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viernes, noviembre 1, 2024
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Matar a la gallina de los huevos de oro

A los tijuanenses se nos da destruir negocios bonancibles por ser abusones y avariciosos. Por ejemplo, durante muchos años la avenida Revolución fue atractivo de turistas que venían a adquirir artículos de plata y los engañábamos vendiéndoles alpaca. Querían consumir bebidas legítimas y les dábamos copias falsas. Buscaban bolsas de marca y les dábamos falsificaciones. Lo que finalmente hizo que desapareciera ese consumidor engañado.

En el Valle de Guadalupe surgió una romántica atracción turística, pero va en decadencia porque los costos de las habitaciones, de la comida y la bebida son muy altos, habiendo un centenar de obstáculos para llegar: desde policías mordelones hasta carreteras que se caen y largas colas para cruzar a Estados Unidos. Todo esto evita que florezca una economía.

En el lado médico, las operaciones bariátricas han perdido su glamour porque salió al mercado una medicina contra la diabetes (Ozempic) que quita el hambre y se ha puesto de moda, aunque conlleva peligros laterales, y este negocio otrora bonancible empieza a decaer. Deberíamos buscar otros conceptos médicos que proporcionar al rico mercado americano. En las operaciones de cirugía plástica que aún continúan florecientes han aparecido uno o dos merolicos e improvisados cirujanos que han generado mala fama.

Se inventó un pase médico que debería eficientar la vida de los pacientes y se ha vuelto un negocio loco con precios exagerados y ventas en cada esquina sin control.

La línea y los policías llevan capítulo aparte por las enormes colas y demoras de ambos lados de la frontera. Ahora se intenta cobrar a los mexicanos que cruzan a pie y que no tienen papeles, con lo que se les esquilma absurdamente. No ayuda mucho el terrible tráfico, la mordida, los baches y todos los demás estorbos que contaminan el tránsito.

La maquila se ha defendido de muchas de estas incomodidades o cobros absurdos debido a sus organizaciones bien apalancadas legalmente; si no, ya hubieran desaparecido. Se intentó cobrar a los turistas simplemente por pasar; así pues, aquellos que vienen a los juegos de los Xolos, de los Zonkeys o de los Toros van a empezar a menguar. La comida en los restaurantes de la ciudad compite en precio con los restaurantes de San Diego, pero tienen la gravante de los problemas de tránsito.

A causa de impuestos exagerados en el precio del vino, sale más barato comprar las buenas marcas mexicanas en EU que en Tijuana.

El aspecto mismo de la entrada y salida de la ciudad desmerece a pesar del crecimiento de las torres de edificios y departamentos que han surgido. Los departamentos que competían con las habitaciones de San Diego hoy día ostentan precios descarados (4,000 dlls m2) que van haciendo que el negocio empiece a opacarse; si agregamos a todo esto la incertidumbre legal y política que tenemos, mas una que otra manifestación en la línea estorbando el libre tránsito, van generando una atmósfera de incomodidad e inseguridad que no es aceptable para el turismo.

La visión de muchos empresarios o de muchos negocios es de ganancia inmediata y lo más que se pueda sin planear un largo plazo simplemente es un robo.

Con frecuencia vemos policías extorsionando carros de turistas con placas americanas que, asustados, les dan de 20 a 50 dólares, pero que no volverán a pesar de todas las publicidades de todos los comités de turismo. ¿Quién quiere ser esquilmado, robado, asustado, maltratado, amenazado? Amén de ocasionarles encuentros con criminales. Aunque el crimen ha estado siempre presente, tiene sus crecientes y decrecientes. Hoy día ocurren delitos violentos con frecuencia en la zona de Rosarito y en el este de la ciudad que no van con la amabilidad y tranquilidad que requieren los turistas.

Todo es cortoplacista y abusón. Así no se construye un futuro, así no se construye reputación; y si le agregamos la publicidad negativa permanente, falsa y verídica, pues estamos matando a la gallina de los huevos de oro que no propicia un buen futuro.

 

José Galicot es empresario radicado en Tijuana.

Correo: jose.galicot@tijuanainnovadora.com

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