En Baja California sólo existen alrededor de 30 especialistas en Oncología en el sector público, para dar atención a los pacientes con todo tipo de tumores, sin embargo, son el cáncer de mama y el cervicouterino (CaCu), los más comunes y con mayor tasa de mortalidad.
La Secretaría de Salud en Baja California informó a ZETA que en ese sector trabajan con 12 especialistas: seis oncólogos clínicos, tres cirujanos y tres radio oncólogos; así como 21 radiólogos: 10 en Mexicali, nueve en Tijuana y dos en Ensenada.
Es decir, los municipios como Playas de Rosarito y Tecate, a pesar de tener hospitales generales, no cuentan con atención de segundo o tercer nivel, por lo que los pacientes diagnosticados deben tratarse en Tijuana.
Por otro lado, los pacientes de San Felipe y San Quintín, deben tratarse en Mexicali y Ensenada, pues aún no cuentan con sus propias instalaciones ni personal médico.
Aunque no hay una cifra oficial del total de mujeres con cáncer de mama y cervicouterino en Baja California, a nivel nacional se detectaron 23 mil 790 nuevos casos en 2022, que es la cifra más reciente del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), y en donde esta entidad se encuentra en sexto lugar con mayor incidencia.
Tan sólo en 2024 se han detectado 391 casos nuevos de cáncer de mama y 158 de CaCu, razón por la que se han intensificado las campañas de detección en plazas y centros comerciales.
“Realmente no podemos hacer un comparativo -entre cáncer de mama y cervicouterino-, porque últimamente los dos están iguales, pero me preocuparía un poco más por el de mama, porque estamos viendo, desafortunadamente, un aumento en ese tipo de casos”, aseguró Enrique Campos, sub director médico de la Jurisdicción Sanitaria 2.
Baja California se encuentra por encima de la media nacional (17.48), en defunciones por cáncer de mama, con 19.82 por cada 100 mil habitantes; esta cifra se ha mantenido por décadas, sin embargo, ahora el cáncer cervicouterino se coloca como segunda causa, a pesar de ser el único que sí se puede prevenir.
“También tenemos un aumento de casos de cáncer cervicouterino y es una situación similar. El pudor es una batalla constante, no se acercan hasta que ya tienen sintomatología muy severa, se hace una exploración, una detección y el cáncer ya está in situ, ya está muy evolucionado, incluso con metástasis”, señaló Campos.
ISSSTE con seis
A los 12 especialistas con los que cuenta la Secretaría de Salud, se le suman otros seis del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y 10 radiólogos, para una población de 15 mil 189 pacientes con cáncer, de los cuales 10 mil 178 son de mama y 278 de CaCu, sólo en esta entidad.
El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) dio a conocer que no hay suficientes oncólogos en México para atender el cáncer en la mujer, sobre todo en Baja California, donde el de mama y cervicouterino son la principal causa de muerte en la entidad, después de enfermedades cardiacas.
Datos de Inegi de 2022 reportaban mil 043 especialistas en Oncología en el sector público, de los cuales 583 (55.9 por ciento) trabajaban en la Secretaría de Salud; 236 del IMSS (22.6 por ciento); 102 en el Issste (9.8 por ciento); 48 en Salud estatal (4.6 por ciento); 19 en Pemex (1.8 por ciento); y 14 de la Secretaría de Marina (1.4 por ciento).
De acuerdo con información de la Sociedad Mexicana de Oncología, se tiene registro de mil 400 oncólogos, aproximadamente, donde el 50 por ciento se concentra en la Ciudad de México, mientras que en Baja California la cifra se reduce a alrededor de 50 entre todas las instituciones y sector privado.
La doctora Lucely Cetina, oncóloga del INCan, participó en el estudio “Recursos y manejos del cáncer cervical son insuficientes en los hospitales públicos de México”, publicado en la Gaceta Mexicana de Oncología en 2023, en el que colaboraron alrededor de 500 oncólogos de todo el país, es decir, una tercera parte de los que están registrados.
“Se analizaron 506 encuestas y se encontró lo siguiente: para diagnosticar CaCu, el 96.2 por ciento de las instituciones contó con tomografía computarizada. El tiempo entre el diagnóstico y tratamiento fue entre cinco y ocho semanas. El 60 por ciento de las instituciones tuvo radioterapia. La mayoría contó con servicios de patología y psicología y pocos nutrición y algología”, concluye el estudio.
El estudio también reveló que las limitaciones en los tratamientos de cáncer en la mujer son persistentes, sobre todo fuera de la Ciudad de México, y en cualquier institución de salud.
En Baja California apenas se acaba de adquirir una máquina de radioterapia, para sustituir la del Instituto Mexicano del Seguro Social, la cual ya tenía más de 15 años de vida útil, y desde hace más de dos años se está gestionando adquirir otra para Isesalud, sin que haya sido autorizada hasta el momento.
“En cuestión de tratamientos, el tema de la radioterapia es un problema en nuestro país, debido a las limitaciones que hay de aparatos de radioterapia y de médicos radio oncólogos, desafortunadamente, los tratamientos para las pacientes son muy limitados… El 80 por ciento de las pacientes con cervicouterino, tanto en el Instituto Nacional de Cancerología, como en otros estados, se presentan en etapas localmente avanzadas, el cual requiere de tratamientos como radiaciones y quimioterapias, las cuales son limitadas en México”, dijo la investigadora en ciencias.
Prevenible y erradicable
El cáncer cervicouterino es el único que se puede prevenir, a través de exámenes de Papanicolau, la vacuna contra el virus del Papiloma Humano (VPH), y educación sexual, sin embargo, para la doctora Cetina Pérez, de cumplir con todos los requisitos al pie de la letra, todavía faltarían 15 años para comenzar a ver una disminución en México.
Durante su ponencia en el 21 Seminario de Periodismo de Ciencia y Salud, en el que ZETA estuvo presente, la especialista mencionó que en el sector público, el CaCu es detectado en etapas muy avanzadas, por lo que en lugar de recurrir a cirugía, se debe tratar primero con radioterapia y quimioterapia, para contener y encapsular el tumor, aunque, a menudo, con resultados fatales.
“Es un cáncer 97 por ciento prevenible y que podría erradicarse con Papanicolau, con vacunas y con educación de nuestra sociedad… A la mayoría de las mujeres les da pena hablar de este cáncer, porque son señaladas de alguna manera, dado que el virus del papiloma humano se transmite por vía sexual”, comentó la especialista en entrevista exclusiva.
El intervalo promedio entre el diagnóstico y el inicio de tratamiento es de cuatro a ocho semanas, tiempo esencial para lograr combatirlo de forma positiva, sin embargo, en Baja California, los periodos para iniciar la radioterapia tardan mínimo cuatro meses tanto en IMSS como en Isesalud, donde algunos pacientes deben, incluso, viajar a otras ciudades, como Mexicali.
Después se viene el periodo entre el fin del tratamiento y su efectividad, donde, una vez más, se pierden semanas valiosas en espera de entrar a la etapa de observación.
Tanto la oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología, como las autoridades de salud locales, coinciden en que la prevención, la educación y la vacuna contra el VPH son la base para comenzar su erradicación.
Sin embargo, el tabú que existe entre la comunidad para que acudan a realizarse estudios, el pudor, la apatía y la burocracia, al tener que esperar meses para una cita médica, hacen que la erradicación del cáncer cervicouterino se vea como una realidad muy lejana.