempre benefactor de los más vulnerables.
Por ello, para el Consejo Editorial de ZETA, en un homenaje póstumo en concordancia con aquel de 1993, Monseñor Salvador Cisneros Gudiño es Personaje Destacado 2024.