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viernes, noviembre 29, 2024
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Reportan detención en Culiacán de “El Mochomito”, hijo de Alfredo Beltrán Leyva

Diversos medios nacionales y locales reportaron que Alfredo Beltrán Guzmán, alias “El Mochomito” -hijo de Alfredo Beltrán Leyva, “”El Mochomo”, y sobrino del narcotraficante sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”-, habría sido detenido, el 29 de noviembre de 2024, tras un enfrentamiento con elementos de las secretarías de Marina (SEMAR) y de la Defensa Nacional (DEFENSA), en el poblado Mojolo, al norte de Culiacán de Rosales, Sinaloa.

Un helicóptero artillado de la Marina Armada aterrizó en la zona del enfrentamiento, en el cual supuestamente fallecieron varias personas, entre ellos algunos elementos de seguridad del capo sinaloense.

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Según lo detalló el diario El Universal, basado en fuentes estatales, Beltrán Guzmán habría resultado herido por disparos de arma de fuego, por lo que permanecía bajo custodia en un hospital de la capital sinaloense.

¿QUIÉN ES ALFREDO GUZMÁN BELTRÁN, ‘EL MOCHOMITO’?

Alfredo Beltrán Guzmán, alias “El Mochomito” y/o “Tito”, es hijo del capo sinaloense Alfredo Beltrán Leyva, alias “El Mochomo”, quien integró junto a cuatro de sus hermanos -Arturo, Mario, Carlos y Héctor- una organización que perteneció al Cártel de Sinaloa, desde la década de los 80’s del Siglo pasado, hasta la ruptura, derivada de su detención, el 21 de enero del 2008, en Culiacán, Sinaloa, por elementos del Ejército mexicano.

“El Mochomito”, de 32 años de edad, es sobrino directo de Joaquín Archivaldo Gumán Loera. Su abuelo fue Ernesto Guzmán Hidalgo, hijo de Emilio Guzmán Bustillo, padre de “El Chapo”. Su madre es Patricia Guzmán Núñez, sobrina del ex líder del Cártel de Sinaloa.

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El 3 de septiembre de 2021, Beltrán Guzmán fue liberado del Reclusorio Metropolitano de Jalisco, por orden de un juez, después de purgar casi cinco años de cárcel, de los diez que se dictaron en su condena original.

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Su sentencia había sido reducida a nueve años, luego de ser acusado de los delitos de posesión de cocaína, con fines de comercio y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército. También se le impuso el pago de multas por más de 16 mil pesos.

El 12 diciembre de 2016, la entonces Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), informó respecto al proceso contra cinco detenidos -el día 9 del mismo mes y año-, en una barbería ubicada en la colonia Ciudad Granja, del municipio de Zapopan, Jalisco, entre ellos “El Mochomito”, quienes fueron internados este lunes en el Centro de Readaptación Social (CERESO) de Guadalajara.

A través de un comunicado, la PGR afirmó que derivado del trabajo jurídico del Ministerio Público de la Federación (MPF), adscrito a la SEIDO, el día 9 de diciembre del mismo año, se recibió la puesta a disposición de cinco personas del sexo masculino, detenidos por elementos de la Policía Federal (PF), de la División Antidrogas, a quienes les aseguraron 7 armas de fuego, una granada, 4 cargadores abastecidos, 50 mil pesos, 3878.1 gramos de clorhidrato de cocaína y dos vehículos.

El 12 de diciembre de 2016 se llevó a cabo audiencia ante el Juez de Control Especializado en el Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de Jalisco, quien calificó de legal la detención de los imputados por delitos de Contra la Salud, en su modalidad de comercio del estupefaciente denominado cocaína.

Además, el juez federal imputó a los cinco detenidos por portación de arma, posesión de cartuchos y cargadores exclusivos del Ejército, Armada y Fuerza Área, por lo que quedaron sujetos a la medida precautoria de prisión preventiva oficiosa.

La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) detalló que la detención de Beltrán Guzmán ocurrió en la colonia la Granja, en el municipio de Zapopan, Jalisco. Junto al presunto narcotraficante fueron arrestadas otras cuatro personas, encargadas de su seguridad.

Los sujetos viajaban en dos vehículos marca Volkswagen, modelos Jetta y Golf, donde transportaban tres kilos 878 gramos de cocaína, un fusil AR-15 calibre 223, una subametralladora calibre 5.7, una pistola calibre nueve milímetros, así como dos armas tipo escuadra calibre 38 Súper, además de proyectiles útiles, una granada de fragmentación y cien billetes de 500 pesos.

