Inversiones con el presunto pago de altos rendimientos que más adelante se suspenden, estafas en el ámbito inmobiliario, engaños ante supuestos trámites notariales, sustracción de información o transmisión de virus a través de códigos QR y compras vía electrónica en páginas web apócrifas se han sumado a las modalidades habituales de los fraudes en México, donde cada hora se registra un promedio de 13 denuncias por este motivo, de acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La institución federal documenta la apertura de al menos 97 mil 522 carpetas de investigación por el delito de fraude en las fiscalías de las 32 entidades federativas durante el periodo del 1 de enero al 31 de octubre de 2024, por lo que al concluir el año en curso las indagatorias rebasarán las 100 mil como en los años precedentes. Los defraudadores están a la orden del día aprovechando los avances tecnológicos, tanto para anunciarse y llamar la atención de las potenciales víctimas, como para ponerse en contacto e incluso en muchos casos para perpetrar el ilícito a través de esos medios.
El crecimiento de este delito, que tiene como elemento el engaño planeado de los estafadores o el aprovechamiento de un error en el que incurre la víctima, se advierte a través de las propias estadísticas que los estados proporcionan al Sistema de Seguridad. Así, en 2017 se tiene el dato de la denuncia de 61 mil 609 fraudes, que para el año siguiente aumentó a 66 mil 248 a fines del sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto. En el primer año completo de la administración de Andrés Manuel López Obrador, en 2019, las carpetas de investigación fueron 76 mil 583, y en 2020 disminuyeron a 73 mil 207. Sin embargo, en 2021 hubo 95 mil 207 denuncias, y en 2022, 103 mil 949. Las cifras se dispararon en 2023 hasta 114 mil 458 fraudes.
En 10 meses completos de 2024 se tiene el registro de 97 mil 522 fraudes por lo que al restar dos meses para el cierre de los indicadores totales del año, la cifra de indagatorias podría rebasar las 117 mil de seguir la misma tendencia. A la fecha se denuncian 320.73 timos diarios, 13 de ellos cada hora en las agencias del Ministerio Público del fuero común de los diversos estados. Lideran en este rubro, Ciudad de México, con 18 mil 563 carpetas de investigación; Estado de México, 15 mil 366; Jalisco, 10 mil 249; Chihuahua, 5 mil 221; y Nuevo León, cuatro mil 344.
En sexto sitio se ubica el estado de Guanajuato, con cuatro mil 341 denuncias; Puebla, le sigue con tres mil 791; Querétaro, tres mil 815; Veracruz, tres mil 371; y en décimo lugar se encuentra Baja California, con dos mil 804 pesquisas. Las entidades con menor incidencia en este tipo de ilícitos son Tabasco, mil 127; Sinaloa, 871; Guerrero, 721; Nayarit, 545; Sonora, 455; Campeche, 386; Quintana Roo, 212; Chiapas, 209; Yucatán, 67; y Tlaxcala, con sólo nueve carpetas de investigación.
LAS ENGAÑIFAS
Los fraudes están tipificados en los códigos penales de los estados y en el federal para quienes ofrecen encargarse de la defensa o de gestionar un beneficio para una persona imputada o sentenciada y no realizan la encomienda o le abandonan; al que rente cualquier bien sin tener derecho a ello; a quienes libran cheques sin fondos bancarios a sabiendas de que no va a pagarse; al que se haga servir alguna cosa o admita un servicio de un establecimiento comercial y no pague el importe; al que compre una cosa mueble ofreciéndose pagar el precio al contado y rehusé, después de recibirla, hacer el pago o devolver el objeto.
Las modalidades ordinarias de los fraudes también contemplan vender una cosa mueble y una vez recibido el dinero del precio no entregarla en el tiempo convenido; vender a dos o más personas una misma cosa y reciba el pago por ello; simular un juicio, contrato, acto o escrito judicial, con perjuicio de otro para obtener cualquier beneficio (simulación coloquialmente conocida como “tornillo”); realizar rifas, sorteos, loterías, promesas de venta y se quede con todo o parte de las cantidades recibidas, sin entregar la mercancía u objeto ofrecido; y los clásicos fabricantes, contratistas o prestadores de servicios que empleen o entreguen materiales en cantidad o calidad inferiores a las convenidas.
