“La vida puede prolongarse con la medicina, pero la muerte también arrasará al médico”.
-William Shakespeare
Como resultado de esta nueva forma de actuar del médico, del paciente y en general de la sociedad, ha surgido el encarecimiento de la medicina, cuyas causas más importantes en mi concepto son las siguientes:
- a) Utilización excesiva de recursos de diagnósticos, tanto por indicación del médico como por petición del enfermo; b) Cambios en procedimientos terapéuticos, pues el paciente generalmente exige el último medicamento anunciado en internet y hasta en televisión, sin importar el costo, y el médico, para evitarse problemas, se lo prescribe; c) Selección de pacientes, ya que actualmente el médico escoge sus pacientes y suele rechazar a los derivados, o pacientes conflictivos que pueden representar en el futuro una probable demanda; d) Aumento en las cuotas por honorarios médicos, para cubrir los gastos y también la pérdida de los pacientes y e) Adquisición de seguros contra demandas, cuando el médico compra un seguro de protección médico legal o se afilia a sociedades profesionales que ofrecen asesoría y abogados en caso de un litigio.
Cabe mencionar, por la experiencia profesional que he tenido al trabajar para dos diferentes aseguradoras, que su servicio es muy deficiente: tardan mucho en autorizar dinero para el pago de fianzas y cuando hay oportunidad de lograr un acuerdo con el paciente que demanda, no quieren dar dinero porque según sostienen la aseguradora pagará hasta que ya no haya ningún recurso que agotar, exponiendo al médico a una situación de una salida alternativa conveniente para el profesional. Y para el paciente no les aconsejo médicos que contraten un seguro de esta naturaleza, cualquiera que sea la compaña aseguradora.
En el ámbito de nuestro continente son Estados Unidos y Canadá los países en donde más se ha desarrollado la medicina defensiva, incluso hay grupos de abogados que visitan a los enfermos en los hospitales para asesorarlos y estimularlos a que presenten sus demandas, al igual que promueven sus servicios en diferentes medios de comunicación (como televisión, radio y periódicos) para defender a los pacientes de la mala práctica profesional de los médicos.
En Estados Unidos en el año 2000 se gastaron más de 18 billones de dólares en juicios por deficiencia profesional; en el estudio publicado por la American Journal of Obstetrics en el año 2019 se revisaron más de 575 casos de demandas legales no defendibles por mala práctica en ginecobstetricia, de los cuales 43 casos fueron por violación a los estándares de atención a pacientes de la especialidad; 66 por problemas con la documentación, omisiones y registros incompletos de expedientes clínicos. En total fueron 120 casos que no pudieron defenderse por errores médicos. Solo en el Estado de Texas se gastaron, durante 1998, 716 billones de dólares en juicios derivados por la medicina defensiva.
En México, la creación de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico en 1996 ha actuado como mediador, evitando la presentación de demandas en el Ministerio Público, ya sea federal o del fuero común y después procesos ante los Jueces de Control; sólo en los últimos dos años se han recibido 10,507 inconformidades, de las cuales el 48 por ciento se resolvieron de inmediato.
Finalmente, el futuro de la medicina es la prevención. Paradójicamente, para que la medicina defensiva no tenga futuro, requiere mi concepto de prevención, esto es, actuar sobre las causas, por lo que sugiero las recomendaciones siguientes:
1.-Mejorar la relación médico-paciente, favoreciendo la comunicación y logrando empatía entre el paciente y el médico; y 2.- Informar detalladamente y con la frecuencia que el caso lo requiera acerca de la indicación, riesgos, y costos-beneficios de los procedimientos, diagnósticos y evolución de la enfermedad con las posibilidades, riesgos y complicaciones esperadas.
P.D.- Envío un saludo afectuoso al Sr. Salvador Camarena del Toro, lector amable y asiduo de esta columna.
Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.
Correo: liceagb@yahoo.com.mx