Al registro de su detención, en su declaración ministerial, “El Mochomito” declaró ser agricultor de oficio y ganadero, con ingresos semanales de 5 mil pesos. Según reportes de inteligencia de la CNS, Beltrán Guzmán había llegado a Jalisco porque era perseguido en Culiacán de Rosales, donde comandaba a un grupo denominado ‘Los Mazatlecos’,

Por su parte, la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa, señaló que no existían antecedentes penales de Beltrán Guzmán. Entrevistado por el diario Excélsior, el subprocurador de Justicia en la Zona Centro, Julio César Romanillo Montoya, dijo que hasta ese momento, la PGR no había solicitado la colaboración del Gobierno de la entidad.

El 25 de abril de 2018, el Juez de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio del Tercer Circuito condenó a los cinco imputados a purgar penas de diez años de prisión y pagar multas de 225 días equivalentes a 16 mil 434 pesos.

La resolución que fue confirmada en apelación el 28 de junio del mismo año, por el Tercer Tribunal Unitario del referido circuito, después fue derribada legalmente a través de un juicio de amparo directo en 2019, para efecto de que se repusiera el procedimiento debido a que el juez de la causa inobservó las reglas de individualización de penas y no estableció el real grado de culpabilidad de los sentenciados.

Al repetirse parte del juicio, el juzgador volvió a imponer las mismas penas a los involucrados. A “El Mochomito” se le declaró responsable por dos delitos, el de posesión de cocaína con fines de comercio y portación de arma de fuego, de uso exclusivo del Ejército.

El líder del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, según informó la Comisión Nacional de Seguridad un día antes -con base en reportes de las áreas de inteligencia-, estableció su centro de operaciones en la ciudad de Culiacán de Rosales, Sinaloa, pero tuvo que trasladarse a la ciudad de Guadalajara, para no ser capturado.

La CNS también consideraba a “El Mochomito” como el autor intelectual y material del secuestro de sus primos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias “El Chapito” y “El Alfredillo”, respectivamente, ocurrido en el restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco, en agosto de 2016.

La Comisión Nacional de Seguridad también señalaba a “El Mochomito” de ser el responsable de ordenar secuestros y homicidios de algunos integrantes de otros grupos antagónicos y se le consideraba como el líder del grupo criminal de los Beltrán Leyva, “responsable de la distribución de droga en varios estados del país y de generar violencia en varios municipios de Sinaloa”.

Además, la CNS vinculaba a “El Mochomito” con varios ataques en las comunidades de La Tuna, Arroyo Seco y La Palma, pertenecientes al municipio de Badiraguato, y aunque la Comisión Nacional de Seguridad no lo mencionó, se le imputó haber atacado con un grupo conformado por más de 50 hombres armados, en el llamado “Triángulo Dorado”, la hacienda de María Consuelo Loera Pérez, madre de “El Chapo”, en junio de 2016.

Tras su detención, Beltrán Guzmán era considerado líder del autogobierno en el Reclusorio Metropolitano de Puente Grande, una cárcel de alta seguridad a cargo del Gobierno de Jalisco. Versiones de familiares de reclusos acusaron que torturaba a los presos y les hacía cobros a través de dos supervisores penitenciarios.

En enero de 2008, los hermanos Beltrán Leyva se separaron del Cártel del Pacífico, cuando acusaron a “El Chapo” de entregar a “El Mochomo” al Ejército mexicano.

Héctor Manuel y Marcos Arturo Beltrán Leyva, alias “El H” o “El Ingeniero”, así como “El Barbas”, respectivamente, eran compadres de “El Chapo”. El primero fue detenido en octubre de 2014, en San Miguel de Allende, Guanajuato. Mientras que el segundo murió asesinado en un enfrentamiento con infantes de la Secretaría de Marina (SEMAR), en Cuernavaca, Morelos, en diciembre de 2009.

Con el tiempo el Cártel de los Beltrán Leyva se dividió. Fausto Isidro Meza Flores, alias “El Chapo Isidro”, y Juan Francisco Patrón Sánchez, ‘El H2’, tomaron el liderazgo. El otro grupo lo encabezaba ‘El Mochomito’, quien con ayuda del grupo criminal conocido como Los Mazatlecos, intentaba arrebatarle el control del territorio sinaloense y Baja California Sur, al Cártel de Sinaloa.

¿QUIÉN ES ALFREDO BELTRÁN LEYVA, “EL MOCHOMO”?

Alfredo Beltrán Leyva, alias “El Mochomo”, de 53 años de edad, nació el 21 de enero de 1971, en Badiraguato, Sinaloa. Integró junto a cuatro de sus hermanos -Arturo, Mario, Carlos y Héctor- una organización que perteneció al Cártel de Sinaloa, desde la década de los 80’s del Siglo pasado, hasta la ruptura, derivada de su detención, el 21 de enero del 2008, en Culiacán, Sinaloa, por elementos del Ejército mexicano.