Son aproximadamente 30 modalidades las legisladas en los estados, entre las que destaca la del o los individuos que simulen la constitución de una sociedad con la intención de obtener dinero ofreciendo intereses superiores a los de la banca. Estos han ocasionado grandes quebrantos económicos a familias enteras que depositan su confianza y los ahorros de toda una vida por la ambición desmedida del ofrecimiento de pago de altos rendimientos, aun sin tratarse de empresas reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En los años más recientes surgieron en diversas ciudades del país sociedades mercantiles, entre ellas desarrolladoras de edificios, cotos y toda clase de condominios, ofreciendo a las personas que desearan invertir en sus proyectos intereses superiores a los de la banca, realizándose con ello fraudes multimillonarios, ya que los socios otorgaban pagos mensuales con altos réditos, pero después caían en impagos y terminaban por esconderse. Bajo este sistema o estructura piramidal, los defraudados son miles, lo que ha generado una alta generación de denuncias ante las fiscalías.
Destaca en Jalisco el caso de la empresa inmobiliaria AJP, cuyo socio mayoritario terminó quitándose la vida tras darse a conocer el engaño en el que mantuvo a sus supuestos inversionistas, entre ellos personajes de la vida pública de la entidad, quienes reclaman a la fecha más de dos millones de pesos como afectación. Se trata de por lo menos 650 víctimas de fraude y cerca de 150 denuncias presentadas ante la Fiscalía Estatal. La Procuraduría Social asesoró durante algún tiempo a los afectados para que demandaran sus derechos a través de la vía mercantil, pero después acusaron que los apoyos propuestos nunca fueron brindados y los funcionarios se fueron de candidatos a otras posiciones políticas.
También se suman a las denuncias constantes los fraudes electrónicos o cibernéticos como se les conoce a las estafas que utilizan la red, para realizar transacciones ilícitas. En esta modalidad las personas que realizan este tipo de fraudes, se aprovechan del desconocimiento o del poco cuidado que las personas tienen al utilizar los servicios financieros en línea, convirtiéndose en un blanco fácil para los estafadores. Utilizan los “correos basura”, conocidos como spam, por medio de un mensaje enviado a varios destinatarios que usualmente no lo solicitaron, con fines publicitarios o comerciales. La información de ese correo invita a visitar una página o descargar algún archivo que por lo general es un virus que roba la información de los dispositivos.
El fraude llamado Smishing, consiste en el envío de mensajes SMS al teléfono móvil de la víctima con la finalidad de que visite una página web fraudulenta para obtener su información bancaria y para realizar transacciones en su nombre. Por su parte, el Phishing, también conocido como suplantación de identidad, tiene el objetivo de hacerse pasar por una institución financiera, con un mensaje indicando un error en la cuenta bancaria del defraudado, que al ingresar sus datos, proporciona a los delincuentes su información confidencial como: números de tarjetas de crédito, claves, datos de cuentas bancarias, contraseñas, etcétera.
Además existe el phishing telefónico (Vishing), en donde los delincuentes simulan ser empleados de alguna institución y generalmente convencen a una persona al decirle que sus cuentas están registrando cargos irregulares o que requieren alguna información. Llega en correos masivos, utilizan la imagen oficial de alguna institución financiera, aseguran que hay algo mal con la cuenta y que requiere actualizar la información; hay una liga que dirige al sitio falso, solicitan sus datos personales y financieros; a veces solicitan los dígitos del Token.
El Pharming consiste en redirigir a una página de internet falsa mediante ventanas emergentes, para robar la información. Suelen mostrar leyendas similares a esta: “¡Felicidades, eres el visitante un millón, haz clic aquí para reclamar tu premio!”.
Ante esta situación y para combatir el spam en celulares, varias empresas de telefonía móvil se comprometieron en enero de 2024 con la Procuraduría Federal del Consumidor a evitar que los usuarios reciban mensajes no solicitados ni deseados. Acordaron que “cada operador solicitará la identidad jurídica de cualquier gran usuario que desee enviar mensajes en forma directa o a través de agregadores”.