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lunes, noviembre 18, 2024

Un día de pingüinos

Un transportista llevaba unos pingüinos al zoológico cuando, a medio camino, se le descompone el camión refrigerado. Preocupado, trata de reparar la avería, pero ve pasar un camión repartidor de leche y logra que se detenga.

Entonces le dice al lechero:

— Mira, te voy a dar mil pesos para que me hagas el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.

El lechero acepta el dinero y se lleva con gusto los pingüinos en su camión refrigerado.

Mientras tanto, el transportista logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico. En cuanto llega, ve salir al lechero, con los pingüinos detrás de él, en fila. El chófer le pregunta al lechero:

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— ¿A dónde vas con los pingüinos?

El lechero se le queda viendo y le responde:

— Ya los llevé al zoológico, pero como me sobró dinero, ahora pensaba llevarlos a comer.

Autor: Un veterinario.

 

Borracho en la playa

Había un tipo gritando en la playa como un loco:

—¡¡¡Una ballena, una ballena!!!

Se acercan todos los bañistas corriendo. Después vienen los policías y preguntan:

— ¿Dónde está la ballena?

El hombre responde:

— No, no señor, es que se me han caído dos botellas de cerveza al mar y una va llena.

Autor: Un sobrio.

 

El pato

Dos amigos están tomando unas cervezas en el bar y dice uno:

— En mi casa tengo un pato que habla.

Y le dice el otro:

— Ya estás borracho… ¿cómo vas a tener un pato que habla?

— Ven a mi casa y te lo enseño.

Se van y llegan a la casa. Entran y sale el pato.

— Observa esto: ¡Pato! Ve y tráeme las pantuflas.

El pato responde:

— Cuak cuak.

Y el hombre le dice:

— ¿Pues cuáles van ser? ¡Las que están debajo de la cama!

Autor: Otro veterinario.

 

Respuestas obvias

Un borracho que llega a casa y su mujer le dice:

— ¿De dónde viene, Pepe?

Y el borracho responde:

— ¿De dónde viene Pepe? ¿De dónde va a venir Pepe? Pues de José.

 

* * *

 

— Anoche soñé que ganaba 300 millones de pesos como mi padre.

— ¿Tu padre ganaba 300 millones?

— No, también lo soñaba.

 

* * *

 

— Mi reinita, ¿viste El Señor de los Anillos?

— Sííí, pero no le compré nada…

 

* * *

 

—  ¿Cómo se declara el acusado?

— Con flores y arrodillado, la verdad juez, soy un hombre bastante tradicional…

 

* * *

 

— ¿Que le dice un jaguar a otro jaguar?

— Jaguar you.

 

* * *

 

— Papá, ¿cuánto cuesta casarse?

— No tengo ni idea, hijo, ¡todavía no he acabado de pagar las consecuencias!

Autor: Un preguntón.

 

Para los que no quieren dar propina

Un hombre pide una pizza para que se la lleven a casa y cuando la recibe le pregunta al repartidor:

— ¿Cuál es la propina acostumbrada?

— Pues… suele ser de 20 pesos, pero mi jefe dice que si logro que el cliente suelte un pesito, ya sería un milagro.

— ¿Ah, sí? ¡¡Pues toma 50 pesos!!!

— ¡Gracias señor! Lo ahorraré para mis estudios.

— ¡Muy bien muchacho, eso está muy bien! ¿Y se puede saber qué estudias?

— Psicología, señor.

Autor: Un universitario que también es mesero.

 

La condena

Un preso regresa a su celda después de celebrarse el juicio y su compañero le pregunta:

— ¿Cómo te fue el juicio? ¿Cuánto te dieron?

— ¡Uf!! 30 años.

— ¿Y qué te ha dicho tu abogado?

— Pues que no me preocupe, que en invierno los días son más cortos.

Autor: Un optimista enfadoso.

 

Disfrazados

Una pareja se disfraza para asistir a una fiesta. A última hora una migraña indispone a la mujer, por lo que se va el solo. Más tarde se le pasa el dolor de cabeza a la mujer, y decide ir a la fiesta, y de paso controlar cómo se divierte su marido.

Observa que se liga a toda chica que encuentra, incluida ella, quien finge no conocerlo y se pasan una noche de película. A la mañana siguiente ella le pregunta con cierta ironía:

— ¿Qué tal la fiesta de ayer?

— Pues mira, la verdad, sabes que sin ti no me la paso bien y estuve toda la noche jugando póquer con los amigos, pero me dijeron que el que la pasó de miedo fue Pedro. Como a la mera hora yo no fui, le presté mi disfraz.

Autor: Ex, ex, ex.

 

La persecución

Un auto corre a 120 Km/h y un agente de tránsito lo sigue. Así se avientan 300 kilómetros. Al final el auto se para, el agente se baja y le dice:

— A ver los papeles.

Los revisa con muy mala actitud y finalmente dice:

— Pero si está todo correcto… ¿Por qué huías?

— Verás…. es que la semana pasada mi mujer se fue con un agente y yo creí que eras tú que venía a devolvérmela.

Autor: Otro ex, ex, ex…

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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