El 11 de enero de 2021 solicitó, a través de una carta dirigida al juez federal Richard J. León, de la Corte de Distrito de Columbia, en Washington D.C., ser liberado, apelando al First Step Act, promulgado por el entonces ex presidente Donald Trump y ratificado por el Congreso de los Estados Unidos, en diciembre del 2018.

En una breve misiva escrita en inglés de su puño y letra, “El Mochomo” se dirigió al juez León “para preguntarle sobre la First Step Act, que tenía como objetivo dar a presos que lo merecían, capacitación laboral y la oportunidad de obtener una sentencia abreviada por comportamiento positivo.

“Querido juez, le escribo para preguntarle acerca de la First Step Act. Esta fue firmada como una ley en diciembre del 2021. Me gustaría saber si esta aplica en mi caso y, de ser así, respetuosamente le solicito que esta honorable Corte me asigne un abogado para representarme en esta materia. Le agradezco de antemano por su tiempo y su consideración”, escribió Beltrán Leyva, quien estaba recluido en el Centro Penitenciario de alta seguridad de Hazelton, ubicado en el Condado de Preston, en Virginia.

El 5 de abril del 2017, alias “El Mochomo” fue sentenciado a cadena perpetua por tráfico de drogas hacia los Estados Unidos por el juez León, quien, además, le impuso una multa de 529 millones de dólares, por las ganancias obtenidas durante su actividad como narcotraficante, habiendo participado en el trasiego de alrededor de 28 toneladas de enervantes entre los años 2010 y 2014.

Sin embargo, durante la audiencia, “El Mochomo” aseguró no haber sido uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva, sino que él solo se dedicaba a vender cocaína en Sinaloa, bajo las órdenes de su hermano Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”.

No obstante de los dichos Beltrán Leyva, el juzgador federal estadounidense señaló que la evidencia presentada en el juicio, avalaba el involucramiento y conocimiento de “El Mochomo” en el trasiego de drogas hacia EE. UU.

En la audiencia donde se le dictó sentencia, León resaltó la “magnitud” del proceso judicial contra “El Mochomo” y llegó a decir que ese era el “caso de mayor escala que ha evaluado la Corte del Distrito de Columbia en los últimos 15 años”.

Con un dictamen de un solo cargo de conspiración para introducir cocaína, metanfetamina, el memorándum de sentencia enviado por los fiscales al juez León en mayo del 2016, alegaba que entre enero del 2000 y agosto del 2014, Arturo, Alfredo y Héctor eran los líderes del grupo criminal de los Beltrán Leyva, entonces relacionado con el Cártel de Sinaloa.

Los fiscales estadounidenses documentaron que los Beltrán Leyva tenían una “red de transporte terrestre, aéreo y marítimo, a gran escala” con la intención de enviar a los EE.UU. “toneladas de cocaína de América del Sur, a través de América Central y México”.

Asimismo, agregaron que los Beltrán Leyva pudieron hacer lo anterior hacer gracias a su red de “contactos políticos y policiales corruptos en México y otros países”, además de que “el demandado también era responsable de la producción y tráfico de metanfetamina desde México a través de un individuo llamado [Fausto Isidro Meza Flores] ‘Chapo Isidro’”, actualmente prófugo de la justicia.

Los Beltrán Leyva, según insistieron los fiscales de EE.UU., empleó a “sicarios, responsables de múltiples actos de violencia, incluidos asesinatos, secuestros, torturas y cobros violentos de deudas de drogas”, sumado a que “en el curso de los negocios, pagaron sobornos a todos los niveles de personal policial y militar, que incluía a la policía estatal, la fiscalía y el gobernador del estado”.

El día que fue sentenciado, “El Mochomo” señaló: “Pido perdón por el comportamiento que me trajo aquí y pido disculpas a Dios, la máxima autoridad, y a mis hijos. Les pido que tengan piedad de mí y me permitan volver algún día con mi familia”.

El 3 de abril del 2017, el juez federal León autorizó el congelamiento de todos los bienes de “El Mochomo”, derivados de la acusación de tráfico de drogas por la que fue sentenciado y que según el Gobierno estadounidense ascendían a 10 mil millones de dólares.

El magistrado autorizó al Departamento del Tesoro requisar una cantidad de dinero equivalente a la suma de todas las propiedades y bienes que resultaron del cargo de conspirar para distribuir cinco kilogramos de cocaína y 50 gramos de metanfetaminas.

“El Gobierno [de Estados Unidos] busca un juicio monetario contra el acusado en una cantidad por determinar, pero que ahora alega es de 10 mil millones de dólares”, señaló la moción de J. León.

