“Queremos que esta clínica no siga abierta, que no siga atendiendo a niños y a personas que realmente necesitan atención, porque aquí, todo es negligencia”, dijo el miércoles 30 de octubre el señor Martín González, cuando con familiares y amigos, se apersonaron a las instalaciones de la Clínica Internacional de Especialidades de Mexicali para manifestarse. Su reclamo no es gratuito, sino producto de un profundo dolor: el 5 de noviembre de 2023, su hijo Martín Damián González falleció en su casa, después que días antes lo habían llevado a la Clínica Internacional por referencia de la escuela donde el menor estudiaba y fue víctima de acoso a golpes. Pero el niño no fue atendido debidamente y, de manera negligente, quienes lo auscultaron -dado que la clínica tiene convenio con el Gobierno del Estado de Baja California para brindar seguro médico a estudiantes-, sólo le recetaron una medicación para el dolor y lo enviaron a casa, donde falleció producto de traumatismo craneoencefálico. A pesar de la denuncia que presentaron contra la Clínica Internacional, a prácticamente un año de los lamentables hechos, nada ha sucedido y el negocio particular sigue en pie, abierto y provocando otros conflictos sociales, pues sigue contando con el convenio estatal de seguro médico para los menores estudiantes. Desconsolado por el fallecimiento de su hijo y por la falta de justicia, el señor González reflexiona sobre la impunidad de la Clínica Internacional: “El señor aquí de la clínica, David Cervantes Torres, está protegido por la gobernadora, aunque ella diga que no, porque es padre del oficial mayor”. Y efectivamente esa es la situación. El dueño de la clínica es progenitor del alto funcionario de gobierno, hecho que impide que la Fiscalía General del Estado investigue de manera imparcial, y que el Gobierno de Baja California siga pagándole el seguro para estudiantes cachanillas a pesar de las denunciadas negligencias. Entre quienes acompañaron a la manifestación a los familiares del pequeño Damián, hubo personas que también perdieron a alguien en la clínica del papá del oficial mayor, como la señora Beatriz Zamora, cuyo hermano fue atendido ahí mismo y murió por falta de oxígeno: “Le pregunté a la enfermera qué estaba pasando y me dijo que le faltaba oxígeno. Entonces le pedí que se lo pusiera, pero no tenían oxígeno”. El propio personal privado le sugirió llamar una ambulancia para que lo atendieran. “Prácticamente me lo sacaron para que se fuera a morir al hospital”, dijo la mujer. Recientemente, la clínica del papá del oficial mayor del Gobierno del Estado volvió al ojo público, cuando uno de sus médicos diagnosticó que una niña menor de edad (atendida ahí por el seguro médico escolar) tenía “sangrado transvaginal”, por lo que su madre inició una denuncia pública, señalando abuso sobre su hija por parte de un profesor de la escuela a la que acudía, causando una polémica de alcance nacional y que aún no concluye con la investigación de la FGE. Sin embargo, a pesar de sus evidentes negligencias y malos diagnósticos, Clínica Internacional sigue abierta y no es investigada. En la impunidad.