Beltrán Leyva se declaró culpable en febrero del 2016, de un cargo de narcotráfico, pero en el mismo mes, de un año después, presentó una moción contra los delitos que se le imputaban. El Departamento de Justicia de EE. UU. reconfirmó, en febrero del 2017, la petición de una condena carcelaria de cadena perpetua para “El Mochomo”.

Según lo recuerda la agencia alemana DPA, en febrero del 2016, el nacido en Badiraguato -un municipio ubicado en la Sierra Madre de Sinaloa-, se declaró culpable: “Sí, su señoría, ayudé a mi hermano [Arturo] y conspiré con mi hermano”, admitió en ese entonces.

Sin embargo, el equipo legal de Beltrán Leyva, encabezado por el abogado Eduardo Balarezo, pidió que la sentencia no fuera mayor a 25 años de cárcel y aseguró que se trataba de un tiempo de reclusión “razonable y suficiente”, y que la cantidad de 10 mil millones de dólares “no tenía “conexión con la realidad”.

“La sentencia es suficiente, pero no más de la necesaria, para castigar al acusado por su crimen, promover el respeto por la ley, disuadirlo a él y a otros de cometer crímenes similares”, señaló, en ese momento, el jefe de la sección de drogas, del Departamento de Justicia, Arthur Wyatt.

La defensa del ex líder del Cártel que lleva sus apellidos, pidió, también, que se le computaran los casi siete años que estuvo preso en México, recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, El Altiplano, ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, del Estado de México.

“El señor Beltrán Leyva mantiene que la evidencia presentada y los hechos de este caso son insuficientes para respaldar una sentencia de cadena perpetua”, escribió Balarezo, quien aseguró, además, que el caso estaba fincado en el testimonio de dos agentes que se limitaron a repetir la información suministrada por tres informantes, sin que tomaran acción para corroborar dichas afirmaciones.

“El Mochomo” -quien estuvo casado con Patricia Guzmán Núñez, sobrina del también narcotraficante sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”- estaba acusado de conspiración para distribuir por aire, tierra y mar, cocaína y metanfetamina traída desde Colombia a México, para luego introducirla en Estados Unidos entre 2000 y 2012.

El narcotraficante sinaloense fue arrestado el 21 de enero del 2008, y extraditado por México a Estados Unidos en noviembre de 2014, seis años después de su arresto en Culiacán, Sinaloa, por elementos del Ejército mexicano.

También era identificado por los gobiernos de EE. UU. y México, como uno de los presuntos dirigentes de La Federación, encargada de liderar operaciones de transporte de droga, lavado y cooptación de funcionarios públicos en seis entidades del occidente y norte del país.

Además, siempre según las autoridades mexicanas y estadounidenses, “El Mochomo” tenía bajo su cargo el control de los grupos de sicarios denominados “Los Pelones”, mismos que operaban en Guerrero, así como “Los Güeros”, en Sonora.

“El Mochomo” integró junto a cuatro de sus hermanos -Arturo, Mario, Carlos y Héctor- una organización que perteneció al Cártel de Sinaloa desde la década de los 80’s del Siglo pasado, hasta la ruptura, derivada de su detención.

Su hermano, Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, acusó a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo” -su primo en segundo grado, además de su compadre-, de haber ayudado a los elementos del Ejército mexicano a detener a “El Mochomo”.

Al igual que “El Chapo”, los hermanos Beltrán Leyva se iniciaron en el cultivo de amapola, para luego convertirse en sicarios. Pronto pasaron a formar parte de las filas del Cártel de Guadalajara, cuya posterior escisión dio origen al Cártel de Sinaloa.

“El vínculo era tan estrecho”, señala el Diario de las Américas, al punto que cuando “El Chapo” fue capturado en 1993 y recluido en el penal de Puente Grande, en Jalisco, ellos lo ayudaron en la planificación de su escape en 2001.

Después del arresto de “El Mochomo”, el cártel de los Beltrán Leyva sufrió sucesivos golpes que lo debilitaron. El 16 de diciembre del 2009 murió en un operativo federal su máximo líder, “El Barbas”, en Cuernavaca, Morelos; y el 1 de octubre del 2014 fue capturado el sucesor, Héctor, “El H” y/o “El Ingeniero”, en San Miguel de Allende, Guanajuato.

El Cártel de los Beltrán Leyva tuvo su origen en Sinaloa, pero llegó a operar también en Chiapas, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa y Tamaulipas.

En dichos estados, en especial en Guerrero y Morelos, llegaron a tener una pugna con su ex jefe de seguridad, Edgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”, a quien las autoridades arrestaron en agosto del 2010. Como aliados tenían a “Los Zetas”, al igual que el brazo armado del Cártel de Juárez, un grupo de sicarios conocido como La Línea.

 

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Autor(a)

Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedo
Reportero del semanario ZETA Tijuana y del periódico Noroeste de Culiacán, desde febrero de 2016.
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